El juego del amigo invisible es un clásico de la Navidad en las reuniones de amigos, compañeros de empresa y familias. Es una forma de pasar un rato agradable y divertido en el que no faltan las bromas ni los intercambios de regalos a precios asequibles para garantizar que todo el mundo tenga la oportunidad de regalar y recibir algo en unas fechas tan entrañables.

Acertar para que los presentes -si son originales, mejor- gusten a todo el mundo puede convertirse en un quebradero de cabeza, pero por lo menos la expectación de los preparativos y del momento sorpresa para conocer quién regala a quién son instantes que merece la pena vivir. La llegada de la tecnología, con la aparición de aplicaciones para realizar el amigo invisible, no ha hecho perder la esencia de este juego.

La tradición sitúa el origen de esta práctica muy lejos de Canarias y aún hoy sigue siendo un misterio. Uno de los lugares es el país que históricamente se ha denominado la octava isla (con permiso de La Graciosa desde 2018, cuando administrativamente dejó de ser considerada un islote para ser reconocida como octava isla canaria). No es otro que Venezuela. Allí, a finales del siglo XIX las mujeres comprometidas y casadas no podían tener amigos íntimos y para esquivar esta prohibición, hombres y mujeres decidieron intercambiar trocitos de papel con el nombre de quién debía regalar a quién.

Compras en Triana antes de la Navidad (6/12/2021) Juan Carlos Castro

Otros sitúan esta tradición en Estados Unidos, donde Larry Dean Stewart, tras perder su trabajo en distintas ocasiones, consiguió hacerse millonario y de forma solidaria y anónima enviaba dinero a personas necesitadas.

Sin embargo, hay quien apunta que la idea del amigo invisible surgió en Escandinavia, donde la tradición Julklapp (Jul: Navidad; Klapp: golpear), por medio de la cual los ayudantes de Papá Noel golpean las puertas de cada casa y las abren para meter los regalos. En los países nórdicos cada paquete lleva un acertijo, un poema o una dedicatoria que se convierte en una pista para descubrir a quién va destinado cada obsequio.

Los amigos invisibles se envían cartas anónimas que se firman con seudónimos para evitar ser descubiertos. En las misivas se comenta lo que se piensa sobre el compañero de juego, se da alguna pista sobre su identidad o lo acertado o desacertado que ha estado el destinatario a la hora de averiguar quién es su amigo invisible.

Aquí van algunas ideas de mensajes que puedes mandar a tu amigo invisible estas Navidades con acento canario.

  • ¿No sabes quién soy? Abre el ojo y desparrama la vista.
  • Soy más canario que el gofio.
  • Me vas a chiflar con tanta pista.
  • Te dejé una pista en la gaveta de la mesa.

Frases motivadoras

  • Dicen que la Navidad es época de sueños e ilusiones. Como buen amigo invisible que soy, te recuerdo que conservar tus sueños siempre es importante, cada día del año, porque nunca sabes cuándo te harán falta. Hasta entonces… ¡Feliz Navidad!
  •  No sueñes tu vida, vive tu sueño. Feliz Navidad de tu amigo invisible.

Frases con toques de humor

  • Solía ​ pensar que era indeciso, pero ahora no estoy muy seguro.
  • Hacer nada es difícil, nunca se sabe cuando terminas.
  • No eres perezoso, estas en modo de ahorro de energía.
  • No eres tímido, estás reteniendo tu genialidad.
  • Para el verdadero amigo invisible, el que lee todos los mensajes del chat de Whatsapp, pero nunca responde. ¡Feliz Navidad!
  • El chocolate no resolverá tus problemas, pero tampoco lo hará una manzana, así que espero que disfrutes de mi regalo. ¡Feliz dulce Navidad!