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Volcán de La Palma

Guía para reconstruir la vida y el paisaje en La Palma tras el volcán

Ayudas, agilidad administrativa y la búsqueda de una identidad propia que abrace la agricultura y el turismo. Los arquitectos José A. Sosa y Evelyn Alonso exponen sus ideas para reinventar la Isla tras la erupción

Los arquitectos José Antonio Sosa y Evelyn Alonso. | | ANDRÉS CRUZ

La crisis eruptiva que vive La Palma condena a la Isla a tener que reinventar desde cero «el paisaje, la casa, la ciudad y la vida misma». Los arquitectos José Antonio Sosa -catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la ULPGC- y Evelyn Alonso-Rohner analizan lo que significa para la vida y la arquitectura un fenómeno de esta naturaleza, aportando su visión para «reconstruir una nueva realidad, y establecer nuevas reglas para un nuevo entorno».

Lo primero, según apuntan los arquitectos, es agilizar los trámites burocráticos en el ámbito urbanístico y la llegada de las ayudas para no generar un éxodo en la zona afectada. «La necesidad de emigrar a otro sitio se puede producir si se tarda mucho en la reconstrucción, de ahí la importancia de que las ayudas lleguen rápido. Además, estamos metidos en un marco de protección del paisaje estricto, aquello es suelo rústico en su mayor parte, con una legislación específica de las islas menores, que requiere una gran flexibilidad por parte de la administración para facilitar la reconstrucción».

Sosa hace hincapié en el riesgo que conlleva la desproporcionada documentación y la lentitud de la tramitación, no solo desde el punto de vista de las subvenciones, sino de la legislación urbanística. «Ello implica que cuando quieras reubicar a esa población, no vas a disponer de suelo para poder hacerlo. Supongo que la idea será expropiar a estas personas que se han quedado sin suelo, debajo de la colada, y llegar a convenios urbanísticos para darles suelo en otros emplazamientos. Esto desde el punto de vista legal es otro aspecto vital, hace falta mucha agilidad administrativa para resolver un tema tan importante en el ámbito urbanístico».

Los arquitectos recordaron que la zona más afectada por el volcán es la más rica de La Palma, con más densidad de población, por lo que su recuperación es fundamental para la economía del conjunto de la isla. Y en este sentido, plantea un debate: buscar suelos alternativos en zonas con menos riesgo desde el punto de vista volcánico para la reconstrucción, o volver a edificar en el mismo sitio. «Esta es una cuestión muy importante a debatir por parte de equipos multidisciplinares, donde tienen que estar, por supuesto, los geólogos y científicos que juegan un papel determinante aquí».

Coladas de lava.

No obstante, recuerdan que en La Palma, el suelo generado por otros volcanes, las coladas, ha sido ocupado por las edificaciones y la agricultura. «Los suelos más rentables de la isla son los de la parte baja de esa zona del oeste que es toda volcánica, y que estuvo afectada por el volcán de San Juan de una manera notable. Y sin embargo son zonas agrícolas de alto rendimiento, y de una belleza singular». Al respecto, mencionaron un proyecto realizado hace diez años en la zona, que no se llegó a materializar. «Propusimos un pequeño plan urbanístico con un hotel para formular un turismo alternativo al de los grandes edificios, que conviviera con las fincas agrícolas en ese sitio espectacular que es la costa del oeste de La Palma. Incluso hicimos una perspectiva de ese proyecto sobre una colada, una de las alternativas que se ha convertido en una especie de triste presagio», apuntó Evelyn Alonso.

Ambos opinan que las coladas, -«Esta mancha negra de lava que ha creado el volcán»-, podrían convertirse en un lugar de exploración y de construcción, igual que lo fue en su día La Geria en Lanzarote, hoy en día uno de los principales atractivos de las Islas. «Quizás se puede aplicar un principio similar por el que la construcción sobre ese paisaje arquitectónico o agrícola tenga ciertos elementos comunes».

En ese sentido plantean la convocatoria de un concurso internacional de ideas de equipos multidisciplinares, -«contando con geólogos, vulcanólogos...-, para decidir qué hacer en esos espacios. «Nos podemos imaginar en esas coladas fincas como las que han existido hasta ahora y como las que hay en La Geria, por ejemplo, o edificaciones que estén metidas en burbujas, elementos que estén superponiéndose sin destruir esas coladas», subrayó Sosa.

Concurso de ideas

Un concurso de ideas para la construcción de una nueva identidad en el que además participen los afectados por la erupción. «Es importante volver a definir una identidad propia que además se consolide, agrupe a los afectados por el volcán. Es una manera de dotarles de la oportunidad de hacerse con ese nuevo terreno, hacer suyo el nuevo paisaje. Involucrarlos en la construcción de una nueva identidad para ese paisaje».

Paso de las coladas de lava sobre los invernaderos.

Una propuesta en la que conviven los dos principales sectores económicos de la Isla, el turismo y la agricultura. Aúnan ambos aspectos, siguiendo el modelo de La Geria en Lanzarote, para convertir la zona en un atractivo turístico que, a su vez, permita la explotación agrícola. «El turismo y la agricultura son tremendamente compatibles y sinérgicos en La Palma. Y en este sentido, creo que no necesariamente hay que partir de un folio en blanco, se puede usar eso como base para encontrar una manera de habitar ese paisaje nuevo, y se puede hacer a través de un concurso internacional, a través de esa participación no entendida al uso, sino más profunda, de la población palmera para encontrar esa nueva identidad».

Evelyn Alonso y José Antonio Sosa ponen en valor además, el carácter positivo de los palmeros, «basado en la esperanza de que esto se vuelva a recuperar como ha pasado en las anteriores erupciones». Y para ello reiteran la necesidad de agilizar las ayudas y los procesos administrativos para el desarrollo urbanístico y agrícola posterior. «Es una situación singular en la que se deben crear normas flexibles que permitan recuperar lo que se perdió y a ser posible con criterios de identidad paisajística», subrayan.

Además, el catedrático de Proyectos Arquitectónicos reivindica el importante papel que pueden jugar las dos universidades canarias en este proceso de reconstrucción. De momento, el Departamento de Construcción Arquitectónica de la ULPGC ha puesto a disposición de las distintas administraciones públicas de La Palma el potencial humano de su personal docente e investigador para ayudar, de forma desinteresada, en todo aquello que estimen oportuno en relación a mitigar y reparar los daños ocasionados por el volcán en Cumbre Vieja.

Asimismo, el Departamento de Proyectos de la ULPGC, trabaja en la organización de un seminario con los alumnos de la Escuela de Arquitectura, en febrero, para trabajar de forma específica sobre La Palma; además de propiciar proyectos fin de título en este ámbito para nutrir de ideas nuevas la reconstrucción de la isla bonita.

Viviendas destruidas por la lava.

La fajana mayor del volcán de La Palma.

"El volcán destruye y construye"

«Modifica el contorno de la Isla, crea nuevas tierras a lo largo de la costa, se abren posibilidades nuevas a la vez que riesgos desconocidos». En definitiva, «el volcán destruye y construye», señalan los arquitectos Evelyn Alonso y José Antonio Sosa. En las imágenes, los efectos de las coladas sobre el territorio afectado por la erupción -viviendas, cultivos y costa-.

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