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Crisis del coronavirus | La situación de la pandemia en las Islas

La Atención Primaria en Canarias agoniza ante el avance de la sexta ola

Los médicos y enfermeros aseguran encontrarse «cabreados» y «decepcionados» ante el desorbitado crecimiento de los casos

Una mujer desinfecta la sala de espera de un centro de salud. | | ANDRES GUTIÉRREZ

Estresados, agotados y cabreados, pero sobre todo «decepcionados». La sexta ola está llevando a los médicos y enfermeras de Atención Primaria a su límite. «Esta situación nos está comiendo la energía y está provocando que dejemos de atender a los pacientes como debería ser: con continuidad y controles regulares». Ana Joyanes, portavoz de la Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias, es la voz de más de 1.500 médicos y 1.300 enfermeros que trabajan en los centros de salud, a los que la sexta ola está arrastrando como si de un tsunami se tratara. 

El desborde y el colapso en la puerta de acceso a la sanidad canaria es «absoluto». Y es que en Atención Primaria está recayendo gran parte del trabajo de contención de la epidemia de covid, además de las labores habituales de prevención y vigilancia de la población. En manos de los centros de salud está la vacunación de la población, hacer test a los casos sospechosos de covid, realizar un seguimiento a los síntomas de los pacientes que guardan aislamiento así como controlar las residencias. Tampoco deben dejar de hacer sus tareas rutinarias, como los controles domiciliarios, la atención a pacientes con patologías agudas leves, el seguimiento de pacientes crónicos o la puesta en marcha de programas de prevención. 

En un solo día, los cupos de medicina han pasado a ser de más de 50 personas a atender en ocho horas. Esto supone que cada profesional tiene menos de diez minutos para dar atención al paciente. «No podemos ofrecerles un mínimo de calidad», lamenta Joyanes. La cantidad de visitas diarias es tal, que las citas para atención médica se están dando con una demora media de 10 días. Ante esta situación, son muchos los que deciden acudir con un fuera de hora o bien se dirigen directamente a urgencias. «Ahí saben que los van a atender sí o sí, pero lo que logran es seguir colapsando el sistema», insiste Leopoldo Cejas, secretario general del sindicato Satse. 

«Cuando comienza el turno de tarde aún no ha terminado el de mañana», replica Cejas. El «colapso» ha empezado a ser más palpable esta semana, cuando a todas las tareas encomendadas a los profesionales de los centros de salud se ha añadido una creciente lista de personas que acuden simplemente para verificar su positivo en coronavirus porque el test de la farmacia no lo oficializa. «Al centro de salud vienen personas que ya saben que son positivo y corremos el riesgo de que acaben convirtiéndose en brotes dentro de los brotes», remarca, por su parte, Joyanes. 

Los sanitarios son incapaces de levantar cabeza. Tras casi dos años de trabajo sin descanso para contener la covid, su salud mental se está resintiendo. «En mi centro hemos tenido casos de crisis depresivas y ansiedad», narra Joyanes, que es consciente de que estos casos no son ni de lejos los únicos en el sistema sanitario. La pandemia ha pasado una factura muy cuantiosa para los sanitarios que hoy siguen necesitando refuerzos para sacar todo el trabajo adelante. «Nos han pedido que hagamos voluntariamente horas extra para vacunar en fines de semana y son muchos los que se han negado; necesitan descansar», insiste Cejas. 

Sanidad envía una nueva instrucción para reorganizar el servicio de cara a las próximas semanas

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El presidente del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, Rodrigo Martín, critica la gestión que se está haciendo en Canarias a nivel político y económico. «Las restricciones son insuficientes», insiste y denuncia que aún hay muchos municipios que no han cancelado sus fiestas y eventos pese al repunte de contagios. «Los médicos estamos trabajando como burros y ni los políticos ni los empresarios están tomando decisiones en base a datos sanitarios», lamenta. 

Para Cejas el problema está en los enfermeros. «Nos faltaría al menos un 10% para poder dar cobertura a toda la demanda de trabajo habitual que tenemos», remarca Cejas. En este colapso también está influyendo que la inspección sanitaria lleva mucho tiempo sin suficientes recursos como para poder hacer su trabajo con normalidad.

La Consejería de Sanidad, por su parte, en el día de ayer mandó una nueva instrucción para regorganizar la asistencia en Atención Primaria y así evitar que llegue al punto de no poder funcionar con normalidad.

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