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El Negrín participa en un ensayo clínico con ozono en trasplantes pulmonares

La investigación, pionera en el mundo, está liderada por el doctor grancanario Norberto Santana - La idea es reclutar entre 50 y 60 pacientes de varios países

De izquierda a derecha, el doctor Bernardino Clavo, el doctor Norberto Santana y la doctora María Dolores Fiuza.

Un equipo de la unidad de Investigación del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín participará en el primer ensayo clínico de trasplante pulmonar con ozono para prevenir el rechazo crónico. Y es que los buenos resultados obtenidos en un estudio con ratas liderado por el doctor grancanario Norberto Santana Rodríguez, jefe del servicio de Cirugía Torácica del King Faisal Specialist Hospital & Research Center, en Riad –Arabia Saudí–, han llevado a los expertos a dar un paso más y probar los efectos de este gas en humanos. Se prevé que la iniciativa pueda arrancar a principios de 2022 y que en ella participen entre 50 y 60 pacientes, que estarán en seguimiento médico durante tres años

«Este proyecto de investigación con ozono en trasplante pulmonar forma parte del circuito de investigación traslacional que pusimos en marcha mi grupo y yo en el Negrín en 2003. En primer lugar, identificamos los problemas más frecuentes de este tipo de trasplante en la práctica clínica, siendo el rechazo crónico la principal causa de muerte a largo plazo. Después, intentamos entender a niveles genéticos y moleculares qué era el rechazo crónico. Cuando descubrimos los genes que estaban implicados tratamos de buscar un tratamiento, por lo que apostamos por el ozono para abordar el estrés oxidativo –un proceso que acontece por un exceso de radicales libres–», detalla el facultativo.

El camino ha sido largo. En primer lugar, había que crear un modelo experimental que fuera fiable y reproducible en animales. «Había muy pocos grupos en el mundo haciendo este trasplante en ratas, ya que es una práctica microquirúrgica muy compleja. Nosotros nos pusimos a ello y en 2004 publicamos el primer artículo científico que garantizaba que el modelo era viable», apunta el especialista. ´

El equipo continuó realizando modificaciones para que cada vez fuera más semejante al trasplante pulmonar en humanos. «Cuando lo tuvimos bien definido, apostamos por un proyecto muy ambicioso que se centraba en estudiar los genes y las rutas moleculares que estaban implicadas en el rechazo crónico, utilizando microarrays de ADN, una tecnología puntera a nivel mundial en aquel momento. Gracias a ella, analizamos 40.000 genes y cientos de rutas moleculares, lo que nos permitió descubrir en 2011 que el estrés oxidativo estaba implicado en el rechazo crónico». El artículo fue publicado en la revista The Journal of Heart and Lung Transplantation.

Tres años después, los investigadores implicados diseñaron un estudio con 36 ratas, que fueron divididas en dos grupos. «Uno de los grupos se trasplantaba y no recibía tratamiento, mientras que el otro se trasplantaba y recibía tratamiento con ozono durante tres meses», apunta el cirujano torácico. Los resultados fueron claros: Todos los animales que no recibieron ozono sufrieron rechazo crónico severo, mientras que entre los que sí lo recibieron no hubo ningún caso y solo se produjo un cuadro de rechazo agudo muy leve. «El artículo se publicó en 2017 en la revista Annals of Thoracic Surgery y tuvo mucho impacto. Desde entonces, hemos estado buscando la forma de extrapolar esos resultados experimentales a los humanos», dice el doctor Santana. 

El proyecto es fruto de los buenos resultados obtenidos en un estudio con ratas

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Ahora ha llegado el momento de asumir ese reto. Para conquistar la meta, la doctora María Dolores Fiuza, especialista en Epidemiología en la unidad de Investigación del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y secretaria técnica del Comité Ético de Investigación con Medicamentos de la provincia de Las Palmas, se encargará de la coordinación metodológica. «Todos los hospitales que participen deberán pasarnos los datos de sus pacientes. No obstante, desde este centro haremos otras funciones inherentes a los ensayos clínicos para que no se cometan errores a la hora de seleccionar a los participantes y que la información llegue adecuadamente», sostiene la profesional. A esto cabe sumar un correcto análisis de los resultados que garantice que la investigación se lleve a cabo de forma satisfactoria. 

 El ensayo, que ahora mismo se encuentra en fase de redacción, será evaluado por el Comité Ético de Investigación de Las Palmas, que está acreditado a nivel nacional e internacional. «Habrá una evaluación técnico-científica, otra evaluación ética y luego se emitirá un dictamen que servirá para el resto del mundo», aclara. 

La iniciativa será evaluada por el Comité Ético de Investigación de Las Palmas

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Las expectativas son altas. Además, a juicio de Fiuza, el hecho de que un hospital canario participe en un ensayo de esta índole contribuirá a posicionar al Archipiélago a nivel mundial. «Esto potenciará nuestra excelencia porque somos capaces de hacer ensayos clínicos pioneros en el mundo. Tenemos investigadores brillantísimos en nuestra comunidad autónoma que, al igual que el doctor Norberto Santana, tienen que irse fuera, pero él ha sabido mantener unido a su equipo de investigación desde la distancia», valora. 

Lo cierto es que la epidemióloga lleva dos décadas trabajando junto con el cirujano torácico y el doctor Bernardino Clavo, responsable de la unidad de Investigación del Doctor Negrín, que aúna una amplia experiencia en el manejo del ozono. «La idea es que participen hospitales de distintos países, si bien el principal será el King Faisal Specialist Hospital & Research Center», apostilla el doctor Clavo. «En mi caso, voy a estar muy involucrado en asesorar sobre el uso del ozono en pacientes. Esto lo haré partiendo de la experiencia que tenemos tanto en ensayos clínicos como en tratamientos compasivos en circunstancias en las que no hay opciones terapéuticas», prosigue, sin olvidar poner en valor el estudio realizado con ratas.

Pero su labor irá más allá, pues también deberá formar a los médicos que vayan a utilizar este gas y resolver las posibles dudas que puedan surgir. «El ozono es una molécula que está formada por tres átomos de oxígeno, por eso es mucho más reactivo. Sin embargo, si se usa de forma adecuada, es capaz de generar estímulos en el cuerpo que intentan adaptarse al estrés oxidativo que produce, fabricar mecanismos antioxidantes y potenciar los mecanismos antiinflamatorios», resalta el experto, quien espera que el trabajo de investigación pueda ser útil para ofrecer una ventana esperanzadora a los pacientes que precisan un trasplante de pulmón. 

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