Desde el primer día de la erupción, la solidaridad comenzó a llegar desde todos los puntos del Archipiélago canario, desbordando previsiones y hasta la posibilidad de gestionar todas esas ayudas, lo que obligó a buscar grandes espacios para poder articular un reparto –necesario en aquellos primeros instantes–, entre quienes comenzaban a perder sus casas o se habían visto obligados a abandonarla.

Tres meses después, el servicio que prestado sigue siendo fundamental para miles de personas que han podido resolver su emergencia habitacional, pero para quienes todavía hoy sigue siendo necesaria la solidaridad, tanto con la entrega de alimentos como con productos de primera necesidad.

El epicentro de las donaciones se muda, de lunes a viernes, hacia la calle Glorieta Castillo Olivares

En el municipio de Los Llanos de Aridane, el lugar elegido para gestionar estas donaciones fue un pabellón deportivo, el Severo Rodríguez, con aforo para más de 3.000 personas, en donde cada butaca se tornaba en un remedio inmediato para cada afectado. Allí se colocaron zapatillas de deporte por tallas, camisetas, ropa de niño y, en general, todo lo necesario para procurar vestido a los damnificados que salieron de sus casas con lo puesto.

También se recogían alimentos y muchísimos enseres destinados, sobre todo, a los más pequeños. En los pasillos se alternaban carritos de bebé, cunas o juguetes con objetos solidarios llegados desde los otros municipios de La Palma, el resto del Archipiélago o la Península.

Han sido tres meses de intenso trabajo en el que cientos de voluntarios han ayudado a sobrellevar la situación a miles de personas que se han visto en la obligación de acudir a este escenario de auxilio para conseguir avanzar en sus vidas.

Ahora, mientras la antigua fábrica JTI de El Paso sigue siendo el principal centro de recepción y distribución de productos y el Centro de Día del mismo municipio mantiene esas tareas, el Severo Rodríguez volverá a retomar su actividad deportiva cuando la cuenta atrás para declarar por terminada la erupción llega a su fin.

La actividad permanecerá, pero ahora en un nuevo espacio habilitado en el que se viene trabajando desde hace semanas, y que se encuentra ubicado en la calle Glorieta Castillo Olivares, desde donde se seguirá realizando el reparto de productos recibidos de las donaciones destinadas a las personas afectadas por el volcán. 

Es concretamente en este local, que se mantendrá abierto de lunes a viernes en horario de 9:00 a 13:00 horas, donde las personas afectadas podrán recoger ropa, productos de higiene o pañales, entre otros, mientras los productos alimenticios se podrán retirar en el Banco de Alimentos, siempre pasando antes por los trabajadores sociales.  

Y es que, al cumplirse tres meses del inicio de la emergencia volcánica, se hace necesario reorganizar los espacios municipales que fueron abiertos, como el Pabellón Severo Rodríguez, que ha recuperado su condición original, por lo que se ha hecho necesario habilitar este nuevo lugar que sigue recibiendo la ola de solidaridad que sigue llegando desde muchos puntos, donde el trabajo del voluntariado ha tornado en posible hacer realidad esas ayudas a muchísimas familias.

El Severo Rodríguez quedará para el recuerdo como un centro de esperanza y de solidaridad, en el que un ejército de voluntarios se empeñó en intentar hacer las cosas más fáciles a quienes peor lo han pasado, como un símbolo de la lucha de un pueblo por vencer a esta catástrofe natural.