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Música | Fallece la embajadora de la canción isleña

Adiós a María Mérida, voz referente de la música folclórica de Canarias

La cantante herreña, que difundió el repertorio isleño en más de 300 escenarios y cantó a los emigrantes canarios en las ondas, falleció ayer a los 96 años

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María Mérida fallece a los 96 años La Provincia

La cantante herreña María Mérida, la voz referente del folclore canario que situó el repertorio tradicional isleño en el mapa internacional, falleció ayer a los 96 años en su domicilio de la villa de Candelaria, en la isla de Tenerife.

Mujer pionera de la canción isleña y su difusión universal a lo largo del siglo XX, Mérida ha promovido la música popular de las islas en más de 300 escenarios de los cinco continentes y se erigió en referente vocal de cientos de emigrantes canarios en América Latina, a los que cantaba las melodías de su tierra a través de las ondas en los años de posguerra.

A lo largo de 80 años de carrera artística, Mérida cantó y grabó más de 700 piezas que forman parte del patrimonio musical del Archipiélago y, entre otros reconocimientos, fue distinguida con el Premio Canarias en 2001 en la modalidad de Cultura Popular. En la década de los años 50, el New York Times la distinguió como «una de las cuatro mejores voces del mundo», mientras que el diario francés Le Figaro la denominaba la «Edith Piaf canaria».

Nacida en Valverde, en la isla de El Hierro, en 1925, la vocación musical de Mérida nació en su infancia temprana al abrigo de las folías que cantaba e interpretaba su padre a la guitarra. «Yo era entonces una niña, y ya empecé a amarlas», manifestó la cantante en el capítulo dedicado a su trayectoria dentro del documental 35 años de los Premios Canarias, dirigido por Elio Quiroga, para Televisión Canaria. Entonces, Mérida recordaba que, con solo 12 años, ya había recibido el primer galardón de su carrera en un festival de folías isleño, en 1937.

A lo largo de su vida, la artista ha cuidado y ejercitado una voz propia de «contralto dramática», tan prodigiosa como difícil, que internacionalizó en los escalones de una larga carrera artística bajo la convicción de que el folclore conforma «el alma y la raíz de un pueblo». «Dios nos ha dado la música más bonita y había que mostrársela al mundo», manifestaba con frecuencia.

En el año 1947, a sus 21 años, la cantante se trasladó con su grupo tinerfeño Coros y Danzas a Madrid, donde fundó el denominado Hogar Canario, y encandiló al público en espacios culturales emblemáticos como el Teatro El Español o el María Guerrero, así como en recitales en la Puerta del Sol. En esta etapa, Mérida cosechó numerosos éxitos y coincidió con reconocidas artistas nacionales e internacionales como Lola Flores, Marujita Díaz o Ava Gardner.

Mérida se convirtió en la primera cantante de Canarias en lanzar un disco propio

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Discípula de Néstor Álamo, el maestro guiense acudió a la capital en su busca y juntos grabaron su disco de debut en la década de los 40, lo que convirtió a Mérida en la primer cantante de Canarias en lanzar un álbum propio. Este álbum popularizó canciones que forman parte del acervo popular e identitario isleño, como la mítica Palmero sube a La Palma.

En aquellos años de posguerra, que alumbraron la «edad de oro» de la radio, su acento se hizo popular en las primeras emisoras españolas, como Radio Nacional de España, Radio Intercontinental y Radio Madrid, donde trabajó siete años en un programa dedicado a emigrantes españoles que se emitía en toda América Latina.

A través de las ondas, la voz de Mérida arropaba la nostalgia de cientos de familias canarias, lejos de sus casas, con las canciones de su tierra. Y este lazo también se estrechaba al final de sus conciertos al otro lado del Atlántico, donde muchos y muchas se acercaban a manifestarle su cariño y gratitud por exportar las isas, folías y malagueñas al corazón de la magua del medio siglo.

Giras

El mapa de Mérida se ramificó en países de todo el globo, desde Cuba hasta Japón, atravesando toda Europa. Como anécdota, el mismo día que Fidel Castro lograba entrar en Cuba, Mérida ensayaba con su grupo para actuar esa misma noche en el país.

Además, la cantante pasó una larga temporada en Hollywood, donde trabó amistad con actores como Danny Kaye, Gilbert Roland y Ruth Roman, toda vez que, entre sus amistades, también figuraban cantantes como Amália Rodrigues, María Dolores Pradera y Victoria de los Ángeles.

La artista grabó más de 700 canciones que forman parte del patrimonio musical del Archipiélago

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Asimismo, en 1988, se incorporó a los elencos de la Antología de la Zarzuela, dirigida por José Tamayo, y compartió escenario con una selecta agrupación de artistas de reconocimiento mundial, como el tenor grancanario Alfredo Kraus, íntimo amigo «y casi hermano»; pero también Plácido Domingo, Monserrat Caballé y Victoria de los Ángeles.

Cuando la gira recaló en China, Mérida actuó ante 10.000 espectadores diarios en representación de las islas, donde Canarias se erigió entre las actuaciones más aclamadas por 160 millones de chinos.

Sin embargo, después de 52 años fuera de las islas, Mérida decidió regresar al Archipiélago porque, en sus propias palabras, «la nostalgia me mataba». Y si bien pudo decantarse por enhebrar una carrera que se consolidase en la lírica, Mérida volvió una y otra vez, a lo largo de su vida, a la canción canaria. «Me obligaron a decidir, y elegí lo que amo. Y no me arrepiento», afirmaba la cantante.

Devota de su tierra y querida por el público de todas las islas, la vida apretó los caminos del corazón con varios golpes, sobre todo, con la pérdida de varios hijos, ante lo que la cantante siempre declaró, cuando rompía este silencio con los medios de comunicación, que «el cariño del público siempre ha compensado la tristeza y el esfuerzo».

En el cambio de siglo, Mérida consagró sus últimas décadas afincada en Candelaria con su familia a la promoción y divulgación del patrimonio musical canario, aunque nunca renunció al canto. En 2001, la artista publicó el disco Mi dulce Garoé, grabado por la discográfica Discan con la colaboración del Grupo Bentayga, que reúne sus grandes éxitos como Folías, En el puerto de La Palma, Ay Santa Cruz, Ay, mi dulce Garoé o Casitas Blancas. Esta compilación incluye muchas canciones de su autoría, puesto que, en su faceta menos conocida, Mérida compuso a menudo sus propias letras, sobre todo, en los primeros discos.

Después de 52 años fuera de las islas, la cantante regresó porque «la nostalgia me mataba»

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Desde 2007, Mérida formó parte del Bimbache Jazz y Raíces/Bimbache openART Festival, un proyecto dirigido por el guitarrista alemán Torsten de Winkel y recomendado por el Centro Unesco de Canarias. En el marco de este proyecto, Mérida cantó una hermosa versión del poema Convivencia, de Agustín Millares Sall, acompañada por músicos integrantes de los grupos de Herbie Hancock, Pat Metheny, Joss Stone y John McLaughlin.

Hija Predilecta de El Hierro, a lo largo de su extensa trayectoria recibió un gran número de premios y honores, entre los que destacan, junto al Premio Canarias, la Orden Islas Canarias, el Premio Taburiente de la Fundación Diario de Avisos y el Premio de Honor de los Coros y Danzas de España. El pasado 2021, los Premios Canarios de la Música le concedieron el Premio de Honor a su trayectoria, junto con la soprano Isabel Torón.

Uno de sus últimos proyectos se tituló El bolero de María, donde la infatigable cantante, que llevó su pasión hasta el último aliento colaboró con el Proyecto Anti. También protagonizó el documental María Mérida. Hasta que muera mi voz, una aproximación íntima al universo de la artista, dirigido por la escritora y cineasta grancanaria María Jesús Alvarado.

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