La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El año del «sí, quiero»

Tras el parón de 2020 y 2021 por el cierre de iglesias y juzgados por la pandemia el sector se revitaliza: los enlaces suben un 30% y se crean microempresas para satisfacer las demandas nupciales

Una novia muestra su ramo minutos antes de caminar hacia el altar y contraer matrimonio. | | PABLO BÉGLEZ

Este 2022 será el año de las bodas. Muchas parejas decidirán lanzarse al fin a celebrar su unión después de dos años de dudas e incertidumbre por el covid. No obstante, la forma de casarse sigue irremediablemente marcada por la realidad pandémica. Según detallan los expertos, celebrar una unión de este tipo en Canarias cuesta hoy en día entre un 20 y 30% más que antes de que la palabra covid entrara a formar parte de nuestro día a día.

«Celebrar ahora una boda es más caro como consecuencia de todas esas pautas de protocolo para cumplir la normativa sanitaria. Todo eso exige más personal. También afecta a cuestiones de montaje, por ejemplo. Los cócteles se tienen que realizar sentados y, por lo tanto, necesitas muchas más mesas. Cada persona tiene que tener su sitio en cada momento. Eso implica más material para alquilar, más camiones para transportarlo y, por lo tanto, sobrecostes», explica la tinerfeña Belén Oliva, organizadora de bodas de la empresa La boda de Chloe.

El sector, que aglutina a una pléyade de profesionales que van desde las tiendas de ropa a la fotografía o el entretenimiento, se prepara por fin para un año plagado de actividad. Confluyen ahora varios aspectos. Por un lado, hay parejas que llevan retrasando su enlace desde 2020. Por el otro, hay ganas de volver a encontrarse con amigos y familiares para una celebración. Fotógrafos, maquilladores, planificadores de bodas y locales especializados en este tipo de eventos tienen ya sus agendas de 2022 prácticamente completas. Algunos de ellos, de hecho, ya han comenzado a cerrar fechas para 2023.

Pero mientras el sector se reactiva, los profesionales que forman parte de este sector no olvidan que se han sentido olvidados e injustamente tratados durante los meses pasados. Los cambios repentinos de nivel –que en un principio entraban en vigor los sábados– dejaron a muchos novios en la estacada, con la comida prácticamente preparada y los salones de banquetes montados con solo unas horas de antelación. Ante esta situación, decidieron unirse en una asociación regional que consiguió que se les tuviera en cuenta y que el cambio de restricciones por la subida o bajada de nivel entrara en vigor los lunes. «La reivindicación que hicimos al Gobierno de Canarias era que el sector de bodas no es solo de las wedding planner o de los sitios de celebración. Abarca muchas microempresas cuya actividad no está únicamente dirigida a este negocio pero que encuentran aquí un empujón muy fuerte. Por ejemplo, la pastelería encuentra una época muy buena de trabajo con las bodas y lo mismo pasa con las papelerías y las imprentas», añade Belén Oliva.

Entre los servicios que han subido de precio se encuentra también el maquillaje de novias, aunque los profesionales del sector reconocen que se debe más a a la subida anual del IPC que a un cambio debido a la crisis sanitaria. El servicio de catering también es más caro hoy que antes de la pandemia. «Los costes de los proveedores han subido y los novios se topan con el hecho de que no pueden hacer la boda que quisieran por las medidas sanitarias», apunta Jessica Cotelo, de la empresa grancanaria de organización de bodas On fire Love.

Sectores como el de pinchadiscos temen que los profesionales abandonen su ocupación y no haya oferta a final de año para responder a las contrataciones

decoration

La celebración de las bodas civiles también tiene su propio coste, aunque dependiendo del lugar en el que elijan casarse los novios puede salir incluso gratis. De las cuatro ciudades más grandes de las dos islas capitalinas, únicamente Telde cobra tasas, con un precio de 185 euros, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna no tiene coste alguno este trámite. De este modo, los ayuntamientos de las Islas se preparan para una prolija temporada de bodas en 2022. En Las Palmas de Gran Canaria, donde el año pasado contrajeron matrimonio 130 parejas, ya tienen reserva para otras 190 ceremonias. Mayo, junio y julio son los meses más demandados. En La Laguna, otro de los consistorios preferidos por los novios, tienen ya programadas unas 37 (en 2021 se celebraron allí 116). El mes más solicitado para casarse en la ciudad de Los Adelantados es julio.

Sin embargo, los últimos datos de bodas celebradas por la Iglesia en Canarias datan del año 2020. La Diócesis Nivariense celebró 314 matrimonios, mientras que la Diócesis de Canarias ofició 635 matrimonios ese mismo año. Jesús Manuel Gil Agüín es el párroco de Nuestra Señora de la Concepción, en La Laguna, uno de los espacios religiosos que más bodas recibe en la ciudad, junto con el Santuario del Cristo. Explica que a lo largo de los últimos dos años se han producido muchas cancelaciones en los enlaces pero la previsión es que se alcancen cifras de antes de la pandemia a partir del próximo mes de mayo. El religioso comenta que en la actualidad hay más problemas para encontrar fechas en parroquias grandes e iglesias puesto que los novios prefieren celebrar las bodas en lugares amplios para que pueda asistir más gente al mismo tiempo que se cumplen las medidas de seguridad y la limitación de aforos.

Pero las bodas no solo se enfrentaron a problemas en años anteriores sino que ahora, con el resurgir del sector, siguen teniendo que hacer frente a nuevos retos. En el caso de la repostería, por ejemplo, las empresas especializadas están teniendo problemas de abastecimiento desde hace algunos meses. Así lo reconocen las propietarias de Free Heart, en Tenerife, y de la pastelería Guirlache, en Gran Canaria, que ahora necesitan recibir los encargos con mayor antelación para poder garantizar la llegada de los productos a tiempo para dar forma a las esperadas tartas de boda.

Otro sector que presenta problemas es el de los pinchadiscos. Ya desde antes de la pandemia, muchos de estos profesionales no se dedicaban únicamente a poner música en las bodas, sino que lo combinaban con otras ocupaciones. Las cancelaciones de bodas en los últimos tiempos han provocado que muchos de ellos abandonen definitivamente el sector. El pinchadiscos grancanario Fano Sánchez es representante de la Asociación de DJ de Gran Canaria y asegura que «el sector está viendo la luz pero, con tanta gente que está dejando la profesión, no sé si podremos dar respuesta a todas las reservas cuando la cantidad vuelva a ser la de antes, algo que esperamos que suceda a final de este año». Una vez más, realizar las gestiones y reservas con suficiente antelación se convierte en algo primordial para que todo salga al gusto de los novios en un día tan importante.

Más allá de los problemas que pueden surgir, el sector de las bodas ha sido y sigue siendo un nicho para el emprendimiento. Prueba de ello son los negocios que en estos momentos tan complicados inician su andadura. En Gran Canaria, varias fincas acaban de abrir sus puertas para albergar tanto las bodas como los convites. Tamar Mejías es la propietaria de la finca El Duraznillo y, aunque ya han recibido muchas peticiones de presupuesto para este año, reconoce que «las parejas tienen miedo por si tienen que cancelar de nuevo los enlaces y no se llegan a materializar las reservas, pero tenemos la esperanza de que este año sea el definitivo para reactivar el sector». A pesar de los buenos deseos para este nuevo ejercicio, esta finca ha tenido que bajar sus precios para llamar la atención de posibles clientes y de los 1.200 euros de salida han pasado a 800 euros por celebración.

La también grancanaria finca Bodegas Bentayga abrió sus puertas en 2019 y ha tenido que ver cómo las reservas que tenía para estos años se han ido posponiendo hasta la actualidad. La gran cantidad de parejas interesadas en casarse ha provocado que esta empresa tan joven no tenga problemas para hacerse un hueco en el sector. «Hay mucha gente interesada en casarse y puede que este sea un año importante porque lo que quieren muchos es poder hacerlo sin mascarilla y por eso lo están organizando para final de año, esperando que se pueda cumplir su deseo», explica la gerente de Bodegas Bentayga, Sandra Armas.

Pero casarse en 2022 implica adaptarse a la vida post-pandemia. La moda nupcial ha tenido que recurrir a la imaginación y confeccionar mascarillas elegantes para completar el look de los invitados. Desde By Loleiro Atelier explican que el uso de pamelas ha quedado relegado debido a la incomodidad que supone llevarlas junto a los necesarios tapabocas, que además han provocado cambios en los maquillajes. Lo esencial ahora es realzar la mirada con llamativas sombras de ojos.

A pesar de las limitaciones, la pandemia sanitaria dejará recuerdos imborrables. Algunos novios tuvieron que rendirse y posponer tan ansiado día. Otros, sin embargo, hicieron gala de su resiliencia. Este último año se dieron casos repentinos de cambios de nivel que dejaron a parejas con la mitad del aforo previsto de un día para el otro. ¿La solución? Hacer dos ceremonias en dos días consecutivos, aprovechando el montaje, para que todo su entorno pudiera compartir con ellos su felicidad.

Además de maquilladora de novias, la conocida instagramer canaria Ceci Wallace se casó el año pasado después de tener que retrasar su boda por la llegada de la pandemia. La fecha inicial prevista era el 4 de julio de 2020 pero «lógicamente tuvimos que aplazarla» hasta septiembre de 2021. «Cuando llegó el año vimos que tampoco íbamos a poder hacer la celebración que queríamos así que decidimos casarnos sin ella y más adelante veremos qué hacemos», relata la joven tinerfeña. Añade que, ya que junto a su novio había realizado todos los trámites necesarios para casarse por lo civil, «decidimos seguir adelante porque es complicado cambiar fechas y aunque apostamos por algo íntimo, al final resultó ser un día precioso».

Tanto como novia como maquilladora de bodas, Ceci Wallace sabe que «hay mucha gente casándose y recuperando la ilusión por las bodas porque son una fiesta maravillosa donde celebrar el amor y la amistad, y una de las pocas ocasiones en las que podremos reunir a todos nuestros seres queridos» por lo que anima a los futuros novios que aún se lo plantean a «no perder esa ilusión y seguir celebrando».

PABLO BÉGLEZ A. Cruz / P. Ginovés

Pablo Béglez, al detalle

El grancanario Pablo Béglez asegura que su principal objetivo como fotógrafo de bodas es «contar la historia de ese día sin alterar nada de lo que está pasando o forzando las situaciones para que ocurran». El profesional observa a la pareja, pasando desapercibido: «Los detalles son importantes en las historias que cuento a través de mis imágenes y sin ellos perderían su sentido». 

Los otros protagonistas

El vestido más especial El Día

El vestido más especial

Uno de los aspectos más importantes de una boda es todo lo relacionado con la indumentaria, especialmente la de la novia. Infinidad de empresas y profesionales trabajan en este campo. Marisa Velázquez es el alma de una de las marcas canarias más conocidas del sector: By Loleiro Atelier. Especializada en sombreros, tocados y complementos, acaba de cumplir su primera década de historia. «De unas setenta novias que tenía previstas en 2020, finalmente se casaron solo doce y a la última apenas fueron 13 personas», recuerda. Velázquez asegura que la gestión de la pandemia perjudicó mucho al sector y que eso les obligó a crear una asociación. «Fuimos los grandes olvidados», lamenta. Adelanta que para este 2022 no tiene ni un fin de semana libre pero explica que aún hay «mucho temor» a la hora de planificar las ceremonias. «Nos hemos mantenido gracias a nuestros ahorros», sentencia.

Un rostro perfecto para la ceremonia A. Cruz / P. Ginovés

Un rostro perfecto para la ceremonia

Ceci Wallace se dedica a maquillar novias desde hace varios años y antes de la crisis sanitaria llegó a realizar unos 25 trabajos anuales: «2019 fue especialmente bueno porque ya era más conocida en Instagram por mi trabajo y tuve muchas contrataciones». Aunque trabaja principalmente en Tenerife, ha sido contratada para celebraciones en otras Islas por lo que, si su agenda lo permite, no duda en acudir allá donde la reclamen. Reconoce que 2020 fue «un año duro para el sector porque se cancelaron muchas bodas pero por suerte en 2021 remontamos, aunque también sufrimos cancelaciones ante tanto cambio de fase». Dice sentirse muy contenta con la llegada del nuevo año porque ya tiene la agenda totalmente cerrada, al igual que muchas compañeras de profesión. Ante la avalancha de bodas para 2022, la maquilladora recomienda a las futuras novias que comiencen ya a planear su boda para 2023.

Música para celebrar el amor El Día

Música para celebrar el amor

Alberto Plaza o lo que es lo mismo, Betapinchadiscos, es un DJ de Tenerife que se dedica al mundo de las bodas desde hace unos 15 años, viajando por el Archipiélago e incluso fuera de las Islas. «Han sido dos años muy complicados, sobre todo 2020, cuando se produjo una disminución de las reservas de hasta el 50%», relata el pinchadiscos quien resalta la valentía de las parejas que se han casado en los últimos tiempos, «a pesar de la incertidumbre». Para este 2022 ya tiene cerca de una veintena de bodas confirmadas y espera llegar hasta las 40, una cifra que superaba con creces antes de 2019. Los protocolos han afectado mucho a su sector en particular ya que «no podemos interactuar con nuestros clientes ni dejar que lo hagan entre ellos» y por eso él, por ejemplo, ha hecho hincapié en crear nuevas formas de animación que permitan a los invitados realizar juegos musicales desde sus mesas sin tener que levantarse.

El momento dulce del día A. Cruz / P. Ginovés

El momento dulce del día

La pastelería Guirlache es una de las más emblemáticas de Gran Canaria y por eso muchas parejas la eligen para que realice su tarta de boda. Pedro Rodríguez es el administrador de la empresa y afirma que estos últimos años «han sido muy extraños» por la limitación de los aforos, lo que ha provocado que los encargos sean notablemente más pequeños que antes de la crisis sanitaria. En 2020, sus encargos descendieron en un 85% aproximadamente y ahora afirman que las tartas se buscan «más como recuerdo que para dar de comer a los invitados». Antes de la pandemia se encargaban de realizar unas cinco tartas de boda al mes y para este año esperan contar con al menos un encargo mensual porque ya han recibido diversas peticiones de presupuesto. «La tarta sigue siendo un must de las bodas porque, si no hay, parece que falta algo pero es cierto que cada vez nos las piden como algo decorativo», expresa.

Fiesta con fotomatón El Día

Fiesta con fotomatón

Los convites de boda se han llenado en los últimos tiempos de una gran variedad de servicios para garantizar la máxima diversión de los invitados. Guacimara Alonso es la joven emprendedora tinerfeña que está detrás de Piczzy Canarias, un fotomatón que se encarga de capturar los momentos más graciosos de las celebraciones. Explica que servicios como el que ella ofrece es de los últimos que se contratan en la planificación de una boda, por lo que hasta el momento solo se han materializado una decena de reservas, aunque ella espera llegar hasta las 60 celebraciones en 2022. Aunque ha tenido que adaptar algunas de las características de su servicio y ahora solo cuenta con sombreros para que los invitados se engalanen para las fotografías y un estricto protocolo de limpieza, esta empresa no ha incrementado sus precios, que parten desde los 160 euros, igual que cuando la empresa se fundó en 2018.

Para que todo salga perfecto A. Cruz / P. Ginovés

Para que todo salga perfecto

Belén Oliva, de La Boda de Chloe, se encarga de ayudar a los futuros novios a organizar uno de los días más especiales de su vida. Como organizadora de bodas está en permanente contacto con el resto de profesionales del sector. «Este año se presenta bastante bien. Se habla de un auge de bodas que yo creo que habría que analizar. Muchas de ellas provienen todavía de 2020 y 2021», puntualiza. Pese a que ella -por suerte- no tuvo que sufrir cancelaciones, sí que se pospusieron bastante de los enlaces en los que estaba implicada. «Todavía estamos con la resaca de los años anteriores. Se celebrarán muchas bodas en viernes, sábados y domingos porque la capacidad es la que hay», explica. Por lo pronto, para este año tiene ya cerradas a unas 20 parejas a las que ayudará con su boda. También destaca las dificultades por las que ha pasado un sector del que dependen, en parte, «muchas microempresas».

Recuerdos para toda la vida A. Cruz / P. Ginovés

Recuerdos para toda la vida 

Las parejas quieren un recuerdo del día de su boda. Para ello, nada mejor que un buen profesional de la fotografía. Juanmi Alemany solía hacer una media de 25 bodas al año antes de que la pandemia sanitaria lo cambiara todo. «En la peor época, 2020, hice solo siete. También es verdad que se aplazaron muchas de ellas y este año voy a recuperar algunas», detalla sobre la difícil situación que ha atravesado el sector. A día de hoy, recién estrenado 2022, ya tiene agendadas 19 bodas. «Y algunas fechas de 2023 empiezan a llenarse», destaca. «Estoy comenzando el año igual e incluso un poco mejor que antes de la pandemia», reconoce. Mientras, Andrea Fernández y María Ramos, de Mi Lima Limón, aseguran que ya tienen 22 bodas contratadas para los próximos meses. «En nuestro caso, estamos incluso un poco mejor que antes de la pandemia en cuanto a contrataciones», sentencia Fernández.

Un lugar de ensueño A. Cruz / P. Ginovés

Un lugar de ensueño

Punta del Lomo es una finca platanera con más de 100 años de antigüedad situada en Guargacho, en San Miguel de Abona. Muy popular entre las parejas tinerfeñas, permite a los contrayentes la posibilidad de celebrar la ceremonia en una magnífica finca de plataneras. Actualmente, tiene reservados para bodas todos los sábados de este 2022 que acaba de comenzar. «Muchas son ceremonias que se pospusieron incluso desde 2019», explican sus gestores. De hecho, están empezando a solicitar ya fechas para 2023. La principal diferencia respecto a las bodas que se celebraban antes de la pandemia es el número de invitados: de una media de entre 120 y 150 personas se ha pasado a una de un máximo de 90. No obstante, la situación sanitaria sigue mermando su otra gran fuente de ingresos: los viajes de incentivos de grandes empresas internacionales que escogían el espacio para sus cenas de gala.

Compartir el artículo

stats