Cándido Guerra, el concejal de Urbanismo de Seseña (Toledo), despliega el mapa de la localidad sobre la mesa del Archivo de la planta baja de la sede del Área, situada en un coqueto chalet de dos plantas con amplio jardín separada del resto de las dependencias municipales del centro de la localidad.

Es casi una metáfora de lo que la construcción supuso para este municipio del norte de Toledo de 27.066 habitantes, en la frontera con Madrid, y que en su día fue el paradigma de los excesos de la burbuja inmobiliaria de la mano del polémico Francisco Hernando 'El Pocero'.  

Rodeado de archivadores por todos lados, el socialista Guerra señala aquí y allá en el mapa, y empieza a enumerar el nombre de las parcelas, que se asemejan a las matrículas de los coches. Se conoce al milímetro cada detalle del plano. 

"Aquí estará el sector de Parquijote, que son 4,5 millones de metros cuadrados de suelo que según el nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM) se dedicará a actividades económicas, tejido industrial, para generar empleo", dice apuntando un vasto terreno al sur del casco antiguo de Seseña.

En el mapa se observa perfectamente la peculiaridad de la configuración del municipio, dividido en varios núcleos separados, como si fueran pedanías.  

Secarrales

Por un lado, el casco histórico. Por otro, a tres kilómetros, un poco más al norte, El Quiñón, el desarrollo urbanístico de 'El Pocero' donde se levantaron en su día cerca de 5.300 viviendas en enormes bloques que se ven como mozacotes desde la autovía. Pegada a la A-4 está Seseña nuevo y al otro lado de la autovía, Vallegrande. 

El edil de Urbanismo, Cándido Guerra, muestra el mapa de Seseña. Alba Vigaray

Con el fin de regular el futuro urbanismo y crear "un único núcleo urbano", el Ayuntamiento de la localidad está ultimando el POM, que ya anteriores equipos de gobierno trataron de sacar adelante. 

Redactado por el Gobierno municipal del PSOE, Unidas Podemos y Más Seseña, declara residenciales los terrenos situados entre el casco histórico y la autovía, que ahora mismo son auténticos secarrales, pero que podrían llegar a albergar "hasta 13.825 viviendas", más incluso de las que soñó 'El Pocero', fallecido el año pasado por coronavirus.  

"Si mañana se aprobara el plan, cualquier promotor podría decir que quiere construir"

"Si mañana se aprobara el plan municipal, cualquier promotor podría decir que quiere construir en esta zona", afirma el concejal, que considera un éxito si se consigue sacar adelante el plan esta legislatura, ya que tiene todavía que añadirse un estudio de "igualdad y de tráfico", realizar la "concertación interadministrativa" y llevar a cabo la aprobación definitiva en pleno. 

Las nuevas construcciones tendrán entre cuatro y cinco plantas, ya que si se continúa con el desarrollo unifamiliar -chalés- que hay, por ejemplo en Seseña Nuevo, la dotación de servicios se haría "insostenible". "Es que los IBIs que se cobran no son muy elevados. Este es un municipio de gente trabajadora y subir en exceso la carga impositiva se le hace difícil al ciudadano", asegura el concejal.  

Seseña tratará así de crecer de forma "ordenada" y no como cuando llegó 'El Pocero', cuyo desembarco sin medias tintas provocó tiranteces con el entonces Gobierno municipal, liderado por Izquierda Unida, que hicieron que los residentes de El Quiñón no tuvieran garantizados los servicios básicos al principio. 

"No hay viviendas disponibles"

Curiosamente, la aprobación del Plan puede coincidir en el tiempo con que las inmobiliarias cuelguen por fin, 15 años después de inaugurarse la primera fase de este PAU levantado por 'El Pocero', el cartel de "No hay viviendas disponibles" tras numerosas cuitas judiciales y bancarias.  

Las casas salen al alquiler y apenas duran dos o tres días disponibles

"Estamos a un ritmo de venta muy bueno, de unas 30 o 40 casas al mes entre todas las inmobiliarias. De aquí a finales de año no quedará ninguna vivienda libre y entonces los precios subirán de forma brusca. En alquiler las casas apenas duran ya dos o tres días, se alquila rápido", resume Sergio Montero, de Mediaciones Inmobiliarias, que tiene una oficina en un local de El Quiñón con cinco empleados y cuya actividad entre semana no tiene nada que ver con el fin de semana, cuando hay más visitas. 

Dos vecinos de El Quiñón, frente a una de las urbanizaciones de este complejo de Seseña. Alba Vigaray

La empresa se encarga de comercializar la última urbanización disponible del complejo residencial, que suma un total de 5.300 viviendas, tras comprársela un fondo de inversión a unos de los bancos acreedores de la constructora y promotora de El Pocero, Omde 2000. 

La empresa se fue a la quiebra en 2015 y mantiene una deuda con la Agencia Tributaria de 87,5 millones de euros. El embargo paralizó la idea inicial de 'El Pocero', cuya firma todavía tiene la titularidad de numerosas parcelas, de levantar allí 13.000 casas.  

Los pisos de dos habitaciones que se comercializan ahora, de materiales de primera calidad, con piscina olímpica, trastero y plaza de garaje, se venden por 119.000 euros, un precio que sigue siendo económico con respecto a lo que valían en su día. Aun así está alejado de los 50.000 euros que llegaron a costar estas viviendas hace cuatro años, cuando las comercializadoras querían impulsar las ventas en una olvidada Seseña que ahora ha cogido brillo.  

Pisos de dos habitaciones se llegaron a vender por 50.000 euros; ahora valen 119.000

"La gente los compró como si no costaran, y ahora mucha gente los está alquilando", señala Montero. 

A medida que los pisos se fueron vendiendo se fue generando una pequeña burbuja, que aun así dista de los elevados precios que han alcanzado los pisos en la capital y en el sur de la región, como los municipios cercanos de Fuenlabrada, Pinto, Getafe, donde la vivienda se ha disparado. 

Pisos a estrenar

"Es que por 130.000 euros", afirma el comercial, "te puedes comprar, por ejemplo, un piso en el barrio de El Naranjo de Fuenlabrada, pero, claro, tiene 40 años. Aquí son a estrenar y con piscina y trastero". "Las viviendas siguen siendo mas baratas que en Madrid y eso es un gran reclamo", añade el concejal de Urbanismo.

Yo cuando llegué pedían 375 de alquiler; ahora 600. Se han subido a la parra

La pequeña burbuja ha afectado también al alquiler. "Mira, aquí hay mucha calidad de vida, pero últimamente se están subiendo a la parra. Están pidiendo 600 y 650 euros por un piso de dos habitaciones; yo cuando llegué aquí empecé pagando 350, ahora estoy en 475, me han subido, pero no tanto...", explica Javier, que apura un tubo de cerveza en la barra del bar La Torre de El Quiñón mientras sujeta con la otra mano una pistola de pan.

 

Es mediodía y por la calle se ven padres de paseo con el bebé, señoras de vuelta de la compra y varios operarios de limpieza en la faena. "¡600 euros!", exclama Javier, que trabaja en una fábrica de piensos en Griñón. "Es que es mucho dinero por algo está en medio del campo; si no tienes coche estás muerto", razona. 

Las quejas de los vecinos de El Quiñón siguen siendo las mismas que hace años. "Los pisos están de puta madre, pero no hay comercio", protesta Jorge, que lleva viviendo siete años en el desarrollo. 

"Aquí hay para comprar el pan y poco más", señala mientras pasea a su perro, un pastor de Caracas de enorme porte que se esconde tras su dueño. "Es que con el Covid solo nos veía a mi pareja a y mí y le ha cogido miedo a la gente". 

Sin cajero

En el desarrollo hay dos colegios, varias escuelas infantiles, restaurantes, farmacias, varios comercios, entre ellos un Eroski, y un ambulatorio, mientras se va a empezar a levantar un instituto. Según los vecinos, falta un banco -no hay cajeros-, "una administración de lotería, un estanco y un gran supermercado". 

"Yo pretendo que El Quiñón no sea una ciudad dormitorio", insiste el concejal de Urbanismo sobre un desarrollo al que quiere seguir potenciando. Así, nada más comenzar la legislatura el Gobierno municipal resolvió la condición de agente urbanizador de Omde 2000 "por incumplimiento de sus obligaciones" para poder declarar como solares 13 parcelas que dan al bulevar, facilitando así que se pueda construir en ellas. 

"Con las licencias de obra podremos financiar las obras de infraestructuras pendientes ['El Pocero' las dejó sin terminar]", afirma el edil, que aprecia que desde hace meses nota el interés de "los agentes propietarios" de los terrenos por construir, aunque muchos están a la expectativa de la crisis de las materias primas, que ha encarecido los materiales de obra y paralizado las nuevas construcciones. 

Un vecino de Seseña pasea a su perro en El Quiñón. Alba Vigaray

"Hay varios agentes que están negociando desde hace tiempo con constructoras y cooperativas para iniciar los trámites en las parcelas", informa el concejal, del PSOE.

En uno de las dos solares que tiene la promotora inmobiliaria Ferrocarril ya luce una enorme valla publicitaria anunciando la construcción de vivienda nueva. En concreto, levantarán un edificio de nueve alturas donde los 155 pisos oscilarán entre los 98.000 euros -una habitación- a los 159.000 -dos habitaciones-. "Tenemos bastante movimiento ya", apunta al teléfono Concha, comercial, que apunta que pronto colocarán una caseta informativa con un piso piloto para enseñar cómo serán los inmuebles, que también contarán con piscina, trastero y plaza de garaje, como casi todos en esta zona.  

Para el Ayuntamiento lo "lógico" sería que se completara el sector de El Quiñón antes de que se empiece el nuevo desarrollo, pero todas las posibilidades están abiertas. Lo cierto es que este PAU tiene un problema severo y es que cada parcela tiene asignada la totalidad de la deuda. Es decir, que quien se quiera hacer con una parcela debe hacerse con todas y pagar el importe total de los 87,5 millones. "Eso genera dudas de que venga un nuevo agente urbanizador; yo ya ha advertido de esta situación a la Agencia Tributaria". 

Entretanto, desde el Área de Urbanismo se planean usar una parcela municipal cercana al parque principal de El Quiñón para generar el centro de formación ocupacional más grande de Castilla-La Mancha con alrededor de 27.000 metros cuadrados. La idea es formar a los vecinos que vaya a trabajar en el desarrollo industrial, sobre el que ya han mostrado interés varias empresas. "La idea es que la gente que viva aquí también trabaje aquí y no tenga que irse a Madrid".

Hay que recordar, de hecho, que esta zona de la comunidad manchega, capitaneada por Illescas, donde está el mayor complejo logístico del sur de Europa, se ha convertido en un polo de creación de empleo y de atractivo para nuevos vecinos provenientes de Madrid.

En la comarca de La Sagra se ha disparado el precio de la vivienda y el alquiler y se da el caso de que hay vecinos que trabajan en la zona que incluso están viviendo en caravanas, tal y como adelantó 'El Periódico de España'.

Tras una extensa charla, el concejal incide en más planes que tiene para la localidad, como desarrollar cientos de viviendas de alquiler de protección pública en El Quiñón o proponer a la Universidad de Castilla-La Mancha habilitar un campus universitario en la zona sur de Valgrande, al lado de la estación de Renfe Cercanías. Un paso más para desterrar la leyenda negra del municipio con la burbuja inmobiliaria.