"Nacido en 2019, Toño es un mastín grandote y con mucha fuerza y energía. Muy juguetón y simpaticote, le encanta pasar el día con otros perros, nuca arma jaleo. Sobre todo porque también es muy mimoso y algo miedoso, pero en cuanto coge confianza es un auténtico torbellino de felicidad suprema. En adopción”. Al igual que Toño, Blanca, Auga, Ari, Blas o Bona, hasta sumar más de 400 animales, se mantienen en la actualidad a la espera de una familia responsable que los quiera, porque, tal y como afirma el presidente del refugio municipal de A Madroa, en VigoVicente Viso, “tristemente continúa habiendo más abandonos que adopciones".

En sus instalaciones, la protectora viguesa cuenta a día de hoy con un centenar de gatos y con más de 300 perros, unas cifras que Viso tilda de “horribles” y como principal indicativo de que “los abandonos no han remitido en la comarca de Vigo”, señala. En este sentido, el presidente del refugio municipal dice que la pandemia ha hecho mella en los abandonos, puesto que “con la crisis derivada del COVID, la pérdida o cambio de trabajo, incluso de vivienda, han provocado un incremento en el número de animales abandonados, principalmente por la falta de medios. Cuando se decide incorporar un animal a la familia, muchas veces no se echan bien las cuentas de lo que implica, porque no solo es darles de comer y mantenerlos limpios, también hay una serie de gastos veterinarios que hay que asumir. Son una responsabilidad más”, destaca Vicente Viso.

Si bien, en su opinión, todavía es “pronto” para hacer un balance sobre el desenlace de las adopciones registradas durante el período navideño, el responsable de la protectora de animales viguesa asegura que “sí es cierto que durante esa época acuden más personas al refugio con la idea de regalar un perro o un gato, vienen buscando cachorros o animales de buen aspecto, que queden monos en las fotos. Otros acuden con buena voluntad para regalarlos a un familiar algo deprimido, pero es que la adopción de un animal es algo muy personal, no son ninguna terapia, y en un alto porcentaje este tipo de situaciones acaba en abandono”.

Es por esto que desde A Madroa, a la hora de proceder a una adopción se realiza un cuestionario sobre la disponibilidad de atención al animal, el espacio con el que se cuenta, si se tiene experiencia con ellos, si hay otros animales en casa o niños, “porque la adopción debe de ser responsable, implican un compromiso de entre ocho y 14 años a lo mejor. Así que a veces consideramos que es mejor esperar por otro perfil de adoptante para evitar un segundo abandono, que en el caso de los perros supondría que prácticamente fuera irrecuperable”, insiste Viso.

Gatitos en adopción en Vigo.

En el caso de los perros, el perfil de los que se encuentran en la actualidad en las instalaciones de A Madroa se corresponde con canes que rondan los cuatro o cinco años de edad media y también hay un importante número de “abueletes”, que tienen todavía más difícil su salida del refugio. En el caso de los gatos, el presidente de la protectora apunta que “hay verdaderas preciosidades y son muy pacíficos y sociables, pese a que se pueda pensar lo contrario. Sin embargo, el número que tenemos ahora es elevadísimo y casi nadie se interesa por ellos, es mucho más complicado que sean adoptados que los perros. También es cierto que se adaptan mucho mejor a vivir en nuestro refugio porque disponemos de dos gateras de las que pueden salir al exterior a voluntad y en el interior cuentan con calefacción, no notan tanto la diferencia como un perro”.

Reforma en las instalaciones

En los últimos tres años, en el refugio municipal de Vigo se han acometido una serie de obras, todavía pendientes de finalizar, gracias a las cuales se le dotó de un suelo de hormigón, nuevas cubiertas en los tejados y una zona de oficinas.

Vicente Viso destaca sobre todo una zona separada del refugio que cuenta con su propio quirófano y que está destinada al plan de esterilización felina de las colonias urbanas. A este respecto, el presidente de la protectora viguesa comenta que “nuestro veterinario suele esterilizar entre 30 y 40 gatos al mes, generalmente más hembras que machos, y tras el postoperatorio son devueltas a las comunas”.

En el refugio de A Madroa, a día de hoy, trabajan dos veterinarios y otras cinco personas que se ocupan del cuidado de los animales.