La letra como instrumento de ilegibilidad o, en palabras de Saskia Rodríguez, de «de(s)letreo de la escritura», hila la nueva exposición de esta artista grancanaria, que abre sus puertas mañana, a las 19.00 horas, en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo. Esta muestra individual, que inaugura la temporada expositiva de 2022 en el mencionado espacio de Vegueta bajo el título Ejercicios de desletreo, formula una reflexión alrededor de la dimensión comunicativa y, sobre todo, de su representación y no-narratividad como un ejercicio de distanciamiento con respecto a la incesante invasión de mensajes que nos rodean en la sociedad contemporánea.

Motivada por el cambio de lengua asimilado durante el período en el que residió en Reino Unido, Saskia Rodríguez (Gran Canaria, 1993) comenzó a indagar en profundidad sobre la letra como un instrumento de ilegibilidad desde varios lenguajes contemporáneos, con los que multiplica y fragmenta su capacidad de significación. Si para el común de los mortales, la letra como signo representa una posibilidad agotada, la artista sostiene que el garabato encierra una riqueza infinita de posibilidades.

Ejercicios de desletreo se exhibe en el espacio artístico dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario hasta el día 25 de febrero, en horario de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, con entrada libre y gratuita.

El proyecto expositivo de Rodríguez está integrado por una cuidada selección de obras recientes que son fruto de su obsesivo interés por las nuevas construcciones textuales, en las que (re)presenta la letra como un instrumento de ilegibilidad, que nada tiene que ver con el lenguaje, simulando escritos en los cuales no se puede leer nada, pero en los que intuimos que hubo cierta información que se nos presenta a la vista inalcanzable. Las piezas están realizadas con técnicas mixtas empleando un falso periódico impreso en offset, varias libretas de bocetos, impresiones digitales sobre papel japonés, en grafito y papel de calco sobre papel, litografías y lienzos.

Como apunta la también artista y comisaria tinerfeña Ana Roca, que ha escrito el texto del catálogo, Rodríguez «quiere gritar desde el movimiento de su mano sin pronunciar nada. Bailar entre realidad y ficción de quien se atreve a imaginar. De esta manera, la artista plantea captar el silencio (escrito) representando el movimiento de su cuerpo y la impronta que este genera en sus obras».

Según avanza Roca, el público puede llegar a tener la sensación de que en las obras exhibidas que dialogan entre ellas se le presenta cierta información inalcanzable. «Nos hacen casi pensar sobre la importancia de lo escrito y el cuidado que conlleva el tocar, lo palpable y lo certero. Sin embargo, nos encontramos ante un mensaje que nadie redactó, lleno de trazos que hablan de silencio, la escritura sin lectura y viceversa, en un intento de incorporar la pausa al texto dentro de una estrategia evidente de ilegibilidad e incomprensión para el espectador».