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Crisis del coronavirus

El reducto gallego que se resiste al pinchazo

Imagen de archivo de una jornada de vacunación en Ourense.

Galicia adelanta a Asturias como la comunidad española con mayor porcentaje de población que ha recibido la pauta completa de la vacuna contra el coronavirus. Los últimos datos del Sergas de este mismo jueves cifran el índice de la comunidad gallega en el 88,18%, frente al 86,3% de nuestra vecina, la región fronteriza del norte. A la espera de que el Ministerio de Sanidad actualice los datos a 20 de enero, el pasado miércoles los parámetros del departamento gubernamental ya incidían en este sorpaso (85,8% de Galicia, frente al 85,5% de Asturias).

Pero si echamos un vistazo al mapa por concellos, una gran mayoría cuenta con más del 90% de sus ciudadanos inoculados con las dosis pautadas contra el COVID-19. Son 42 localidades los que bajan la media gallega, al registrar un porcentaje por debajo de esa cifra. La mayoría de ellos están situados en el área sanitaria de Vigo, y en la de Ourense, Verín y O Barco.

A ellos le siguen tres municipios cuya la adherencia es baja, incluso inferior a la media española (80,65%), ya que se sitúan entre el 70 y el 80% de población vacunada. Son A Lama (Pontevedra) con un porcentaje del 79,69 %, y dos concellos de la provincia de Ourense: Avión, que alcanza un porcentaje del 74,53% de vecinos inoculados, y Beariz, que llega al 74,08%. En Avión, gran parte de la población es emigrante, y a cualquiera que se le pregunte tiene familia en la diáspora. Muchos de estos ciudadanos llegaron el pasado verano con la doble pauta y su certificado de vacunación, pero en el registro del Sergas figuran como no vacunados.

Sólo hay un ayuntamiento en la Comunidad gallega que baja hasta dos tramos más, con respecto al siguiente menos vacunado. Así, el cronómetro de vacunación no registra ninguna localidad con un porcentaje de entre el 60 y el 70 por ciento de empadronados con pauta completa. Hay que ir hasta tasas por debajo de ese 60% para encontrar el reducto de Galicia que más se resiste a la vacuna: Negueira de Muñiz, en Lugo. Este municipio fronterizo con Asturias y perteneciente a la comarca de A Fonsagrada registra un 59,4% de población con todas las dosis administradas. Esto quiere decir que cuatro de cada diez habitantes del concello menos poblado de Galicia se han negado al pinchazo.

"Somos un pueblo de 225 vecinos empadronados, pero que vivan habitualmente aquí, ronda los 130", comenta el alcalde de Negueira de Muñiz, José Manuel Braña. Si bien el regidor socialista reconoce que las cifras pueden ser llamativas, "éstas se traducen en unas 50 personas que no se han querido vacunar, y si lo comparamos con Madrid o Vigo, donde hay miles de antivacunas, el dato es anecdótico", matiza.

El regidor apunta a un colectivo "ultraecologista que reside en el municipio, que tiene un pensamiento vital muy particular, más enfocado a la naturaleza, y que en su día llegaron al pueblo buscando una libertad natural".

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Braña no considera que ese medio centenar de vecinos sin la inmunidad contra el COVID sean negacionistas, "simplemente creen que las vacunas no son necesarias". El regidor apunta a un colectivo "ultraecologista que reside en el municipio, que tiene un pensamiento vital muy particular, más enfocado a la naturaleza, y que en su día llegaron al pueblo buscando una libertad natural".

El alcalde hace referencia a la famosa comuna 'hippie' de Ernes, que se formó en ese entorno rural a finales de los años 60, "pero que, como comuna, la cosa duró 15 días", asegura. "Aquí ya no hay 'hippies', ni viven en comuna. Son familias normales, con hijos que van al colegio y que están vacunados contra otras enfermedades, pero que en el caso del coronavirus, no se fían y consideran que son malas". Una opinión que comparte Roi Agulla, un vecino que llegó a Negueira desde Madrid con su pareja para abrir una panadería artesanal. "Es una mezcla de miedo, desconocimiento y creencias", asegura este panadero, que resta importancia a la situación por el casi inexistente nivel epidemiológico del lugar. "Claro que nos encantaría que se vacunasen, pero es peor obligar a la gente a hacerlo", reconoce.

"Aquí ya no hay 'hippies', ni viven en comuna. Son familias normales, con hijos que van al colegio y que están vacunados contra otras enfermedades, pero que en el caso del coronavirus, no se fían y consideran que son malas"

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Estos herederos de aquellos primeros moradores, que hoy subsisten de manera autosuficiente, con los recursos que les ofrece el monte, sus animales y la artesanía, "son sobre todo, menores de 50 años, la mayoría de fuera, con una mentalidad diferente, y que en su día buscaron una tranquilidad en el pueblo", explica Braña.

Los que sí han cumplido la citación del Sergas para inmunizarse en Negueira "son los mayores de 70 años", matiza el alcalde, quien también confiesa que esos vecinos "están algo incómodos al tener que convivir con gente que no se ha vacunado, pero no nos queda más remedio que respetar su decisión, al igual que ellos respetan la nuestra. Ahora bien, saben que, antes o después, se exponen al bicho".

En este sentido, el responsable consistorial quiere dejar claro que, al margen de estas circunstancias, "aquí no falleció nadie por COVID, y que recuerde hubo cinco postivos, pero ninguno tuvo que ser hospitalizado", señala.

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