Entre la preparación del carnaval y las primeras peleas políticas de la legislatura, hace dos años llegaba a Canarias una noticia inesperada. Cinco alemanes que habían decidido pasar las vacaciones en La Gomera eran susceptibles de portar el virus que acababa de obligar a clausurar la ciudad china de Wuhan.
Fue la embajada alemana la que dio la señal de alarma al Gobierno de Canarias. Apenas un día después, gracias a la rápida respuesta del servicio de Microbiología del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, se sabía que al menos uno de ellos era positivo en el nuevo coronavirus.
Canarias se había convertido en el primer lugar de España en el que se había detectado un caso de coronavirus. Casi un mes después, se pasó a detectar cientos de casos al día en toda España. En apenas dos semanas, el virus salió de Wuhan, a manos de una patriota china que acudió a la región de alemana de Baviera a impartir un curso en una empresa del estado. La mujer era de Shangai, a unos 840 kilómetros de distancia de lo que en aquel entonces era el epicentro de los contagios. Sin embargo, poco antes de coger el avión para embarcarse en ese viaje de negocios, sus padres la sorpendieron con una visita para celebrar el año nuevo chino con ella. Pocos días después, ya en Alemania, la mujer impartió el curso a los trabajadores de la empresa, y cuatro de ellos se contagiaron entonces. A su vez, el ciudadano germano que viajaría posteriormente a Canarias, recibía la visita de uno de estos cuatro contagiados por coronavirus, que en aquel momento no manifestaba síntomas. Desconociendo lo que ocurría, el hombre viajó junto a sus cinco compañeros el 28 de enero de 2020 hacia el aeropuerto de Tenerife Sur. De ahí cogió un barco hasta La Gomera donde alquiló un coche que les llevaría hasta la pequeña localidad de Hermigua. Pasadas unas horas del día después –29 de enero– unos enfermeros disfrazados con un EPI tocaron a su puerta y los trasladaron en ambulancia al Hospital de La Gomera, donde permanecieron en cuarentena unos días.
Canarias se mostró conmocionada ante la noticia pues consideraba que aquel virus nunca traspasaría las fronteras de China y menos aún viajaría 15.000 kilómetros para llegar a La Gomera. Sin embargo, con el paso de los días y viendo que el hombre no desarrollaba ningún síntoma, los canarios bajaron la guardia otra vez. Se celebró el Carnaval en la calle, las manifestaciones del 8-M y hasta mítines políticos.
Todo aquello dio lugar a que, tan solo un mes y medio más tarde de que aquel alemán llegara a la Gomera, el mundo entero decidiera encerrar a su población en casa. Desde entonces las previsiones han dejado de cumplirse. Lo que se esperaba que fueran 15 días se convirtió en dos largos meses y lo que que se esperaba que fueran unos meses de pandemia, ya va para dos años.
