¿Es San Valentín una tradición pasada de moda y cada vez con menos adeptos? Las nuevas generaciones tienen claro que San Valentín más que una tradición es una cursilería y la excusa de los grandes almacenes para hacer caja. Lejos de estar dispuestos a caer en la trampa del consumismo, prefieren usar el Día de los Enamorados como una excusa más para celebrar y salir de fiesta, aunque con prevención por el coronavirus, que sigue al acecho.

Como, en cualquier caso, el amor empieza por uno mismo, qué mejor manera de arrancar el día de San Valentín dándose ese capricho que tanto se ansía. San Valentín se convierte así en un día para celebrar el amor propio y si no qué se lo pregunten a la generación Z.

Amor propio para toda la vida

Para amar hay que amarse. Este es el inicio de una gran historia de amor con uno mismo que durará toda la vida, sin resquicios para la ruptura. Muchos son los que opinan que San Valentín es un día "cursi", otros que es un día inventado por los grandes almacenes para aumentar sus ingresos a base de vender perfumes o bombones. Hace años lo máximo era la lencería, hoy totalmente de demodé.

¿San Valentín es una tradición pasada de moda? Hay división de opinión. Si las generaciones más maduras están preparadas para recibir flores, joyas, chocolates, paste de té o complementos, los millenial idean experiencias gastronómicas conjuntas o "gadget" tecnológicos que aumentan su placer o les faciliten la vida, sin importarles si se trata del último modelo de smartphone o de una freidora de aire. Y en este segundo San Valentín en pandemia tienen éxito asegurado las alternativas de celebración que pasan por quedarse en casa a disfrutar en compañía del ser amado o, como mucho, salir a dar un paseo y a disfrutar de la puesta de sol.

San Valentín, un día más

¿Pero qué piensa la generación Z? Estos jóvenes, nacidos a mediados de los 90, que refuerzan su popularidad y éxito social mediante los famosos "like" -me gusta-. Para muchos es un día más del año, en el que ni repararían si no fuera por el bombardeo publicitario de las semanas anteriores a la fecha y por la mención obligada el mismo 14 de febrero en las redes sociales. Consideran que el día del amor es cualquiera y se apuntan a la celebración por alargar este año la diversión del fin de semana, aunque sea un día de trabajo y en la jornada siguiente haya que volver al curro.

"El amor es la mayor frescura de la vida", decía Pablo Picasso, una frase a la que aferran cientos de jóvenes que viven el amor como un sentimiento universal que provoca distintos estados emocionales y físicos, sin esperar nada especial en San Valentín.

San Solterín

Para los millones de solteros que hay en todo el mundo es un día en el que deben sobrellevar la euforia y felicidad del resto de parejas enamoradas.

Como respuesta a San Valentín surge el día del Soltero o San Solterín, una tradición adoptada de China en la década de los 90 y que, cada año toma más fuerza y brinda la oportunidad de darse ese capricho, que cuide y atienda a uno mismo.

Desde un buen desayuno, a una clase de yoga en la playa, pasando por un paseo con raquetas por la nieve, un masaje relajante, un jornada en el spa o por qué no, una cita mediante Meetic. Las flechas de Cupido pueden dar en la diana en cualquier momento, no necesariamente el día de San Valentín.