La mascarilla dejará de ser obligatoria en espacios exteriores a partir del jueves. Así lo anunció el pasado viernes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que además precisó que el decreto que dará luz verde a la medida será aprobado el martes, 8 de febrero, en el Consejo de Ministros. Una decisión «sensata», a juicio del jefe de la sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas. Y es que, en base a su criterio, el uso de este recurso preventivo al aire libre «no tiene mucho sentido, salvo que haya aglomeraciones y no se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal».
Hay que recordar que la determinación se adoptará solo una semana después de que el Congreso decidiera prorrogar su uso obligatorio en estos espacios, a pesar de las desavenencias de algunos expertos. Ante esto, el profesional aboga por dar discursos «coherentes» a la ciudadanía. «El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud no debe dar bailes, sino enviar mensajes claros y rotundos», defiende el facultativo. «Entiendo que la mascarilla simboliza que nos encontramos en un contexto pandémico y que su eliminación puede dar la impresión de que el problema ya se ha erradicado», prosigue, «pero conviene facilitar las cosas y aprobar las medidas solo cuando tengan fundamento sólido».
Pero, ¿qué ha influido en este vaivén de decisiones? Básicamente, el gran poder de contagiosidad que posee la variante ómicron de coronavirus. De hecho, fue el 22 de diciembre cuando el Gobierno decidió recuperar su uso obligatorio en exteriores, en el marco de la celebración de la Conferencia de Presidentes extraordinaria. La medida entró en vigor solo dos días después, ante el notable incremento del número de casos. «Creo que la ómicron es la única responsable de haber generado este baile en las resoluciones», afirma Amós García.
Según los datos provisionales que maneja la Consejería de Sanidad del Ejecutivo autonómico, la comunidad autónoma ha sumado este sábado 1.147 contagios de Covid-19 y ha lamentado tres decesos asociados a sus efectos en Tenerife. Estas nuevas muertes están pendientes de ser validadas por la Dirección General de Salud Pública.
Por islas, Tenerife ha agregado 462 casos; Gran Canaria 461; Lanzarote 43; Fuerteventura 81; La Palma 80; El Hierro 16; y la Gomera cuatro.
Con todo esto, el Archipiélago ya cuenta con 104.582 cuadros clínicos activos –849 más que en las 24 horas previas–. Tenerife continúa siendo la isla que reúne el mayor número de positivos, pues cuenta con 48.993. Le sigue Gran Canaria, con 45.093; Fuerteventura, con 6.782; Lanzarote, con 2.924; La Palma, con 639; El Hierro, con 127; y La Gomera, con 84.
En las últimas horas han sido emitidas 295 altas epidemiológicas, por lo que el cómputo de recuperados asciende a 157.362 en Canarias. No obstante, en los hospitales permanecen ingresados 583 enfermos en plantas Covid –seis menos que en el recuento anterior– y 83 en las áreas de críticos –se mantiene la misma cifra–.
Durante el viernes, los sanitarios realizaron 6.449 pruebas diagnósticas, 1.160 menos que el jueves. Desde la irrupción de la pandemia, han sido practicadas 3.131.464.
Refuerzo de las medidas de contención en los colegios
Coalición Canaria-PNC insistió este sábado al Gobierno de Canarias en la necesidad de «reforzar las medidas Covid» en los centros educativos públicos que, apuntan, se han convertido en un punto importante de transmisión del SARS-CoV-2 en las Islas. De esta forma, los nacionalistas canarios denuncian que «las prisas de la Consejería por relajar las medidas sanitarias en los centros educativos han terminado ocasionando que sean los equipos directivos, profesorado y las propias familias las que asuman gran parte del peso para detectar y controlar la propagación del virus», una situación que tachan de «inaceptable». Asimismo, apuntan que una de las consecuencias «más sangrantes» de la relajación de medidas, entre las que figura la bajada de ratios y la reducción de 1,50 a 1,20 metros de la distancia entre el alumnado, está teniendo un impacto directo en el funcionamiento de los centros educativos públicos. Sin ir más lejos, los nacionalistas canarios señalan el alto índice de bajas registrado entre el profesorado, que rozó en algunos centros de enseñanza del Archipiélago el 20% durante enero. LP/DLP
