Después de seis días de espera, Skeilys y José Luis Villanueva pueden velar hoy su madre, María Luisa Ruiz. La mujer, de 84 años, falleció de forma repentina el pasado sábado en su domicilio de la capital grancanaria, por lo que, tras proceder al levantamiento del cadáver, fue necesario realizarle una prueba PCR para cumplir con el protocolo vigente. El test evidenció un resultado positivo en Covid-19, lo que demoró la práctica de la autopsia. ¿Por qué? Según ha informado este viernes la Consejería de Presidencia, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, el retraso lo justifica una avería en la sala de bioseguridad que se utiliza en el Instituto de Medicina Legal en estos casos. «Había un desajuste informático y avisaron a la empresa que se encargó de instalar el sistema para que lo arreglara lo antes posible», han explicado desde el departamento.
María Luisa Ruiz falleció el pasado sábado en su domicilio de la capital grancanaria
Los hechos acontecidos han supuesto un «calvario» para sus hijos, que mañana podrán darle sepultura a su progenitora. Sin embargo, deberán esperar hasta el lunes para conocer el resultado de la autopsia. «Todavía no nos han entregado ningún tipo de documentación y desconocemos la causa de la muerte. El lunes tenemos que ir al Registro Civil a pedirla», asegura Skeilys, desde el Tanatorio San Miguel
Tanto ella como José Luis Villanueva se encuentran «más tranquilos», pero no pueden evitar sentir un profundo sentimiento de decepción. «Esperaba que, como mínimo, nos dijeran hoy la causa de la muerte. Es algo que ya se tiene que saber», lamenta. Hasta la fecha, la familia solo es consciente de que el deceso se produjo «entre las 00.00 y las 4.00 horas del viernes al sábado».
La familia deberá esperar hasta el lunes para conocer la causa de la muerte
Hay que recordar que el miércoles, los hermanos interpusieron una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria, además de una reclamación en el propio Instituto de Medicina Legal. «Todavía siento una mezcla de dolor y rabia. Es como si estuviera en una nube y nada de esto hubiera pasado», anota Skeilys. «Nos dijeron que era probable que no pudiéramos velarla el domingo, pero jamás me imaginé que llegara al tanatorio casi una semana después», agrega.
Tal y como recalca Villanueva, su madre no sufría patologías previas y había recibido las tres dosis indicadas de la vacuna contra el coronavirus. Además, en los últimos días de su vida, no había manifestado síntomas compatibles con la afección. «Ella vivía con mi hermano, mi cuñada, el hermano de mi cuñada y mi sobrina. Yo fui la última persona que habló con ella el viernes, concretamente pasadas las 20.00 horas, y se encontraba bien», indica con asombro. A la mañana siguiente, José Luis la encontró muerta.
Después de conocer el diagnóstico positivo de María Luisa Ruiz, la familia se realizó un test de autodiagnóstico para averiguar si había contraído la infección. No obstante, en palabras de Skeilys, todos dieron negativo. «En realidad ya nos hemos hecho varios test y ninguno de los que estuvimos con ella hemos dado positivo. La verdad es que tampoco sabemos cómo se contagió mi madre», afirma la mujer, quien cuenta las horas para averiguar cuál fue la causa de la muerte.
