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Universidad

Juana Rosa Suárez Robaina introduce en la ULPGC el método para enseñar la lengua a través de objetos cotidianos

Un bote de leche, una caja de zapatos o un vaso de yogur se convierten en las manos de esta profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC en un instrumento pedagógico para la enseñanza de lengua a los futuros docentes

La profesora Juana Rosa Suárez Robaina en la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC, en el Campus del Obelisco.

Una caja de galletas lleva incorporado frases, adjetivos, sustantivos..., además de tipografías -gráficas, flechas- expresadas en distintos tamaños y colores. Toda la información asociada, no sólo a la escritura sino a los elementos semióticos que apoyan la comunicación de ese objeto cotidiano, lo convierten en una herramienta pedagógica para la enseñanza de la lengua. Es lo que se denomina Realia con escritura, una metodología que introduce Juana Rosa Suárez Robaina, profesora del Departamento de Didácticas Específicas -Área de Didáctica de la Lengua y la Literatura española-, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

La metodología Realia se aplica desde hace tiempo a la enseñanza de una segunda lengua. El término realia se refiere al objeto -juguete, fruta de plástico…-, que el profesor levanta en el aula, el alumnado extranjero lo identifica, y ahí se genera el reconocimiento de un concepto. La novedad que introduce la investigadora del grupo Motivación, Educación y Salud de la ULPGC, es la de trabajar con un objeto que ya incorpora una muestra lingüística de lo que se llama la lengua en uso. «Trabajamos con objetos que contienen tanto escritura como otros códigos semióticos -dibujos, flechas, fotografías…-. Esta riqueza policomunicativa se debe a la naturaleza multimodal de estas cosas que escogemos para trabajar en el aula, convirtiéndolas así en nuevos recursos didácticos».

Un bote de leche o una caja de zapatos se convierten en las manos de la profesora de la ULPGC, en un instrumento pedagógico para la enseñanza de lengua a los futuros docentes, una herramienta innovadora que se denomina ‘Realia con escritura'

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En Realia con escritura se utilizan objetos cercanos al ámbito estudiantil, tal y como señala la investigadora en el artículo publicado en la plataforma de divulgación científica The Conversation. El requisito para su efectividad dentro de la citada metodología es que el objeto contenga un mensaje escrito junto a otros códigos comunicativos. «Ello permite analizar la lengua en contexto, frente a la lengua aislada o lengua como sistema. Envases y cajas -galletas, té, medicamentos, zapatos-, bolsas de comercios, vasos de yogur, botes de mermelada, etiquetas, estuches, tazas… se reciclan en el aula como nuevos materiales didácticos», subraya la profesora.

Esta herramienta es útil, según explica Juana Rosa Suárez, para reconocer tipologías textuales -textos publicitarios, literarios, instructivos…-; para repasar las familias léxicas, las expresiones antónimas; para diferenciar abreviaturas de siglas y acrónimos; para distinguir usos adverbiales, reconocer las diferentes estructuras sintácticas; y para descubrir la carga irónica o sugestiva con la que el producto aspira a convencer al consumidor. «En definitiva, para acercarnos a la lengua cotidiana desde el atractivo desafío que supone teorizar sobre ella más allá del libro de texto al uso. El alumno puede hallar en cada objeto ejemplos pertenecientes a los diferentes sistemas de la lengua: fonético–fonológico, léxico–semántico, morfosintáctico».

Una de las fortalezas de los 'Realia con escritura' es la capacidad de elevar la motivación de los estudiantes

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Una de las fortalezas de esta metodología radica en la capacidad de elevar la motivación de los estudiantes por reflexionar sobre su propia lengua materna, de forma que los Realia con escritura participan de un aprendizaje con enfoque lúdico y significativo. «Cuando empecé a aplicarlo en clase, me llamó la atención cómo el estudiante se motivaba. Cada uno en el aula tenía una caja de zapatos, un bote de leche, una etiqueta de la ropa… Estás explicando, por ejemplo, la formación de los adjetivos en español, y quiero que alguien encuentre un adjetivo invariable, y ahí está, la palabra ‘original’ en una caja de galletas, un adjetivo invariable en castellano».

Utilizan objetos cercanos al alumnado con mensajes escritos y otros códigos comunicativos

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La clave está, por tanto, en «aprender tocando», a partir de envases y paquetes llenos de mensajes, analizables desde todos los niveles del sistema de la lengua. «Pero no solo sirve para repasar los contenidos de naturaleza conceptual o epistemológica, también son muy útiles para abordar contenidos procedimentales y socioculturales».

Suárez Robaina lo aplica principalmente a la enseñanza de Lengua Castellana y Literatura de los futuros profesores de Secundaria, en el Máster de Formación del Profesorado de la ULPGC. «La semana próxima mis alumnos van a exponer un trabajo conclusivo sobre la explotación didáctica de una serie de objetos». Y es que la segunda parte de su metodología radica en que el estudiante diseñe actividades, a partir de cada objeto. «La versatilidad de estos nuevos materiales invita a generar todo tipo de dinámicas y tareas: construir minirrelatos, decálogos de normas ortográficas, mapas conceptuales sobre la cortesía lingüística, etc.».

Reciclaje del conocimiento

La metodología Realia con escritura que se aplica en la Facultad de Ciencias de la Educación de la ULPGC, ya cosecha interesantes trabajos de Fin de Grado y de Máster bajo títulos como Del aula a la despensa: lectoescritura de andar por casa (2013), Los objetos también hablan: didáctica de materiales realia en el aula de secundaria (2016), o Realias con texto o cómo fortalecer la escritura desde el juego... (2020). El denominador común de estos estudios es «subrayar el apoyo formativo de estas cosas que nos hablan», señala su impulsora, Juana Rosa Suárez Robaina en el artículo publicado en The Conversation. «Antes de tirar el envase de lo que come, viste y calza, eche un vistazo a su mensaje. Recicle el conocimiento que tiene de su propia lengua y compruebe cuánto input lingüístico saboreamos diariamente». | M.J.H.

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