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Baleares

El laboratorio biológico de Ibiza

Es Vedrà, es Vedranell y los illots de Ponent celebran veinte años de la declaración de las reservas naturales a punto de aprobar un aumento del área de mar protegida y convertir ses Bledes, la zona más frágil, en reserva marina

Es Vaixell, en cuyos fondos se halla un importante campo de gorgonias rojas.

Son los tesoros de Poniente. Las islas que a Charles Darwin le hubiera gustado conocer hoy, cuando veinte años de protección e investigación las han convertido, realmente, en el laboratorio de especies que dicen que son todos los territorios insulares. Es Vedrà, es Vedranell, s’Espartar, el conjunto de ses Bledes, sa Conillera y s’illa des Bosc son un laboratorio de la evolución y de la conservación gracias al trabajo de toda una serie de investigadores que han encontrado allí su objeto de estudio. Las sargantanes endémicas, los campos de gorgonias de ses Bledes, los cetáceos que frecuentan sus aguas, la flora única de es Vedrà, las variedades de invertebrados, el seguimiento de las colonias de virot (Puffinus mauretanicus) y de fumarell (Hydrobates pelagicus) son solo algunas de las investigaciones en las que actualmente se está trabajando.

"Aparte de las campañas científicas, que son algo más puntual, hemos conseguido mantener protocolos de seguimiento", destaca la técnica responsable de la gestión de las reservas, Virginia Picorelli. Ello permite saber cómo evolucionan las poblaciones de fauna y flora y supone uno de los logros de los que el equipo gestor se muestra más orgulloso. "Dar acogida y difusión a la ciencia y la investigación es uno de los trabajos más importantes que hacemos", añade Picorelli.

El islote de es Vedrà cuenta con una manzanilla única en el mundo. CAT

Y una vez conseguido el objetivo de ser un auténtico laboratorio, este espacio natural celebra sus veinte años con un regalo especial, uno destinado a solventar la principal debilidad de las reservas; la protección de su área marina. Ses Bledes, para empezar, el área marina más frágil y valiosa, será, prácticamente por entero, una reserva marina, donde la pesca quedará prohibida.

En breve saldrá a exposición pública el plan de gestión del LIC Costa Oeste (Lugar de Interés Comunitario), según avanzó Virginia Picorelli en el Nautilus, el programa de ciencia y medio ambiente de IB3 ràdio. El área que quedará preservada –con diferentes grados de protección– va más allá del ámbito marino que actualmente cubren las reservas y se ampliará desde las orillas de los islotes hasta el litoral de tierra firme. También mar adentro se incrementará la zona regulada, y espacios marinos más frágiles en es Vedrà, es Vedranell y ses Bledes tendrán protección adicional.

Además, este plan de gestión, como LIC que es, va asociado a la Red Natura 2000, la red ecológica europea de áreas de conservación que este año también está de celebración, ya que cumple treinta años de existencia. "La nueva protección no es una normativa reguladora de las reservas naturales, sino de un territorio que está protegido con una figura europea, y estamos obligados a conservarlo; ya nos marcan desde Europa que debemos protegerlo", destaca Virginia Picorelli.

Barracudas en es Esculls d'en Ramón, en ses Bledes. CAT

La presión creciente

La buena nueva con la que las Reservas Naturales des Vedrà, es Vedranell y los Illots de Ponent celebran sus veinte años y los logros obtenidos no pueden ocultar que su conservación es una lucha constante contra las continuas presiones que todo espacio natural padece.

Desembarcar en los islotes está prohibido. Y, de hecho, esta fue, hace dos décadas, la medida que marcó la diferencia, la que más incidió en las costumbres de los ibicencos, que han sido en buena parte compensados por las excursiones que periódicamente organizan desde las reservas, una de sus actividades de mayor éxito. Sin embargo, no es raro observar a personas desembarcando ilegalmente en los islotes, sobre todo turistas que a menudo desconocen que no pueden hacerlo. Aunque la informadora del equipo de las reservas está pendiente de que cualquier empresa del sector náutico que se cree en la zona conozca la normativa, lo cierto es que parece ser que no se halla entre las prioridades de estas empresas comunicar a sus clientes –a quienes alquilan barcos o motos de agua– que navegarán en áreas protegidas y que no podrán hacer lo que les plazca.

Las aguas se han ido saturando de barcos de recreo en los últimos años

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El problema que realmente preocupa, conectado con lo anterior, es el espectacular aumento de la actividades náuticas en la zona. "Hemos notado que esta presión ha aumentado desde el confinamiento. Ha sido una locura... Antes había presión pero era asumible", explica Virginia Picorelli. Las aguas de las reservas se han ido saturando de embarcaciones de recreo y es habitual que, quienes bucean habitualmente en la zona –una actividad regulada y permitida–, tengan continuamente sobre ellos, en la superficie, a lanchas y motos de agua que no respetan ni las normas del área protegida ni la distancia de seguridad que deben mantener con los buceadores. El mar se ha llenado de usuarios pero no de marineros.

S'Espartar acoge la colonia más valiosa de fumarell del Mediterráneo occidental. CAT

"Es complicado gestionarlo. En el mar no puedes llegar a todo. Todos los que trabajamos en la conservación de espacios naturales desearíamos que se tomaran medidas con el tema del tráfico marítimo y los usos del mar", asegura Picorelli.

También hay que decir que, aunque las presiones se multiplican, la vigilancia marina también ha ido aumentando. Y conseguir tener vigilantes en el mar fue un auténtico reto y un gran éxito para las reservas: "Ellos son los que están ahí realmente aguantando el temporal. Nunca mejor dicho".

La pesca furtiva es, asimismo, motivo de preocupación para los gestores del parque. Porque la hay, aunque sea difícil detectarla y frenarla. En alguna ocasión, sin embargo, en este apartado también se obtienen resultados; el último caso importante que recuerdan es el de unos furtivos que pescaban langostas con botella, y que fueron sancionados.

Gaviotas y pardelas con ses Bledes al fondo. CAT

"Falta más gente"

A Virginia Picorelli, tras veinte años de trabajo en los islotes, le gusta aprovechar la ocasión para reconocer el trabajo de todo el equipo, grupo por grupo, y no se olvida de la labor de las educadoras ambientales ni de la brigada de mantenimiento, "que ha trabajado mucho en la erradicación de especies invasoras, y en la retirada de residuos, que había muchos". Y recuerda los restos que aún quedaban de antiguas obras de reforma del faro o de la caseta que existió en s’olleta de sa Conillera. Eso sí, el de los medios y los recursos es un capítulo en el que aún podría conseguirse mucho más. "Falta más gente –certifica–. Nos hace falta más gente en el campo. Pondría más vigilantes, naturalistas y educadores... Siempre nos quedamos cortos".

Y, puestos a hacer balance, también hay que recordar que lo que hoy son las reservas es lo que queda de un parque natural recortado, el parque natural de Cala d’Hort. "Fue una pérdida dramática, porque perdimos el 90 por ciento del territorio protegido", recuerda Picorelli, y cuando había pasado apenas un año y unos meses de la declaración. Quedaron los islotes, casi 233 hectáreas terrestres y 565 marinas.

En el mar, como recuerda Virginia Picorelli, es difícil abarcarlo todo. Pero siempre se puede hacer más. Y crear reservas marinas dentro de la Red Natura 2000, ampliar el área protegida y valorar las especiales características de es Vedrà o la riqueza y fragilidad de ses Bledes es un gran avance. No hay que olvidar que muchos países se han comprometido para conseguir, para 2030, la protección del treinta por ciento de los océanos, que España se ha comprometido a tener más de un quince por ciento en dos años y que Balears –no podía ser de otra manera– tiene tan importante papel en la materia que abandera la creación de reservas marinas, aumentando su número año tras año. El auténtico reto es garantizar que la protección vaya más allá del papel.

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