Estuvieron en primera línea durante la pandemia y este martes han estado frente al Congreso de los Diputados defendiendo el desbloqueo de la tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente. Más de 1.500 enfermeros y enfermeras llegados de toda España, según datos ofrecidos por el SATSE, el Sindicato de Enfermería, han protestado en Madrid para pedir la bajada de las ratios de profesional por paciente y una mejora de sus condiciones laborales. “No pedimos que se nos pague más, sino que se nos deje trabajar en mejores condiciones”, pide uno de ellos en declaraciones para El Periódico de España.

La Ley de Seguridad del Paciente nació como una Iniciativa Legislativa Popular en 2018 y, gracias a las más de 700.000 firmas recabadas entre ciudadanos y profesionales, consiguió entrar en el Congreso a finales del año siguiente. Dos años y cinco meses después, el texto, que llegó a tener el respaldo prácticamente unánime de toda la cámara, sigue paralizado en la Mesa del Congreso tras la petición de diversos grupos parlamentarios de más de 40 prórrogas para presentar enmiendas. 

Este miércoles, y pese a que desde el sindicato aseguran sentirse “traicionados” por “algunos representantes políticos”, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, tendrá una reunión con representantes del PSOE para intentar desbloquear la situación. “No sé si seguirán manteniendo su postura o si han reflexionado”, ha puntualizado frente a los medios en una comparecencia en la que no ha descartado una huelga de la enfermería antes del verano. "Eso no significa que la vayamos a convocar mañana, pero todo dependerá de lo que pase de aquí en adelante".

La enfermera Amaya Mayor, segunda por la derecha, durante la manifestación ante el Congreso de los Diputados por la tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente. ALBERTO MUÑOZ

Por la manifestación se han pasado, por ejemplo, Ana Pastor, vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Elvira Velasco, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Sanidad o Juan Antonio Delgado, diputado de Unidas Podemos, partido al que SATSE ha pedido que se “libere del secuestro político al que le tiene sometido el PSOE” y que vote en contra de las posibles nuevas prórrogas que pueda pedir el partido del Gobierno a la Mesa del Congreso. “Exigimos que aumenten la plantilla de enfermeros. Hemos vivido muy mal la pandemia, estamos muy decepcionados con ellos porque hemos trabajado a destajo y ahora somos los mismos o incluso menos. Tienen muchas promesas por cumplir”, apunta a EPE Sonia Pascual, enfermera y delegada sindical en Palencia.

Nuestros dirigentes no han hecho nada para mejorar nuestro día a día. La falta de compañeros hace que tengamos que correr de un lado para otro y que no podamos atender a los pacientes con seguridad y, sobre todo, con humanidad. Nos gustaría poder dedicarles el tiempo necesario para poder mirarles a la cara”, explica a este periódico Amaya Mayor, enfermera en el Hospital de Basurto, Bilbao, desde hace 22 años. “Los primeros en aplaudirnos como heroínas fueron los diputados del Congreso, y han pasado de eso a olvidarnos postergando esta ley”.

Según defienden desde el sindicato, actualmente en España se asignan hasta 25 pacientes por cada profesional en los hospitales, 2.500 en los centros de salud y 200 mayores en los centros sociosanitarios. Si se consigue tramitar la Ley de Seguridad del Paciente tal y como está concebida, las ratios pasarán a ser de entre seis y ocho pacientes por enfermera en los hospitales y 1.500 habitantes por cada una en los centros de salud. En el caso de los mayores se debería establecer la proporción en función del tipo de centro y las necesidades individuales. Todo ello, según defienden desde SATSE, a un coste que oscilaría entre los 50 y los 60 euros más por habitante al año.

Es una vergüenza que va en detrimento de los españoles. Nos están exigiendo más actividad, sobre todo con la pandemia, y eso nos está repercutiendo en situaciones de estrés. Debajo de la bata también somos personas, ¿eh?”, apunta Josep Nacher, enfermero con más de 30 años de experiencia en temas de salud mental y trabajador de un centro de adicciones en Tortosa, Tarragona.