El primer Colegio Profesional de Detectives Privados de Canarias está cada vez más cerca después de que se cerrara el pasado 13 de mayo la consulta pública previa a su formación por parte de la Consejería de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias. La corporación de derecho público y personalidad jurídica independiente busca la defensa y preservación de los profesionales titulados que se amparan en la ley 5/2014 de Seguridad Privada. Un conjunto que, en gran medida, es desconocido por la sociedad pero que cumple un papel decisivo en los procedimientos jurídicos a los que se adscribe gran parte de su actividad. 

En España existen en la actualidad cuatro colegios profesionales en Cataluña, la más antigua que data del año 1999, Comunidad Valenciana, Murcia y Galicia, la más reciente de 2009. Así, el Archipiélago se convertiría en la quinta comunidad autónoma con un órgano especializado después de que la Asociación Canaria Atlántica de Detectives, creada en 2014, englobara al 98% de los profesionales de las Islas, según menciona su presidente, Nicolás Hernández. Dentro de los estatutos estuvo desde un principio la intención de llegar a este ente público que «otorgue más garantías así como visibilidad» al colectivo. 

En la actualidad, Hernández indica que hay alrededor de un centenar de detectives privados en las Islas, de los cuales más de la mitad están acreditados como «ejercientes», lo cual es una diferencia clave para entender este trabajo puesto que los «no ejercientes», ya sean individuos jubilados o inactivos, no están habilitados para ofrecer sus servicios como es el caso de la policía donde han de estar tres años alejados del cuerpo para establecerse como detectives privados y abordar las demandas que exigen sus investigaciones en el ámbito mercantil, laboral, financiero o empresarial. 

Las Islas son el quinto colegio profesional

Los objetivos que persigue el futuro colegio profesional son, entre otros, «la contratación con legitimidad entre las partes para iniciar el procedimiento, es decir, ha de haber un litigio como el que puede producirse entre un trabajador y empresario o un matrimonio en tema familiar», explica, por lo que las actuaciones de oficio están prohibidas. Además, crearán diferentes comisiones entre las que se encuentra la deontológica, la referida al intrusismo laboral o la institucional. «Hay muchas personas o empresas que se anuncian en Canarias y no están aquí, por lo que vamos a proteger también al contratante canario», sentencia. Y con vocación educativa ofrecerán formación a las futuras generaciones para que, aparte de la enseñanza teórica que han recibido, posean los recursos y habilidades suficientes en la práctica, «se trata de una profesión difícil siendo el seguimiento una responsabilidad enorme, así que le daremos estos recursos sobre la calle».   

El requisito principal para ingresar en el colegio es ser detective privado, por lo que se sobreentiende que la persona interesada habrá obtenido un título académico en el ámbito de la investigación privada o estará reconocido por el Ministerio del Interior para desempeñar tal papel, además de no tener antecedentes penales. 

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La Asociación inició este proyecto con el acuerdo manifiesto de sus bases en septiembre de 2019, por tanto, y según los pasos indicados en la ley 10/1990 de Colegio Profesionales autonómica, después de finalizar el periodo de información pública de un mes, el resultado será remitido a la consejería competente y expuesto en un plazo de quince días. Más tarde, Presidencia elaborará el anteproyecto de ley y lo elevará con su informe al Gobierno para, posteriormente, remitirlo al Parlamento como proyecto de ley. Sin fecha aún por determinar, el detective Nicolás Hernández entiende que la situación de pandemia ha retrasado los trámites y tendrán, ante todo, paciencia con el proceso con el que esperan pronto constituirse y darse a conocer oficialmente en la sociedad isleña para salvaguardar sus intereses.

Una vida dedicada a investigar

Nicolás Hernández empezó a mediados de los años 90 como auxiliar de detective, pero al eliminarse esta figura decidió abrir su propio despacho en el que no existe «ni horario ni calendarios», aunque la pasión y la constancia le compensan, conociendo y estableciendo vínculos por toda la península. Una gran diferencia que desea subrayar sobre su trabajo es que «nosotros no espiamos, por ejemplo, no utilizamos la información en beneficio propio como ha hecho Villarejo, sino que nuestras funciones y límites están claramente establecidos». La elaboración de informes, la presentación de pruebas fehacientes y los exámenes psicológicos y físicos que han de pasar atestiguan la exigencia de la profesión, que enfrentan los obstáculos del mundo digital y traen nuevos retos a la investigación telemática. | C.R.