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Cataluña estudia una tasa de 20 céntimos por cigarrillo para reciclar las colillas

"Estamos estudiando un sistema para que los usuarios puedan devolver las colillas de los cigarrillos y que se les devuelva parte del coste", explica Isaac Peraire, director de l’Agència de Residus de Cataluña

La sombra de un hombre fumando se refleja sobre un puñado de colillas tiradas sobre la acera. MANU MITRU

Cataluña también prepara su propia guerra contra los residuos y el plástico de un solo uso. La ‘conselleria’ d’Acció Climàtica ya trabaja en el primer borrador de la nueva Llei de Residus; una normativa con la que se pretende poner coto a los plásticos de un solo uso, erradicar el envasado innecesario de alimentos y eliminar los microplásticos de los productos cosméticos y de higiene. "Una de las medidas que estamos estudiando es un sistema para que los usuarios puedan devolver las colillas usadas de los cigarrillos y que se les devuelva parte del coste, como se hace en algunos países con las botellas de plástico", explica Isaac Peraire, director de l’Agència de Residus de Cataluña, en una entrevista con EL PERIÓDICO, diario que pertenece al mismo grupo, Prensa Ibérica, que este medio. "El objetivo es evitar que, como ha ocurrido hasta ahora, el 70% de las colillas generadas en Cataluña acaban tiradas en el suelo o vertidas al mar", ilustra.

La propuesta, aún en fase embrionaria, supondría un incremento de unos 20 céntimos por cigarrillo (el equivalente a unos cuatro euros por paquete de 20 unidades). Este importe se devolvería en su totalidad en cuanto el usuario entregara las colillas usadas en un punto de reciclaje. Los entresijos de este sistema aún no están definidos pero, por el momento, no se descarta que estas devoluciones se puedan realizar en los mismos estancos o establecimientos dedicados a la venta de estos productos.

"Estos recargos no están pensados para recaudar más, sino para reducir el impacto medioambiental de estos productos. Ojalá llegue un punto en el que esta medida deje de ser necesaria porque significará que el problema de las colillas ha desaparecido", comenta Peraire. "No hay que olvidar que la contaminación generada por los plásticos no solo supone un problema medioambiental muy grave, sino que también tiene un impacto negativo en nuestra salud", añade el director de l’Agència de Residus de Cataluña en relación a los cambios normativos que se están gestando en el marco legal catalán.

926,65 euros de devolución

El número de fumadores en Cataluña ronda los 1,5 millones (el 20% de la población). En 2019, los catalanes compraron unos 427 millones de paquetes de tabaco, el equivalente a unos 8.500 millones de cigarrillos individuales. Según apuntan las primeras estimaciones de la Generalitat, si se implantara un sistema de recargos y devoluciones sobre las colillas de tabaco, una persona que devolviera el 90% de sus desechos a un punto de reciclaje podría recuperar cerca de 926,65 euros al año. Las colillas no devueltas, por su parte, podrían dejar cerca de 154.440.000 anuales en las arcas públicas; unos fondos que se destinarían, a su vez, a labores de concienciación y limpieza.

Esta propuesta, sujeta ahora al debate entre los grupos parlamentarios y los varios actores implicados, nace para Hoy por hoy, Cataluña genera unas 2.720 toneladas de colillas al año. Un 70% de estas acaban tiradas al suelo. En los entornos urbanos, según han constatado varias inspecciones de residuos, de media se encuentran 0,1 colillas por metro cuadrado. En las playas, suponen más del 25% de los residuos recogidos. Según datos de la Comisión Europea, en estos momentos suponen el residuo más frecuente en la costa del Mediterráneo.

Lucha contra los plásticos

El plan de la Generalitat para acabar con el mar de plásticos que inunda el planeta también pasa por desplegar una batería de medidas para reducir el consumo innecesario de este material y optimizar su reciclaje. "El mejor residuo es el que no se produce. Por eso queremos trabajar, por un lado, en los sistemas de producción para buscar alternativas más sostenibles y que generen menos residuos. Por otro lado también queremos brindar a los consumidores opciones más sostenibles para que puedan escoger", explica Peraire.

Uno de las grandes promesas de esta nueva normativa es "el fin del sobre embalaje de productos alimentarios". "Con esto nos referimos, por ejemplo, al típico paquete de magdalenas en el que cada unidad está envuelta dos veces en plástico. Primero en un envase individual y después en una bolsa", ilustra el director de l’Agència de Residus de Cataluña. Este tipo de embalajes quedarían prohibidos por la nueva normativa catalana. Lo mismo ocurriría, por ejemplo, con las bandejas de fruta envueltas en plástico. O las cápsulas de café de aluminio.

"El objetivo de estas medidas no es prohibir por prohibir. La idea es encontrar alternativas más sostenibles" -Isaac Peraire

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"El objetivo de estas medidas no es prohibir por prohibir. La idea es encontrar alternativas más sostenibles. En el caso de las cápsulas de café, por ejemplo, es tan fácil como cambiar los envases de aluminio por envases reutilizables o compostables", comenta Peraire. "Estos cambios pueden suponer un estímulo para el tejido empresarial porque al final esta transición puede brindar nuevas oportunidades de desarrollo. Para ello, ya estamos preparando convocatorias de ayudas y subvenciones", añade.

En cuanto al futuro de estas propuestas, Peraire explica que, hoy por hoy, todo apunta a que el debate en torno a estas medidas se extenderá cerca de un año. Su aprobación, pues, no se espera antes del año que viene. Incluso tras el visto bueno definitivo, la Llei de Residus dejaría un margen para implantar los cambios (de hasta un año en el caso de los impuestos y de dos años para los cambios de productos y embalajes). "Es importante emprender este camino cuanto antes, porque de planeta solo tenemos uno. Y de salud y vida también", reflexiona. 

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