"Ha sido un milagro", tiene claro Desirée Bolarín, la madre de Manuel, el pequeño de 2 años que casi se ahoga al caer a la piscina de su casa de Sangonera la Seca, en Murcia. El suceso tuvo lugar el 27 de abril y, tras ser sacado del agua, reanimado primero por su padre y luego por los sanitarios e ingresado en el Virgen de la Arrixaca, "en una semana y un día estuvo ya en la casa", explica la mujer a La Opinión. El niño ahora "está perfecto, hasta ha aprendido a decir palabras nuevas" comenta.

El día de los hechos, la madre lo perdió de vista "un segundo", rememora, para apuntar que "me fui a la piscina, me lo encontré flotando, me tiré al agua, lo cogí, llegó su padre y empezó a hacerle la reanimación". Con los profesionales del 112 al teléfono, al hombre se le iban dando las instrucciones para realizar las maniobras, dado que, por lo recóndito del domicilio, en medio del campo, "la ambulancia se perdió", comenta Desi Bolarín.

Policía, sanitarios y el caos, porque, ya en el hospital, "había cuarenta médicos en la sala y no daban nada por él", manifiesta la mujer, que admite que ella "tenía la cabeza ida en ese momento", hasta el momento en que "nos llamaron para despedirnos". "Nos dijeron que no podían hacer más por él, que nos despidiéramos", asegura Desi. Ella no tuvo fuerzas para entrar; Martín, su pareja y padre del pequeño sí lo hizo. Justo "en esos momentos las máquinas empezaron a sonar, se lo llevaron para la UCI, estaba latiendo", afirma esta vecina. 

Manuel, de la mano de su madre y junto a la piscina de su casa de Sangonera, este lunes. JUAN CARLOS CAVAL

"Una caja de sorpresas"

A continuación, "dos o tres horas esperando" para recibir la buena nueva: Manuel se había sobrepuesto a la adversidad, estaba vivo, aunque "había estado en parada muchos minutos, los médicos no sabían cómo iba a reaccionar, estaba muy grave", rememora Desi. Y es que, según le explicaron los facultativos, "cuando el corazón va tan lento, no riega bien el cerebro». A priori, "todos los órganos estaban afectados, los médicos nos dijeron que no nos aseguraban nada, pero que los niños son una caja de sorpresas".

Sin embargo, el menor abrió los ojos y desde entonces todo fue "a pasos agigantados". El mismo día que Manuel despertó, su madre dio positivo por coronavirus y no pudo entrar a verlo. Sí lo hicieron su padre y sus hermanos. 

El pequeño estuvo cinco días en la UCI y tres más en planta. Ya está en su casa y no tiene secuelas ni daño neurológico alguno. La familia vivió "un susto que no se lo deseo a nadie", dice Desi, que agradece el apoyo y las oraciones a las "miles de personas" que, en redes sociales, «pusieron su foto y rezaron por él», ya que "fue una cosa increíble". "Yo ya era creyente, pero ahora más todavía", indica la mujer. El que ha recuperado la fe es el padre de Manuel, que ahora hasta lleva siempre consigo "un rosario". Para dar las gracias por el milagro.