Dos agentes de la Policía Local de Oviedo protagonizaron en la tarde de ayer una detención surrealista. Los efectivos municipales tuvieron que detener a dos hermanos de nacionalidad dominicana después de que estos les invitasen a entrar en la vivienda para enseñarles el DNI sin darse cuenta de que se habían dejado la mesa del salón llena de droga y materiales de preparación para su venta. Los hechos tuvieron lugar en el barrio del Pumarín y la Fiscalía del Principado de Asturias ha solicitado el ingreso en prisión provisional de los dos acusados por un delito de tráfico de drogas.

El origen de la intervención se remonta a poco antes de las ocho de la tarde de este martes, cuando agentes de servicio vestidos de paisano vieron a la altura del número 21 de la avenida de Pumarín como un hombre en actitud nerviosa se sacaba algo del bolso del pantalón y se lo daba a un joven que a su vez parecía darle algo posteriormente, despidiéndose entonces con un choque de manos.

Ante la alerta generada últimamente en el barrio por un incremento del trapicheo de drogas, los agentes se acercaron al hombre y le solicitaron que se identificase. Este les respondió que traía la documentación encima, lo que los funcionarios confirmaron tras el pertinente cacheo. El varón les dijo que vivía con su hermano en la avenida de Pumarín y les invitó a acompañarle para poder mostrarles el DNI. Inmediatamente, los policías de paisano reclamaron la presencia de una patrulla uniformada para realizar las labores de identificación.

Una vez en el rellano, el hermano del sospechoso abre la puerta y este último le pide que busque el DNI en la habitación para mostraron a los agentes. El hermano asegura tras varios segundos que no encuentra la documentación, a lo que los agentes responden que entonces deberán de llevarle a comisaría para iniciar un procedimiento de identificación. Es entonces cuando los dos convivientes les invitan a pasar a la habitación para buscar el documento de identidad.

Tres policías entraron entonces al interior de la vivienda y de camino a la habitación, situada al final de un pasillo, y por el camino se toparon con la puerta del salón entreabierta y una mesa a la vista con abundante cantidad de droga y material de preparación para su venta. En ese momento decidieron proceder a la detención de los dos hermanos, los cuales dijeron en un primer momento que se trataba de sustancias para consumo propio, a pesar de que se trataban de 53 gramos de cocaína, en buena parte preparados para su comercialización en dosis de gramo y medio gramo.

En el interior del piso había una tercera persona, también de nacionalidad dominicana, que apuntó a los dos hermanos como vendedores de droga, asegurando que el trabajaba como cocinero y de vez en cuando visitaba la casa de estos para prepararles comida.