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Francisco Rodríguez Machado | inspector de educación

«Calculo cinco años de bonanza en la oferta de plazas docentes en todos los sectores»

Francisco Rodríguez Machado. | | ANDRÉS CRUZ

¿Cuál ha sido la evolución de las oposiciones a la función pública docente en estos años?

Hubo un período de sequía en la convocatoria de oposiciones, a consecuencia de la crisis económica de 2008, que duró prácticamente hasta el 2015, período en el que se paralizaron todas las oposiciones y, a partir de ahí, fueron aumentando hasta ahora que estamos en una época de bonanza de cara a la cantidad de plazas que están saliendo en todos los sectores, y especialmente en educación. Por ejemplo, aquí en Canarias prácticamente todos los años se jubilan en torno a 600 docentes, y todo eso son plazas que se van a sacar a oferta pública, por lo que calculo que en los próximos cinco años saldrán convocatorias muy amplias para todos los cuerpos. Además, la edad media del profesorado en Canarias es alta, por encima de los 55 años.

¿Ha notado cambios en la dificultad de los exámenes?

Hubo una modificación hace unos años, donde no es que se simplificara la prueba, pero sí que se sacaba en el sorteo un número mayor de bolas, y eso hacía que la probabilidad de que cayera un tema que habías estudiado era mayor. En esta convocatoria, digamos que el modelo es un poco más difícil porque se saca un número más pequeño de bolas, hay menos opciones a elegir, pero es sólo este año, a partir del que viene se ha hecho una modificación del Real Decreto 276 que regula el acceso a la función pública docente, y va a haber un período transitorio hasta el 2024 donde se ha simplificado el sistema de oposición y también va a haber un mayor número de bolas en el sorteo, con lo cual, los próximos dos o tres años va a ser más fácil el procedimiento.

¿Los aspirantes se preparan ahora mejor, son más los que van por libre que los que acuden a una academia?

La verdad es que hay muchos preparadores, muchas academias, y desde que pasó lo de la pandemia el mundo de la educación se ha reinventado, y ahora mismo las clases online es un recurso fabuloso, con lo cual yo creo que mucha gente se está preparando con preparadores, evidentemente no todos. Pero tengas o no preparador, hay una parte que no se puede obviar que es el trabajo individual del alumno. Es decir, una oposición no se saca si no estudias, eso está clarísimo, y luego también hay que tener en cuenta que en una oposición el tribunal siempre va a elegir a los mejores.

¿Cuáles son, a su juicio, los ingredientes imprescindibles para aprobar las oposiciones?

Preparar una oposición, de lo que sea, es una carrera de fondo, requiere un trabajo constante, no es una carrera corta donde en tres meses te la puedas preparar. Normalmente las personas que optan a unas oposiciones de educación, como mínimo llevan un año entero estudiando y de una manera constante, para tener posibilidad de sacar plaza. Una parte que como preparador siempre hago mucho es la de mentalizar y concienciar, de que en la oposición no tienen que sentirse defraudados cuando vean las notas, suelen ser siempre muy bajas para las expectativas que tiene el opositor, pero es porque el nivel de exigencia es muy alto y eso hay que tenerlo presente.

¿La suerte tiene cabida en estas pruebas?

Por desgracia sí. Todos hemos oído a ese opositor que sale del examen y que dice que de los cinco temas que estudió le cayó uno. El sistema de oposición no es una decisión que se pueda tomar en las autonomías, sino que es el Estado, a través del Ministerio, el que debe cambiar la forma de selección. Se lleva muchos años hablando de pasar de este sistema a otro tipo MIR, que es una prueba tipo test con muchas preguntas de todo el temario, y ahí el factor suerte se disminuye al mínimo. En el actual, donde tienes un temario de 60 o 70 temas y te sortean dos o tres bolas, puedes tener la suerte de haber estudiado diez temas y salir en una de esas tres bolas, así que el azar ahí influye, evidentemente.

¿Qué se prioriza a la hora de preparar unas oposiciones?

Como preparador siempre les digo que tengan claras dos ideas: que tienen que estudiar mucho y que tienen que practicar mucho. El mayor error, desde mi punto de vista, que comete el opositor es no practicar el examen. La primera prueba, que es el eliminatoria, es escrita y tiene una duración de cuatro horas y, en general, se aprueba porque se practica el modelo de examen. El mayor error que puede cometer el opositor es que no se acostumbre a escribir cuatro horas a bolígrafo, porque cuando llevas más de dos horas, la mano te pesa horrores, la letra va siendo menos legible, y eso es muy importante a la hora del examen. Muchos opositores estudian bastante pero no practican nada, con lo cual llegan al examen y se encuentran conque no les da tiempo a terminarlo. Es muy típico oír frases como que se lo sabía pero no le dio tiempo a acabarlo, o que llevaba dos horas escribiendo y no pudo más porque tenía la mano muerta… Por eso practicar, aunque parezca una bobería es muy importante, y elegir el bolígrafo adecuado, no es lo mismo uno normal que uno con tinta de gel que fluye de una manera mucho más fácil. Son pequeños detalles que influyen mucho.

¿Cree que las pruebas y los criterios de evaluación miden realmente la capacidad docente y vocacional que requiere la profesión?

A nadie se le regala la oposición, es verdad que en la segunda parte de la prueba el tribunal puede valorar un poco más la exposición y la defensa, tanto de la programación como de la unidad didáctica donde el tribunal puede ver realmente al opositor si tiene un perfil de un docente que puede ser motivador, que tiene soltura y facilidad de palabra, que es natural. El sistema no es perfecto, pero tampoco es malo. El primer examen es totalmente anónimo, con lo cual evitamos las susceptibilidades de lo que siempre se piensa sobre que las plazas están dadas, que si este conoce al otro… En el primer examen el tribunal corrige a ciegas al ser anónimo y lo que valora es la calidad de lo que ha escrito el opositor. Ya en el segundo examen entra más la subjetividad, porque la parte formal que él presenta puede ser muy buena pero luego puede hacerlo muy mal en esa defensa. La primera parte trata de demostrar el conocimiento de su materia, y el segundo, la capacidad didáctico pedagógica que tiene el opositor como docente.

¿El sistema actual garantiza la objetividad en la selección o deja margen a favorecer a unos sobre otros?

Yo creo que no y quiero creer que no. En Educación, cuando se publican tantas plazas, los miembros de los tribunales son personas elegidas al azar, el presidente siempre lo elige la administración en una selección de profesionales, funcionarios de carreras, para garantizar que el procedimiento funcione bien. Se trata de un procedimiento que tiene que estar muy bien sincronizado, bien amarrado desde el punto de vista administrativo, que de las suficientes garantías a los profesores para que tengan claro los criterios de evaluación. Ese proceso, que lleva coordinar a más de 150 tribunales, es muy complejo y muy difícil de que ocurra situaciones de plazas ya dadas. Yo siempre he tenido la confianza y la creencia de que un opositor que va bien preparado puede aprobar y sacar plaza.

¿Qué cambiaría del sistema de acceso a la carrera docente?

Como mínimo cambiaría el primer examen y lo haría tipo MIR. El informe PISA ya dio las claves de cuando un sistema educativo es bueno, y está en la calidad de sus profesores, por tanto, la selección de los docentes es fundamental. La modificación del sistema debería centrarse en reducir aún más el factor azar y que los opositores tengan que preparar todos los temas, y que la corrección del tribunal fuera mucho más objetiva, porque un sistema tipo test de selección múltiple no genera ningún tipo de duda. En cuanto a garantizar que se seleccione a los que realmente tengan las cualidades de un buen docente, también sería relevante cambiar el período de prácticas tras las oposiciones. Todas las personas piensan que la oposición termina cuando terminas el examen, pero no, hay una fase posterior de prácticas de un año, donde todavía se evalúa al docente para ver si realmente se convierte en funcionario de carrera. A lo mejor el tiempo de prácticas debería ser mayor y más riguroso a la hora de hacer ese seguimiento. El sistema, desde luego, es mejorable, pero corresponde al Estado hacerlo y hay que tener voluntad para ello.

¿Ha cambiado el perfil del opositor en estos años?

Depende del cuerpo docente en el que nos movamos. Por ejemplo, en el de maestros -Infantil y Primaria-, el perfil se ha mantenido prácticamente inalterable en el tiempo, con un porcentaje mucho mayor de mujeres que de hombres, normalmente vocacionales en el sentido de que han estudiado una carrera cuya finalidad es ser docente. El opositor de Secundaria, sin embargo, ha cambiado en función de cómo se ha ido transformando también el mercado laboral. Por ejemplo, se ha elevado el porcentaje de mujeres en especialidades más técnicas, y prácticamente se ha equiparado al número de hombres; y también se dan circunstancias muy curiosas en materias como las matemáticas, donde prácticamente no hay ningún profesor titulado en matemáticas que se presenten a esa especialidad, son escasísimos, porque son profesionales muy buscado por las empresas y con sueldos muy superiores a los de un docente de matemáticas. Por tanto, resulta curioso que a una materia tan específica como las matemáticas se presentes prácticamente ingenieros de cualquier especialidad y arquitectos, y muy pocos licenciados en matemáticas.

¿Las crisis, como la de la pandemia, multiplica el interés por prepararse unas oposiciones?

Si. Ser funcionario tiene el atractivo de la tranquilidad y la seguridad y un equilibrio bastante aceptable entre el número de horas que trabajas y el salario. Entre los opositores siempre vemos que hay un porcentaje de personas con bastante experiencia laboral previa en la empresa privada, que ahora busca más tranquilidad y tiempo libre, aunque los ingresos económicos sean menores.

De cara a las oposiciones al cuerpo de maestros que arrancan el 18 de junio, ¿cuáles son sus recomendaciones?

Quedan prácticamente dos semanas para que empiecen y ahora lo que hay que hacer es controlar los nervios. Lo que no se ha estudiado de aquí para atrás, ya no se va a hacer, no se puede memorizar en 15 días, y por tanto, de lo que se trata es de consolidar lo que ya se ha venido trabajando, sea mucho o sea poco, controlar los nervios, y practicar un poco porque, de lo contrario, tras dos horas de escribir a mano no da para más y todavía te quedan otras dos. Esperemos que todos aquellos que se han preparado tengan la suerte de demostrar su capacidad.

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