La impresión de piezas en 3D o la incorporación a los prototipos de paneles solares o del hidrógeno como vector energético para impulsar las energías renovables. Estas son las principales novedades de la décima edición del Taller de Robótica Marina Educativa (Edurovs), que coordina la Plataforma Oceánica de Canarias-Plocan, en la que han participado 17 institutos y colegios de Canarias, y cuyo objetivo despertar vocaciones científicas y tecnológicas en las nuevas generaciones, fundamentalmente entre las estudiantes.
Un reto que ha conseguido con mucho ingenio y esfuerzo la mayoría de los equipos participantes, como es el caso del IES La Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria, con un robot ideado para la limpieza de los océanos. Según indicó uno de los profesores del centro, Alejandro Mendoza, el alumnado ha desarrollado un ROV basándose en el diseño de una tortuga, elegido por unanimidad, fabricaron las diferentes piezas con una impresora 3D, montaron los motores, el cableado, hicieron la consola de control con una cortadora láser donde montaron los joystick y la pantalla, y finalmente programaron el equipo para su manejo. «Tuvimos que hacer diferentes pruebas en la piscina de La Aldea para que se consiguiera flotabilidad neutra, ajustar la velocidad de los motores, poner los diferentes flotadores al cable porque lo arrastraba hacia abajo y hoy estamos aquí, en Plocan, y funciona», apuntó Mendoza, sobre este prototipo educativo ideado para recoger basura y contribuir a la limpieza de los océanos.
Taliarte acogió la sesión final de presentación de prototipos en la que participaron más de medio centenar de alumnos de seis institutos de Gran Canaria y uno de Tenerife
Este fue uno de los proyectos presentados ayer en la sesión final de muestra de los prototipos celebrada en la sede de Plocan en Taliarte, en un acto al que acudieron más de medio centenar de alumnos de seis institutos de Gran Canaria y uno de Tenerife -La Aldea de San Nicolás, Arguineguín, Amurga, El Doctoral, Agustín Millares Sall, Villa de Firgas y Granadilla de Abona-.
«Edurovs empezó en Secundaria para fabricar pequeños robots submarinos que propiciaran el estudio de aspectos como la flotabilidad, impermeabilización de motores, diseño 3D, programación, electrónica… Y en los últimos años hemos incorporado también a los alumnos y alumnas de 5º y 6º de Primaria, porque el objetivo de todo esto es despertar vocaciones científicas y tecnológicas, sobre todo entre las chicas, y cuanto antes empecemos, en edades más tempranas, mejor», informó José Juan Gil, ingeniero de Plocan y coordinador del proyecto educativo.
Este año, además de dar un paso más en la impresión 3D para el desarrollo de las piezas de los robots, se ha avanzado en técnicas de control remoto, y en energías renovables, con la incorporación de paneles solares, por ejemplo.
Para el alumnado, la experiencia ha supuesto, además de un proceso de aprendizaje académico, la adquisición de valores como el trabajo en equipo y la constancia
«Este curso, también han trabajado con el hidrógeno como vector energético. A partir de agua y energía solar obtenemos hidrógeno, hacemos la electrólisis del agua, descomponemos el agua en hidrógeno y oxígeno, y a partir de ese hidrógeno lo aplicamos a una pila de combustible y obtenemos energía eléctrica», subrayó el coordinador del programa Edurovs, que cuenta con la colaboración del Cabildo de Gran Canaria, el Área para el Fomento de las Vocaciones Científicas y la Creatividad (STEAM) de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Calidad de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, y el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Para el alumnado, el programa ha supuesto, además de un proceso de aprendizaje académico, la posibilidad de conocer a compañeros de otros centros y, de adquirir múltiples valores a nivel personal, como el trabajo en equipo. «Lo primero que aprendimos es que para sacarlo adelante teníamos que repartirnos las tareas; y lo segundo, que hay que tener constancia porque ante un fallo, estuvimos a punto de tirar la toalla, pero al final, lo sacamos adelante», indicó el estudiante de 1º de bachillerato Mateo Reyes. «Ha sido un bonito aprendizaje y, es verdad que despierta vocaciones, porque yo era una chica que nunca se había interesado por este mundo y ahora lo veo con otros ojos», concluyó la alumna Lucía Gutiérrez, una de las «ingenieras» de la tortuga submarina
