Tras 25 años dedicando parte de su vida a ayudar a los más necesitados y a las personas más excluidas de Canarias, no cesa en este empeño. «La esperanza está en cada uno de nosotros. En la medida en que creemos en el otro. La esperanza está en el camino, en ese día a día», afirma.

En los últimos dos años se ha desplegado el llamado Escudo Social, el Ingreso Mínimo Vital y se ha fortalecido la Prestación Canaria de Inserción. Aún así hay 14.774 hogares de la provincia acudieron el año pasado a Cáritas. ¿Qué esta fallando?

En 2020 hubo un incremento del 83% de los hogares atendidos por el impacto de la pandemia pero pensábamos que con la vuelta a la normalidad, el regreso del turismo y la reactivación de la economía ese impacto podría disminuir un poco, pero no ha sido así. Se ha ampliado un 17,2%. La mejoría y la vuelta a la normalidad no ha tenido un impacto en aquellos colectivos en mayor exclusión social, es decir los más pobres suelen ser más pobres aún y la pobreza severa va en aumento. Ha crecido un 15% en Canarias. Eso significa que sí estamos hablando de una pobreza que es estructural y se cronifica porque cualquier impacto de una crisis que venga sobrevenida afecta a más dimensiones de la vida de la persona, están más derechos vulnerados. Lo que está fallando es que no vamos a las causas, hay que ir a las causas en las distintas dimensiones de la vida de las personas y luego trabajarlas coordinada y transversalmente de forma consensuada con esa persona.

¿Qué haría falta para solucionarlo?

Hay que hacer un trabajo más integral, para ello consideramos que se tienen que impulsar políticas públicas que sean transversales y coordinadas, donde no estén ventanillando para cada uno de los aspectos de su vida si no que tengan una única ventanilla a la que acudir. Y no solo paliar las consecuencias de lo que está pasando en estos momentos si no ir a las causas para que la persona acceda al derecho a la protección social. Al acceder a él se le van mejorando todas las dimensiones de la vida.

¿Cuál es el perfil de las personas que acuden a Cáritas?

El 63% son mujeres, el 50% de ellas están solas y con menores a cargo. Sin recursos, sin empleo, con estudios primarios y con edades comprendidas entre los 40 y 50 años. Este perfil nos está diciendo que no tienen cualificación académica, que no cuentan con una red de apoyo para facilitar la búsqueda activa de empleo porque no tienen con quien dejar a los menores a su cargo, sin acceso a Internet o a un ordenador para poder tramitar las ayudas oficiales. Esas son las causas que le llevan a no tener esas oportunidades. Tienes que ir a las causas de cada persona que la ha llevado a estar en la situación en la que se encuentra e ir acompañándola en las diversas situaciones de su vida. No solo a nivel individual sino en su ámbito familiar.

«Se tienen que impulsar políticas públicas que sean transversales y coordinadas»

¿Por qué pasa esto?

Creo que hay muchas razones. Por un lado es la cultura en la que la mujer es la que se encarga del hogar y de la familia, la se preocupa de proteger a los hijos y es la que gestiona todo el tema doméstico. Evidentemente hay un giro importante, cada vez más el hombre tiene un papel activo en la responsabilidad familiar, también en el ámbito interno de las familias. La mujer es normalmente la que viene a pedir ayuda a Cáritas, pero también es verdad que cuando hay una desestructuración familiar, una perdida de trabajo, una ruptura de relaciones y la posibilidad de perder la vivienda, los recursos no están preparados para unidades familiares. El hombre iría a unos servicios alojativos para hombres y la mujer tendría que ir a unos servicios alojativos con los menores. Se separa a la familia.

¿No sería esto un caso de machismo estructural? 

 No lo llamaría machismo estructural, yo creo que tiene que ver que en base a los recursos que tenemos y a los dispositivos con los que contamos creamos una estructura de funcionamiento y la persona tiene que entrar con su realidad por esa estructura. Tenemos que reformular esa estructura que en un momento pasado tenía su sentido y por eso se crearon, pero en materia social en Cáritas siempre tenemos en cuenta de forma natural una evaluación continua del contexto social, de ahí la presentación de la Memoria Anual, porque esa fotografía nos ayuda a entender qué pasos tenemos que dar para adaptar nuestra forma de funcionar a la realidad que estamos viviendo. A la estructura pública le cuesta más hacer esos cambios pero sí considero que no hay un machismo estructural.

¿Cómo se puede actuar?

Es importante trabajar en sus capacidades a través de los cursos de formación que tenemos, es verdad que hay que buscar un equilibrio entre la oferta del mercado y cuáles es la demanda de puestos de trabajo. Hay que ver cuáles son sus capacidades y fortalezas para ir mejorando y visibilizando esos puntos fuertes para que se encamine hacia ahí. Eso implica un trabajo donde pones a la persona en el centro, una labor individualizada y en el ámbito familiar, vecinal y en su entorno. Para eso también es muy importante el tema de las Cáritas parroquiales la gran ventaja que tenemos es la red territorial que tiene en toda la provincia porque es un voluntariado que parte de la vecindad, de ese conocimiento de su barrio y de las posibilidades.

¿Cree que hay la implicación política suficiente para atajar esta situación? 

Dentro de la Administración Pública hay personas muy valiosas que ponen su servicio y su compromiso a poner herramientas al servicio o intentar movilizar esa maquinaria, pero sí es verdad que creo que hay dos grandes retos. Estar donde están los últimos, los más excluidos, donde no llega nuestra sociedad y poner el foco en ellos y en la pobreza severa que hay en Canarias que ha aumentado más de un 15%, con recursos para ello y también para abordar las causas. Tiene que haber una mayor coordinación, una mayor transversalidad y poner en el centro el contexto de la persona. Es decir, puedo crear una estructura y que las personas entren por ella o puedo modificar mi estructura en base a la realidad de las personas. Creo que ahí es donde debe estar el foco. Tengo una estructura y todo el mundo tiene que entrar por ella, si los servicios sociales funcionan de forma digital todos tienen que entrar por ahí pero no estoy siendo consciente de que se está quedando una población fuera que no tiene acceso a las nuevas tecnologías. Hay que crear otras herramientas de acceso para un colectivo al que no se está llegando a través de las nuevas tecnologías y apostar también por la presencialidad. Hay que buscar el equilibrio, nos falta encontrarlo. 

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Nuestra ilusión sería poder llegar en materia de empleo a tener una empresa de inserción, creemos que es importante para que pueda ofertar puestos de trabajo para que adquieran habilidades en la praxis del ejercicio de la profesión en esa empresa. Creemos que es importante porque eso les da un currículo que les ayudaría luego a lanzarse al mercado laboral. Es importante salvaguardar que las personas tengan acceso a los derechos, que no dependan constantemente de las ayudas que Cáritas pueda dar, que accedan a derechos.