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Asturias

La "absolutamente excepcional" historia del hombre que lleva más de dos años en la UCI

Los sanitarios confían en que el enfermo septuagenario pueda irse por fin a planta del Hospital de Cabueñes en unas semanas

Vistas del Hospital de Cabueñes. Marcos León

Un septuagenario gijonés permanece desde hace algo más de dos años hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital de Cabueñes (Gijón) por un síndrome autoinmune del que no logra recuperarse. Su caso, algo “absolutamente excepcional” según el personal, tiene en vilo al complejo gijonés, que cree estar ante uno de los “récords” de estancia de UCI de la sanidad asturiana y española.

El paciente –explican los sanitarios– ingresó al inicio de la pandemia por un trastorno autoinmune poco frecuente que hace que el cuerpo ataque a su propio sistema nervioso. El varón ingresó en estado grave y en sus primeros días de estancia tuvo momentos muy críticos, al borde de la muerte. Después, semana a semana, los sanitarios empezaron a extrañarse por la evolución del enfermo, que parecía sufrir “picos”, sin llegar a lograr nunca una mejoría notable. “A veces parecía que se recuperaba y podía estar sin respirador, y en esos ratos acabó conociendo a medio hospital. Muchos le hemos pillado mucho cariño. Atender durante tanto tiempo a un paciente es muy poco frecuente”, explican desde el hospital.

Esos momentos de lucidez son las rachas buenas, pero en las malas el síndrome se reactiva y el paciente vuelve a necesitar ventilación mecánica. En estos dos últimos años, el hombre se ha ido haciendo más dependiente de la ayuda de un respirador cada pocas semanas, y eso ha ido justificando su permanencia en la UCI durante todo este tiempo. Desde hace ya unos meses, sin embargo, el personal de Cabueñes empezó a pedir a sus supervisores una fórmula para trasladar al enfermo a otro recurso o, al menos, pasarlo a planta. “Parte del personal entiende que ya no se cumplen los criterios de UCI”, señalan. Los sanitarios comprenden que el temor a que un traslado empeore el estado del enfermo, sumado a que nunca llegó a recuperarse tanto como para volver a su casa, motivaron estos dos años de estancia que en Cabueñes consideran que podría suponer un “récord” para el hospital y una verdadera historia de superación para el enfermo, que sigue evolucionando.

“La UCI implica un desgaste físico enorme: tres meses en ella ya te dejan muy tocado. Que él siga avanzando, aunque despacio y con recaídas, es algo realmente inusual”, enfatiza otra profesional del centro.

Coste económico muy alto

En Asturias este tipo de casos también se cuentan con los dedos de una mano y muy pocos profesionales en activo recuerdan haber atendido a un enfermo durante tanto tiempo, mucho menos en una UCI. “Las gerencias sanitarias intentan reducir al máximo la estancia en cuidados intensivos. Por un lado, porque el paciente se deteriora mucho y puede sufrir infecciones, pero también por el coste económico. Cada día en una UCI en Asturias supone más de 1.000 euros de gasto para el sistema público”, aclaran fuentes sanitarias.

Cabueñes lleva meses pendiente de este asunto y ha intentado varias veces derivar al paciente a planta con un respirador, pero el delicado estado de salud del afectado, con recaídas frecuentes, lo sigue impidiendo. Volverán a intentarlo en las próximas semanas y su idea, a largo plazo, consiste en derivar al septuagenario a una residencia especializada en ancianos dependientes o a un recurso intermedio como el Sanatorio Adaro de Langreo.

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