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Veterinarios de la ULPGC avanzan en la extirpación de tumores en perros

Un grupo de investigadores opera con éxito a un can que sufría un cáncer de huesos que afectaba a uno de sus ojos - El equipo contó con expertos de Bélgica

De izquierda a derecha, Ernesto Molina, Enrique Rodríguez, Alba Barreto, Bart Van Goethem, Joep Timmermans, Carmen Pérez y Ana Jiménez. LP/DLP

La Unidad de Investigación Gicorec del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA-ULPGC), liderada por el doctor Enrique Rodríguez Grau-Bassas, ha extirpado con éxito un tumor en un perro que afectaba a su cuenca orbitaria izquierda. Y es que el animal se encontraba aquejado de un osteosarcoma, un cáncer de huesos muy común en los canes. No obstante, la localización de la neoplasia en este caso concreto hacía muy difícil su resección completa, por lo que la agrupación decidió contar con la colaboración de expertos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Gante

Se trata de la primera vez que se realiza en las Islas un procedimiento quirúrgico tan complejo en su categoría. «Hay muy pocas personas en Europa capacitadas para esto, pero tuvimos la gran suerte de que el doctor Bart Van Goethem –jefe del Servicio de Cirugía Animal de la citada institución educativa belga– estuviera con nosotros», anota Rodríguez. Gracias al esfuerzo de los profesionales, el perro pudo conservar su ojo y ahora se recupera de forma satisfactoria

En concreto, Bilbo, un labrador de siete años y medio, fue intervenido el pasado 24 de junio en las instalaciones de Gicorec, en el campus universitario de Arucas. Tal y como indica el investigador de la ULPGC, el proceso se prolongó cinco horas, un tiempo superior al esperado inicialmente. «En total, estuvimos presentes siete profesionales. Fue necesario quitar más de la mitad de la cuenca orbitaria –espacio del cráneo que contiene el ojo–, gran parte del hueso maxilar, incluyendo los alveolos de varias piezas dentales –los últimos molares–, y otra gran parte del hueso nasal». Posteriormente, comenzó la tarea de reconstrucción. 

Solo 36 horas después de haber concluido la operación pudo regresar a casa con su familia. El trabajo fue «muy meticuloso», pues el propósito fue en todo momento preservar el ojo. «Ninguna estructura importante sufrió daños y, a día de hoy, el ojo de nuestro paciente funciona perfectamente. Además, puede comer sin problemas y desarrolla sus actividades con total normalidad», señala el veterinario. 

Aún deben transcurrir unas dos semanas para conocer el resultado de la biopsia, pero el doctor se muestra optimista con el pronóstico. «Los osteosarcomas en el cráneo tienen un comportamiento menos agresivo que cuando se desarrollan en las extremidades. Además, si consideramos el desarrollo del tumor en Bilbo, las perspectivas son muy buenas y es probable que sea de bajo grado», apostilla Enrique Rodríguez. De este modo, «no sería necesario aplicar quimioterapia porque las posibilidades de diseminación serían inferiores al 15%».

Es la primera vez que se realiza en las Islas una operación tan compleja en su categoría

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Cabe resaltar que este cáncer es, desde el punto de vista molecular, el que más similitudes guarda con su homónimo en la especie humana. De hecho, es el primero que se utilizó como modelo en estudios. «En las personas suele salir fundamentalmente en las extremidades, siendo más incidente en individuos jóvenes», explica el responsable de Gicorec-IUSA. «En los perros se están desarrollando muchas opciones terapéuticas que están siendo objeto de estudios clínicos y que podrán ofrecer avances en Medicina», agrega. 

Lo cierto es que el profesional se siente muy satisfecho con el resultado de la intervención por varias razones. Por un lado, destaca el gran aprendizaje que ha supuesto para el grupo que lidera. Por otro, la emoción demostrada por la familia. «Para nosotros, el hecho de haber podido operar con un equipo tan destacado ha sido una experiencia increíble. A esto hay que sumar la alegría que hemos compartido con los propietarios de Bilbo, ya que lo consideran un miembro más de la familia y el resultado superó nuestras expectativas», asevera. 

Unas palabras que secunda Ricardo García Molina, uno de los familiares del paciente, quien no puede estar más agradecido con el equipo. «Ante casos como el de Bilbo, es un regalo encontrar a personas tan competentes. Tenemos que estar muy orgullosos de que nuestra Universidad tenga un servicio de Oncología e Investigación de tanto nivel científico y humano», valora.

La complejidad de la operación no solo inquietó a la familia, también al propio grupo de trabajo, que asumió el caso de Bilbo como un reto. Su historia ha permitido dar un paso más en la extirpación de tumores en canes.

De animales a humanos


El IUSA-ULPGC siempre ha hecho una clara apuesta por la Oncología comparada –la rama que estudia el cáncer espontáneo en el perro como modelo de aplicación para la cura del cáncer en humanos–. «Estamos desarrollando una línea de trabajo en cooperación con la unidad de Investigación Experimental del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y se están desarrollando estudios de genética molecular que consideramos muy importantes», manifiesta el doctor Enrique Rodríguez. Y es que, según recalca, el mejor apoyo para la investigación en la Oncología humana pasa por estudiar las neoplasias que acontecen en los canes. «El perro, generalmente, desarrolla el tumor por las mismas razones que el humano, vive en nuestro mismo entorno y casi podemos afirmar que lo que sirve para curarlo será útil también para sanar a las personas», indica el facultativo. | Y.M. 

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