Hace cinco años, Marcel Ignacio Riera, que ahora tiene 28, hizo las maletas en su pueblo, Sallent (Barcelona), y se fue a Suiza para acabar de formarse como violinista de primer nivel. Estudio, perseverancia y ponerse en manos de uno de los mejores violinistas, Sergey Ostrovsky, podía ayudarle a tener una sólida formación e integrarse en las mejores orquestas de Europa. Se graduó en los estudios de su instrumento en Suiza hace un par de años y, en los dos últimos, ha cursado un máster, siguiendo el plan que se había trazado. Mientras tanto, combinaba sus estudios con algunas intervenciones como músico en orquestas y sinfónicas de primer nivel. Pero cuando dejaba el arco y el violín, otra pasión recorría su cabeza: el culto al cuerpo y la llamada del mundo de la moda y de las pasarelas.

Hace una semana, Marcel Ignacio se proclamaba ganador del concurso Mister Suiza Francófona 2022, el único certamen del país para elegir a los más bellos del año tanto en categoría masculina como femenina..

"No pensaba que pudiera ganar", afirma. Han sido nueve meses en los que ha ido introduciéndose y superando etapas en un mundo que le apasionaba pero en el que no había tenido hecho ninguna incursión. Tanto es así que hasta hace pocos meses no explicó a sus padres que pensaba presentarse al concurso.

Tras la sorpresa inicial para unos padres que sólo conocían las dotes musicales de su hijo, llegó el pleno apoyo, hasta el punto de que sus progenitores, Marcel·lí y Dolors, acudieron también a la gala final del concurso, tras diez horas de viaje para acudir al acto, un gesto que les agradeció públicamente. “Creo que me puse a los asistentes en el bolsillo, les gustó mucho que estuvieran allí», comenta.

 Marcel Ignacio admite que, con 28 años, es algo mayor para iniciarse en el mundo de la moda, pero está convencido de que en la actividad de los modelos no cuenta tanto la edad como el tipo de imagen que interesa.

Al músico y modelo catalán siempre le gustó cuidar su cuerpo, pero en el último año lo ha hecho de manera muy especial. "He seguido dietas, cada día he ido un par de horas al gimnasio, me he cuidado, me he privado de cosas, no he salido, quería sentirme bien y no estar cansado". Un método que le ha servido para que el jurado valorara su cuerpo y su aspecto, esos 183 centímetros de humanidad, con 81 kilos de peso, delgado y con  la musculatura estilizada. A ello suma un pelo moreno y unos ojos claros, con una barba bien recortada.

El concurso no ha consistido sólo en la participación en los desfiles de las distintas fases. El jurado, según Marcel Ignacio, ha apreciado otros valores como la forma de moverse, bailar o llevar la ropa. Su nivel cultural y su manera de desenvolverse respondiendo al jurado, también influyeron.

Ahora tiene ya a un agente que le asesora y le prepara la carrera entre el mundo de la publicidad y los desfiles. Y también para luchar por ser el hombre más bello del mundo, al que va a concurrir representando a Suiza. El concurso de Míster Internacional tendrá lugar en Filipinas, el próximo mes de octubre.

¿Y el violín? "De momento tengo compromisos musicales en los próximos meses que debo cumplir". "Después me lo llevaré de viaje conmigo, para no bajar el nivel".