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Solidaridad tejida con cirugías

‘África Plástica’ es un proyecto médico de cooperación internacional que proporciona asistencia especializada a los más vulnerables

El doctor Javier Fernández Palacios, cuarto por la izquierda en la fila superior, junto al equipo médico y algunos de sus pacientes en una de sus visitas con África Plástica a Mauritania.

El doctor Javier Fernández Palacios, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Doctor Negrín lidera un equipo que viaja cada junio y noviembre a Mauritania y Guinea Ecuatorial para realizar intervenciones que mejoran la salud de su población. Un ejemplar proyecto de cooperación con nuestros vecinos.

Cirujanos de Canarias acuden a África para operar a los más necesitados. Los meses de junio y noviembre están marcados en rojo en la agenda del doctor Javier Fernández-Palacios, Jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Doctor Negrín. Desde hace años dedica una semana de junio a intervenir quirúrgicamente a pacientes en Mauritania y durante dos semanas de noviembre hace lo propio con pacientes de Guinea Ecuatorial. Son unos viajes de trabajo y cooperación que lidera y que cuentan con el apoyo de la Fundación Canaria del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas y también de la Fundación Martínez Hermanos.

«Es un proyecto de ayuda quirúrgica humanitaria que se desarrolla de manera frecuente y repetida en África en distintos países», explica Fernández. Se trata del proyecto África Plástica, que se centra en proporcionar atención especializada en cirugía plástica y reparadora que abarca patologías específicas como secuelas de traumatismos, quemaduras, úlceras crónicas, malformaciones congénitas o tumores cutáneos. 

El objetivo único y final es el de mejorar la salud de un sector de la población que tiene dificultades para acceder a servicios médicos tan especializados. La semana pasada presentó el proyecto en Casa África, en Las Palmas de Gran Canaria, junto a la doctora Olivia Sánchez Concepción.

«Son jornadas quirúrgicas de 10 o 12 horas, con eso vamos tirando para adelante. Es un no parar»

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Antes de llegar a su destino, Fernández y su equipo contactan con sus compañeros del país de destino para tenerlo todo preparado antes de aterrizar. Unos preparativos y una conexión directa que mantienen a través de Whatsapp y que facilita que puedan ponerse manos a la obra nada más tocar tierra. «Hacemos unas campañas previas para decírseles que vamos, y como siempre vamos en la misma época nos esperan, así podemos reintervenir a pacientes con patologías complejas. Funciona mucho el boca oreja, cuando llegamos son decenas y decenas de pacientes que tenemos que ver enseguida», añade.

Días intensos

Para poder desempeñar su labor de la mejor manera posible se aseguran que la parte local del programa les facilite los medios adecuados. «Nosotros pedimos siempre a la contraparte local, que es la que nos sitúa en el país. Pedimos una serie de requisitos indispensables como un quirófano, cuatro camas para poder ingresar a los pacientes, fundamentalmente niños, y darles anestesia, una sala de consultas y tenemos que tener un aparato de anestesia y un bisturí eléctrico, en algunos sitios nos pueden ofrecer sangre, pero no pedimos gran cosa, prácticamente en cualquier sitio se pueden hacer cosas», desgrana.

«En Mauritania vemos a 80 pacientes y operamos a 40, en Guinea Ecuatorial a 160 e intervenimos a 80»

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Una vez allí no pierden ni un segundo en comenzar a pasar consulta y a realizar las intervenciones quirúrgicas que sean necesarias. La gran mayoría de sus pacientes son menores de edad, en gran parte por la juventud de la población de los países a los que acuden para cooperar. «Nosotros vemos a unos 80 pacientes en cada viaje a Mauritania y operamos a 40. En Guinea como vamos dos semanas vemos a unos 160 pacientes y operamos a unos 80. Son jornadas quirúrgicas de 10 o 12 horas, con eso vamos tirando para adelante. Es un no parar, no vamos a otra cosa», puntualiza. 

Su labor se vio interrumpida por la irrupción de la Covid-19 que impidió viajes y cerró fronteras de muchos países. Si bien, pudieron continuar con su labor en Mauritania, en el caso de Guinea Ecuatorial tuvieron que cancelar sus viajes en los dos últimos años, aunque ya están con los preparativos para acudir el próximo mes de noviembre. «El impacto de la pandemia Covid en África pasó desapercibido al lado de las otras pandemias crónicas que tiene, el Covid no supone nada al lado del sida, la malaria o las enfermedades respiratorias. Afecta más a los países occidentalizados de África», explica.

Estas misiones quirúrgicas llenan al equipo liderado por Fernández de satisfacción personal al poder aportar su granito de arena en la mejora de la salud. «Es algo muy bonito de experimentar, es la expresión máxima de la palabra médico», sentencia.

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