El incremento del tiempo de permanencia al sol y el aumento de las temperaturas propio del verano son factores que pueden producir quemaduras en la piel si no se protege correctamente. Esta respuesta inflamatoria también puede causar daños a largo plazo, por lo que es muy importante emplear todas las herramientas necesarias para evitarlos.

El hecho de sufrir tres quemaduras en la infancia multiplica por diez el riesgo de desarrollar melanoma

Con el fin de promover unos hábitos solares saludables, la dermatóloga Noemí Guillermo, integrante de la Sección Canaria de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), hace hincapié en siete claves esenciales

  1. Utilizar protección solar. Tal y como señala la doctora Guillermo, para evitar las quemaduras es imprescindible emplear cremas solares con un factor de fotoprotección de 50 como mínimo. «Hay que aplicar una cantidad generosa y repetir la acción cada dos horas si la exposición a los rayos ultravioleta va a continuar. Lo mismo hay que hacer después de cada baño, ya que en el agua se pierde parte del producto», advierte la especialista. Pero el peligro también está presente en los días nublados. «El 90% de los rayos ultravioleta traspasa las nubes y nos podemos quemar con la misma intensidad que en un día soleado. La gente tiende a pensar que esto no es posible, pero lo cierto es que hay que proteger la piel del mismo modo», recalca la facultativa. Por otro lado, hay que descartar el uso de aceites bronceadores que no incorporan fotoprotección. «Hay que tener en cuenta que no existe un moreno saludable, ya que el cambio que se produce en la melanina indica que la piel se ha dañado por el sol. Con el paso del tiempo, esto puede pasar factura en forma de manchas, arrugas o cáncer de piel». 
  2. Proteger a los niños. Es muy importante proteger a los niños de las agresiones del sol, ya que hay estudios que demuestran que las quemaduras en la infancia aumentan el riesgo de sufrir melanoma en la edad adulta, el cáncer de piel más agresivo y letal. «El hecho de sufrir tres quemaduras en esta etapa de la vida multiplica por diez el riesgo de desarrollar esta neoplasia», asevera la dermatóloga, que además recuerda que los menores de seis meses no deben exponerse al sol. 
  3. Evitar la exposición entre las 12.00 y las 16.00 horas. Hay que evitar exponerse al sol entre las 12.00 y las 16.00 horas, ya que es la franja horaria de máxima radiación ultravioleta. «El sol incide con más fuerza y tenemos muchísimas más posibilidades de quemarnos, especialmente las personas con fototipos claros», anota la facultativa. 
  4. Emplear métodos de protección físicos. Los expertos recomiendan utilizar sombreros de ala ancha y gafas de sol homologadas. «A la hora de pasear, también es recomendable llevar camisetas largas y pantalones o faldas largas», agrega Noemí Guillermo. Además, es conveniente buscar espacios de sombra para que la piel pueda «descansar» de la incidencia de los rayos. 
  5. Medicamentos fotosensibilizantes. Existen algunos medicamentos que pueden provocar reacciones adversas en la piel al exponerse a la luz del sol. «Ciertos antiinflamatorios, antibióticos o diuréticos, por ejemplo, tienen la capacidad de causar alergias o manchas. Lo mismo ocurre con las colonias o perfumes, por lo que nunca hay que utilizar estas sustancias para tomar el sol», apunta la integrante de la AEDV. 
  6. Mantener una buena hidratación. La hidratación es esencial. Por eso, es conveniente beber mucha agua durante la exposición. «Al volver a casa, es importante utilizar lociones after sun. Estas contienen componentes regenerantes que aportan muchos beneficios a la piel», sostiene la dermatóloga. 
  7. Tratar las quemaduras. Si ya se ha producido una quemadura, lo primero que hay que hacer es ducharse con agua fría, aplicar compresas húmedas y, por supuesto, evitar exponerse al sol a toda costa. «Si aparecen ampollas, nunca hay que pincharlas, porque eso puede retrasar la cicatrización y hay riesgo de sobreinfección», explica la doctora. En algunos casos puede ser necesario, incluso, recurrir a corticoides o a antibióticos tópicos. «En caso de experimentar dolor es posible tomar antiinflamatorios como el ibuprofeno, pero lo mejor es acudir a la consulta de un dermatólogo para que valore los daños», subraya la experta.