La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, respira el día después de ver aprobado con holgura el proyecto estrella de su departamento, al que ha dedicado buena parte de los últimos trece meses, el tiempo que lleva en el ministerio, desde que Pedro Sánchez reclamó a esta ingeniera y exalcaldesa de Gandia en julio del año pasado para el Gobierno de coalición.

"España es un país mejor hoy, sin duda, después de aprobarse la ley de Ciencia", responde a Levante-EMV, medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, en el marco de una entrevista el resto de cuyo contenido se publicará el domingo. "Lo digo con la humildad de haber estado todos estos meses trabajando una ley desde la base, escuchando a la comunidad científica para saber cuales eran sus necesidades", añade. Se ha reunido en este tiempo con científicos, universidades, centros de investigación, sindicatos y representantes empresariales.

El resultado es una ley que en su primer paso por el Congreso de los Diputados salió sin votos en contra, algo infrecuente en los últimos años. Sin embargo, el texto fue modificado en el Senado al aprobarse una enmienda del PP con el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) contra una disposición adicional que establece que los contratos de los científicos en virtud de los fondos de recuperación de la UE tienen que ser indefinidos.

El resultado es una ley que en su primer paso por el Congreso de los Diputados salió sin votos en contra, algo infrecuente en los últimos años

Esa circunstancia provocó que esa parte tuviera que volver a ser votada en el Congreso el pasado jueves. Finalmente, tras un acuerdo con los republicanos catalanes, la norma saldrá publicada en el BOE con su redacción inicial, la que consagra los contratos indefinidos.

La ministra no esconde su satisfacción el día después por lo que considera un avance crucial para la consolidación de estructuras científicas. La ley, argumenta, revierte una tradición de arrinconamiento de la investigación. "España era un sistema que le había fallado a la ciencia, como a otros sectores productivos —asegura—. Cuando el PP gobernó este país con sus recetas de la austeridad recortó también en ciencia". La consecuencia han sido años de fuga del talento, sentencia Morant. Uno de sus proyectos en marca ahora es un plan de atracción de investigadores.

La ministra no esconde su satisfacción el día después por lo que considera un avance crucial para la consolidación de estructuras científicas. La ley, argumenta, revierte una tradición de arrinconamiento de la investigación.

La titular de Ciencia destaca que España está ahora en las mejores cifras de empleo de los últimos 13 años y dos de los tres sectores que más han crecido en afiliación son las actividades científicas y técnicas, y las informáticas y de telecomunicaciones. O sea, la ciencia y la innovación. Eso supone, en su opinión, salir de las últimas crisis "por la puerta del futuro y no por la del pasado".

Es así, remarca, gracias a los dos últimos presupuestos del Gobierno, "que han doblado la financiación en ciencia", y al despliegue del plan de recuperación, transformación y resiliencia con fondos de la UE. "Estamos favoreciendo la ciencia y ahora, a través de la ley, no solo favorecemos que se cree empleo, sino que este va a ser de calidad y vamos a garantizar por ley esa financiación que ahora mismo ya estamos aplicando como Gobierno", explica.

La ministra confirma que la inversión en ciencia en 2023 está prevista que sea del 2 % del PIB y en 2030 del 3 %. Pero advierte que no todo ha de ser aportación pública: "Queremos igualarnos a los estándares europeos en financiación, pero también en el compromiso de cada uno de los actores".

Los Perte como palanca

La referencia es Alemania, donde el 70 % de los fondos para investigación procede de manos privadas. En España, el reparto está ahora en el 50 %.

El instrumento para propiciar una mayor inversión privada en ciencia son los Perte del plan de reconstrucción. "Estamos favoreciendo que las multinacionales y las pymes aumenten su huella de investigación para que las nuevas soluciones a los retos actuales los desarrollemos nosotros y no los compremos fuera, lo que nos hará más competitivos y también más autónomos", reflexiona.

Morant pone como ejemplo a la C. Valenciana con el Perte del vehículo eléctrico. Este esquema "se va a producir también en la salud de vanguardia, en el microchip, en las energías, en la gestión del agua y en el espacio".