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Las tareas de vigilancia covid en las residencias demuestran su eficacia

El seguimiento de los brotes no ha cambiado pese al fin de la fase aguda de la pandemia - En los centros de mayores de las Islas hay nueve usuarios positivos

Francisco José Fortes, esta semana en el centro sociosanitario El Pino de la capital grancanaria. LP/DLP

Los cambios que se han producido en la Estrategia de Vigilancia y Control del Covid-19 no se han extrapolado a las residencias y centros sociosanitarios, lo que ha permitido bloquear la transmisión de la patología y evitar que se registren brotes masivos. «El seguimiento de los focos en las residencias continúa siendo el mismo. Cuando se detecta un caso positivo entre los usuarios ya se considera un brote activo y lo mismo ocurre cuando hay, al menos, tres trabajadores contagiados», explica Francisco José Fortes, enfermero gestor de la unidad de Residencias de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria

Cuando esto sucede, entran en juego las medidas preventivas de aislamiento para los usuarios contagiados, así como la identificación de sus contactos estrechos dentro del centro. «Después de que Sanidad eliminara las cuarentenas, a los usuarios que han mantenido contacto estrecho con el paciente positivo se les realiza una prueba de detección y, si el resultado es negativo, les ofrecemos una serie de recomendaciones. Una de ellas es hacer uso de la mascarilla en las zonas comunes», señala el sanitario, que además hace hincapié en que «ya no es necesario cribar a toda la planta». 

Protocolo

Por su parte, los empleados que hayan contraído la infección no podrán reincorporarse a sus puestos hasta recibir el alta. «Se lleva un control a través de test de antígenos al quinto día del proceso. Si es negativo, el paciente recibirá el alta. Si continúa siendo positivo deberá mejorar o permanecer asintomático los dos días siguientes para poder trabajar», detalla Fortes. Ante la ausencia de una prueba que confirme la eliminación de la infección, la empresa deberá aportar todos los medios para evitar exponer a los mayores al riesgo de contagio.

La eliminación de las restricciones provocó un incremento de los casos de coronavirus en estos ámbitos, pero, afortunadamente, la situación ha cambiado. Según los últimos datos que maneja la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, en la actualidad, en los centros sociosanitarios de las Islas hay 11 usuarios positivos y siete trabajadores, mientras que en las residencias de mayores suman nueve y 21, respectivamente. Las cifras difieren de las constatadas en el mismo período del pasado año, cuando había 20 usuarios aquejados y 21 profesionales en los primeros espacios, además de 17 residentes y 22 empleados contagiados en centros de mayores. «Las nuevas variantes, sumadas a la protección que confieren las vacunas, han hecho que los cuadros clínicos sean más leves. Hay que tener en cuenta que más del 95% de los usuarios cuenta con la tercera dosis y que algunos pacientes inmunodeprimidos ya han recibido la cuarta».

«Nuestro esfuerzo ha valido la pena porque cada vez hay menos casos», apunta Fortes

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Precisamente, ha sido este escenario el que logrado reducir el temor entre los usuarios que contraen ahora el Covid-19. «La enfermedad se ha normalizado y la convivencia con el virus es mucho más serena. No obstante, desde la unidad de Residencias, estamos desarrollando actividades preventivas destinadas a informar sobre el correcto manejo de los equipos de protección individual y los distintos tipos de mascarilla que se deben utilizar en cada momento para que las personas puedan cumplir correctamente con el protocolo si se llegan a registrar brotes muy numerosos», informa el profesional de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria. 

Aunque el cansancio ya pesa, el equipo también trabaja ahora de forma más relajada. «Estamos recibiendo nuestra recompensa. Nos hemos dado cuenta de que nuestro esfuerzo ha valido la pena porque cada vez hay menos casos positivos en estos espacios», valora Francisco José Fortes, quien además agradece a los centros las labores que han llevado a cabo para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad.

A pesar de todo, el enfermero hace un llamamiento a la prudencia. Y es que la pandemia no ha finalizado, por lo que es imprescindible que los pacientes más vulnerables y sus cuidadores extremen las precauciones para reducir el riesgo de contagio. «Creo que estamos llegando al final de esta pesadilla y que pronto podremos volver a la normalidad real. Ahora bien, no hay que olvidar que el coronavirus continúa produciendo muertes y que puede tener un comportamiento impredecible», asevera. 

Un grupo multidisciplinar

La unidad de Residencias de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria está compuesta por cinco enfermeros, cinco auxiliares de enfermería y cuatro auxiliares administrativos. Además, cuenta con el apoyo del equipo médico que forma parte de la unidad de Intervención. «Damos cobertura a todos los centros sociosanitarios y residencias del área de salud de Gran Canaria. Nos encargamos de gestionar todos los brotes activos que se producen en estos espacios y de mantener a los centros informados sobre las normativas para que estén actualizados», explica Francisco José Fortes, enfermero gestor de la citada unidad. «Son los centros los que nos tienen que alertar de los contagios», prosigue, «a partir de ahí, gestionamos los casos positivos con sus médicos de familia y, si los centros no disponen de unidades sanitarias, es la nuestra la que asume el seguimiento». Asimismo, los profesionales se preocupan por agilizar las citas de los trabajadores con los facultativos, el seguimiento desde el centro de salud correspondiente y las pruebas pertinentes. |Y.M. 

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