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Ciencia

La influencia de la luna en la geología vista desde Canarias

Las lavas se pueden datar radiométricamente, lo que hace de las Islas un calendario geológico

El Matorral. | | LP/DLP

En enero de este año se publicó el estudio de unos astrónomos americanos que muestra que la luna es la responsable de las enormes grietas que se producen en la corteza de Tierra conocidas primero como deriva continental y luego como tectónica de placas. Nosotros analizamos las huellas de esto en Canarias, primero a escala de millones de años, después de miles de años y finalmente a escala de cientos de años. Todo ello comparado con otros testimonios de cualquier parte del mundo. Canarias está en el Atlántico, único océano que va de norte a sur y que está ensanchándose precisamente por una grieta que lo recorre por su centro. El Pacífico, esta cerrado por el norte (el estrecho de Bering) y el Indico está bajo Asia.

El desplazamiento hacia el norte de América del sur cerró la comunicación existente entre el Atlántico y el Pacífico. A causa de ello, se intensificó la llegada de aguas al Atlántico norte y comenzó la acumulación de hielos en el Hemisferio Norte con un importante descenso del nivel del mar. A continuación, se desertiza el Sahara al tiempo que se instalan en el sur de Eurasia las estaciones del año. De todo ello hay pruebas en Canarias constituidas por depósitos marinos y eólicos principalmente, que se intercalan entre sus lavas. Las lavas se pueden datar radiométricamente por Potasio/ argón y Argon/Argon lo que hace de las Canarias un calendario geológico. Por esta geo-cronología se conoce el nivel global del mar a 30 m, hace 4.8 millones de años, previo al cierre de Panamá y también que desde hace 4.2 millones de años Gran Canaria sube 6m cada millón de años , Fuerteventura sin Jandía ha permanecido estable desde hace cinco millones de años y Lanzarote sur ha subido 4 m cada millón de años desde hace 10 millones de años.

A escala de miles de años

Durante el último medio millón de años, solo en dos ocasiones el nivel del mar ha estado más alto que en la actualidad, y por lo tanto es observable. Ello fue durante el interglacial más largo, hace unos 400.000 años y durante el último interglacial hace entre 130.000 y 120.000 años. Ahora, que conocemos la total influencia de la luna sobre la Tierra, resultaría raro que no hubiera ejercido ninguna influencia sobre el mar y es en los restos de estos interglaciales donde la buscamos. Del interglacial más largo quedan restos en Bermuda, Curaçao y south Africa a alturas de 21 m sobre el nivel actual del mar. Estas alturas han parecido excesivas para explicarse solo por la fusión de los hielos y se ha argumentado una recuperación del equilibrio, tal como un bote al bajarse sus ocupantes, por el cambio del peso de los hielos sobre el continente norteamericano. Pero en Canarias estos depósitos están a alturas todavía mayores, 32 m, y están muy lejos de continentes soportando el peso de hielos, Además, en estas islas la fauna contenida en los depósitos ha resultado ser de mares más fríos que el actual. Ambas, alturas y faunas constituyen anomalías.

Del mismo modo, durante el último interglacial, restos en Australia están a alturas máximas de 9 m y en Gran Canaria aparecen a 12 m conteniendo mezclados elementos de fauna frías. Nosotros proponemos que, uniendo con una línea los depósitos marinos del Atlántico norte con los de sus antípodas podrían reflejar los desplazamientos en el interior del manto de la tierra del baricentro Tierra-luna.

A escala de cientos de años

Los últimos 6.000 años proporcionan datos con más detalle. Hemos detectado dos elevaciones del nivel del mar en Fuerteventura hace unos 1.450 años y unos 4.300 años y dos bajadas del nivel del mar hace unos 3.000 y 6.000 años. Similares depósitos aparecen en Mauritania y en África del Sur. El registro de las temperaturas en una perforación oceánico al sur de las Canarias indica que la temperatura superficial del mar era menor que la actual. La forma de los depósitos, unos 70 escalones, y el conocimiento común que relaciona las mareas con la luna, induce a buscar una causa astronómica pero no de las mareas sino de cambios en el nivel del mar, podríamos decir en mareas persistentes durante un centenar de años entre tres y cuatro metros más alta que las actuales.

Estas subidas y bajadas del nivel del mar coinciden, en los registros astronómicos de los emperadores chinos, con periodos constantes en la duración del día. La duración del día es cada vez mayor por el alejamiento de la luna. Es decir, cuando hubo estos cambios en el nivel del mar la luna permanecía a la misma distancia de la tierra aproximadamente.

Por otra parte, la atracción lunar sobre la Tierra depende de la latitud y las zonas cercanas a los trópicos son más sensibles a los cambios. Estos cambios dependen de los ángulos que forman el eje de la Tierra con el plano en el que se desplaza alrededor del sol y de la inclinación de la luna con respecto a ese mimo plano. Estos ángulos pueden sumarse y restarse desplazando la influencia de la luna en los trópicos. Durante el cambio la distancia Luna-tierra es aproximadamente la misma (el momento de voy giro y vuelvo), la duración del día permanece constante y sube o baja el nivel del mar en las zonas subtropicales. Finalmente, si esto ocurre cada mil quinientos años aproximadamente, por causa de las excursiones del baricentro, como indican los depósitos marinos de Fuerteventura, al representar estas oscilaciones mediante una curva, ésta curva resulta contener tres veces la de la inclinación lunar, es decir, son harmónicas. Con ello la curva resultante es una curva suma que aumenta unos cinco grados la inclinación de la luna produciendo la elevación del nivel del mar en las zonas próximas a los trópicos.

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