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Una vuelta a clase más cara para recibir a la Lomloe

Los canarios gastarán más de 450 euros

en el inicio de curso, que en las Islas

se producirá el próximo viernes

Una vuelta a clase más cara para recibir a la Lomloe.

Después del reto que supuso retomar las clases en mitad de la pandemia, las aulas canarias se enfrentan ahora a un nuevo desafío, el de la inflación y la crisis económica a la que parece estar abocada la sociedad española en los próximos meses. La vuelta al cole, prevista en Canarias para el próximo viernes en el caso de los curso más madrugadores –el alumnado de Educación Infantil y Primaria– se presenta bastante más cara que en años anteriores ya que a la subida de precios se une, además, la imposibilidad de reutilizar algunos de los libros de cursos anteriores, como es el caso de Infantil. Además, a partir de este mes entran en vigor los primeros cambios incluidos en la Ley Orgánica por la que se modifica la LOE (Lomloe), que se hará efectiva en 2022/2023 en los cursos impares.

En Canarias, los artículos de papelería y libros pueden aumentar sus precios un 3,5% con respecto al año pasado, mientras que la previsión del Instituto Nacional de Estadística (INE) es que los gastos para Infantil y Primaria en el Archipiélago crezcan más de un 2% y en Secundaria un 1,8%. «Estamos muy preocupados porque en Canarias la vuelta al cole costará a cada familia entre 450 y 500 euros», afirma el portavoz de STEC-IC en Canarias, Gerardo Rodríguez.

Para hacer frente a todo ello y ayudar a las familias, las diferentes administraciones públicas han puesto en marcha en los últimos tiempos diferentes líneas de subvenciones. Una de las más destacadas de cara al nuevo curso es la ayuda de 100 euros mensuales extras entre septiembre y diciembre que el Ministerio de Educación y Formación Profesional otorgará a los beneficiarios de becas de Bachillerato, Formación Profesional y estudios universitarios así como al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo mayores de 16 años. En el caso de la Comunidad Autónoma, la Consejería de Educación ya ha aprobado 61.629 solicitudes de ayudas para la adquisición de libros de texto y material didáctico para el curso 2022/2023. No obstante, se trata de una cifra que crecerá en las próximas semanas tras el plazo de reclamaciones y que supone una inversión de más de ocho millones de euros cada curso.

Aún no se conocen los datos definitivos de matrículas en Canarias, pero la previsión es que este año se mantengan similares a los del pasado curso, cuando en el Archipiélago había alrededor de 320.200 alumnos, tanto en centros públicos, como privados y concertados. En el caso de la educación pública, la previsión de matrículas de la Consejería de Educación es de cerca de 245.000 para el curso que comienza, aunque es previsible que estos datos crezcan hasta octubre, cuando se tendrá la radiografía definitiva del alumnado canario para 2022/2023.

Aunque ya queda atrás la pandemia y el grueso de las medidas anticovid, las autoridades educativas advierten que el curso que arranca el viernes cuenta aún con protocolos sanitarios, aunque con muchas diferencias con aquellos primeros documentos repletos de restricciones. Así, el protocolo vigente en la Comunidad Autónoma elimina ya la distancia interpersonal entre alumnos en las aulas y se centra únicamente en la ventilación en las clases y en la higiene de manos que debe mantener toda la comunidad educativa.

En el caso del servicio de comedor, sí se mantienen los tan famosos grupos burbuja, así como la distancia de seguridad, aunque la evolución de los indicadores y las peticiones de diferentes Comunidades Autónomas para que se eliminen todas estas medidas puede hacer que el Ministerio de Educación tome alguna decisión al respecto en las próximas semanas. En el caso del transporte escolar, el protocolo se rige por las medidas que se toman en el transporte público y por eso en las guaguas escolares sigue siendo obligatorio el uso de mascarillas. El secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO Canarias, José Ramón Barroso, afirma que «podemos entender que el hecho de que desaparezcan prácticamente todas las medidas de protección ante la covid genera una cierta sensación de normalidad en las aulas, pero no podemos obviar el resto de situaciones que supondrán nuevos retos e incertidumbres que pondrán a prueba nuevamente nuestro sistema educativo».

Así, el curso que arranca lo hace con el gran reto de adaptarse a la Lomloe, que ya introduce cambios para este año en los cursos impares, es decir, 1º, 3º y 5º de Primaria, 1º y 3º de ESO y 1º de Bachillerato. Después de que el Ministerio de Educación haya publicado los currículos con las modificaciones generales, las Comunidades Autónomas deben ahora perfilar los documentos ajustándolos a las características de cada territorio. En el caso de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, se han creado diferentes comisiones de profesorado para que desarrollen los currículos de cada una de las áreas y materias que experimentarán cambios en este curso pudiendo enriquecer los textos publicados por el Ministerio de Educación hasta un 40% y contemplar las seis líneas estratégicas: desarrollo sostenible, perspectiva de género y coeducación, educación inclusiva, emocionalidad competente, sentido cultural de la educación y educación en el patrimonio natural, social y cultural canario.

Ante esta elaboración, laboriosa pero también más garantista, Canarias ya ha publicado los borradores de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato. Los dos primeros se encuentran en la última fase del procedimiento de tramitación y los dos restantes necesitan los informes para iniciar esa última fase. Aún sin fecha de publicación en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) –paso indispensable para que entren en vigor–, la Consejería espera que eso pueda ser «lo antes posible–. En este sentido, los sindicatos se muestran preocupados por la tardanza en la publicación. «Somos conscientes de que hay otras Comunidades Autónomas, unas seis, en la misma situación que Canarias, sin currículos, pero eso no es consuelo porque el profesorado debe conocer los aprendizajes que ha de llevar a las aulas con un mínimo de antelación», dice el presidente de ANPE Canarias, Pedro Crespo.

A falta de estos documentos para introducir algunas de las modificaciones más destacadas del nuevo curso, lo que sí es seguro es que las ratios volverán a cambiar. Ya el pasado curso se inició una bajada que se mantendrá en el tiempo, más allá de las necesidades puntuales que surgieron durante la pandemia para mantener la distancia de seguridad entre los alumnos. Así, en Bachillerato, las clases pasaron en 2021/2022 de 35 a 30 alumnos y en 1º de ESO, de 30 a 27, una medida que a partir de este mes se extiende también a 2º de ESO; en Formación Profesional Básica los grupos pasan de 15 a 12 alumnos; y en Primaria se eliminaron los grupos mezcla para 5º y 6º. Ahora, se continuarán eliminando estas clases en el primer ciclo de Primaria, en el curso 2023/2024, y en el segundo ciclo, en 2024/2025.

No solo la bajada de las ratios alumno-profesor cambia este año, sino que se amplía además la plantilla de docentes. Este curso, más de 26.300 personas trabajarán en la Educación en Canarias, sin embargo es previsible que este número aumente en las próximas semanas, a falta de conocer los datos finales de matriculaciones. Lo que sí es un hecho es que la plantilla canaria de profesorado ha aumentado en más de 2.600 profesores en dos cursos, gracias al incremento iniciado por la Consejería de Educación después de que ya no fueran necesarias las incorporaciones de refuerzo debido a la pandemia. Mientras que el curso pasado se contrataron 1.060 docentes, este año se incorporarán 1.600, que se destinarán principalmente a la atención a la diversidad; la mejora de las condiciones de trabajo y al aumento de especialistas de Audición y Lenguaje y de Pedagogía Terapéutica. Todo ello, además, permitirá reducir las horas lectivas del profesorado canario, que pasan de 25 a 23 semanales, «lo que para nosotros es un horario idóneo», concluye el portavoz de STEC-IC.

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