La erupción volcánica de La Palma triplicó las consultas por asma en la fase aguda de la expulsión de gases y cenizas y seis meses después, el 30% de los pacientes adultos y el 10% de los niños había empeorado sus síntomas.

Así lo recoge un estudio elaborado por el Hospital Universitario General de La Palma, con el aval científico de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, cuyos resultados preliminares han sido presentados este jueves en rueda de prensa.

El estudio ha estratificado la isla entre zonas: alta exposición --que se corresponde con los municipios del Valle de Aridane--; exposición intermedia --sureste, Fuencaliente, Mazo, las Breñas y Santa Cruz de La Palma-- y ha evaluado las alergias bronquiales, cutáneas y rinoconjuntivitis.

La alergóloga Zulay Almeida, autora del estudio, ha señalado que se sabía que los pacientes iban a empeorar en la fase inicial por los "gases y cenizas" pero lo que más les ha sorprendido es que seis meses después del inicio de la erupción, "la población que estaba regular o mal controlada seguía igual y entre los que estaban bien controlados, un 30% de adultos y 10% de niños han empeorado", y tanto en la comarca de Valle de Aridane como en la zona de exposición intermedia.

Ha indicado que el volcán Tajogaite afectó "de lleno" a la población, y más a los adultos que a los niños, "que tienen más capacidad de recuperación".

Almeida ha apuntado que el "empeoramiento posterior" se debe a la 'removilización' de la ceniza por el viento pues "sigue en el ambiente y se sigue respirando", aparte de que ya no se utilizan mascarillas para combatirla.

Además ha indicado que la afectación al asma es la misma en zonas de alta exposición que en zonas intermedias por lo que "no hacen falta grandes cantidades de cenizas" para que una persona se vea afectada.

En el caso de las alergias cutáneas ha indicado que el 10% de los pacientes empeoraron en la fase inicial, tanto entre adultos como jóvenes y sin importar el tiempo de exposición, pero al cabo de seis meses ya han vuelto a la normalidad.

En cuanto a los de rinoconjuntivitis ha indicado que la población del oeste "es la peor que está" en la fase inicial, aproximadamente el 50% de los adultos y el 20% de los niños, pero seis meses después vuelven a si situación anterior.

Ha indicado que ahora va a empezar el estudio para conocer la evolución a los doce meses y también se van a realizar otros comparando a población sana y alérgica y también por la exposición a distintos tipos de ceniza.

La jefa del servicio de Alergología del Hospital Insular, Teresa Carrillo, ha destacado la originalidad de este estudio, el primero de estas características, y recordado que vivió en primera persona la erupción del Teneguía, pero "fue más corto", tuvo "pocos daños" y emitió menos gases y ceniza.

Impulso a la investigación en el hospital

La gerente del hospital, Mercedes Coello, ha destacado que "la única consecuencia positiva" de la erupción ha sido que ha permitido "estudiar en vivo y en directo" la contaminación generada por el volcán y su impacto en la salud, de tal forma que La Palma ha sido durante el último año un "microlaboratorio".

En ese sentido ha indicado que el hospital tenía un "déficit de investigación" pero el volcán lo ha convertido en una "fortaleza" porque muchas sociedades científicas han estudiado los efectos del volcán en la población.

"Los palmeros nos hemos convertido en ratones de muchas investigaciones y nos va a beneficiar como hospital", ha agregado.

El presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, Ignacio Dávila, ha destacado que la erupción tuvo una "afectación" en la salud de la población por la emisión masiva de gases contaminantes, poniendo como ejemplo que en menos de dos meses, el Tajogaite ya había liberado dióxido de sulfuro como todos los países de la UE en un año.

"La erupción es una contaminación del medio ambiente y tiene repercusión en la salud humana, fue un episodio muy agudo", ha indicado.