El impacto ambiental del gigante palmero de la observación astronómica, el Gran Telescopio Canarias (GTC), «debe reducirse». Es al menos el convencimiento del director de la infraestructura científica, Romano Corradi, para argumentar la puesta en marcha de un plan específico que haga de esta instalación el primer telescopio sostenible del Archipiélago.

Ubicado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en La Palma, el también conocido como Grantecan ha firmado un convenio con la Universidad de La Laguna (ULL) para elaborar este documento, con la intención de que esté concluido el próximo mes de febrero. Según indica el director del GTC, la intención es marcar las líneas de acción de todo el procedimiento de sostenibilidad en todas las vertientes: «Energía, agua, consumo, residuos, compras, cultura e igualdad», resume.

Corradi, que explica que este documento será complementario al que prepara el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) para todas sus instalaciones, supone un abordaje integral de este tipo de cuestiones, a pesar de que según asegura algunas de ellas ya se han puesto en marcha.

En concreto, el director del telescopio informa de que «todas las licitaciones de servicios que se ofertan desde el Grantecan incluyen criterios de sostenibilidad para las adjudicaciones». «Somos la primera empresa de este sector que lo hizo», añade el responsable de la instalación.

Además, recientemente también se han puesto en marcha acciones concretas como la instalación de un sistema fotovoltaico de 100 kW en las cubiertas de la instalación del telescopio y la inclusión de cinco vehículos 100% eléctricos en la flota de GTC. Esta situación se completa con la contratación de un técnico específico para este proyecto, ejecutada gracias al Programa de Primera Experiencia del Servicio Canario de Empleo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea.

«Tener a una persona solo para gestionar la sostenibilidad del telescopio es especialmente relevante», sostiene Romano Corradi, quien añade que este profesional trabajará de forma coordinada con el equipo de la ULL vinculado a la redacción del plan de sostenibilidad y formado por profesionales del departamento de Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal.

Estos profesionales han visitado recientemente las instalaciones del telescopio en La Palma, acompañados por la rectora de la institución académica tinerfeña y el catedrático emérito y premio Canarias de Investigación, Wolfredo Wildpret.

Según comenta el director de GTC, «aunque el trabajo acaba de empezar, la colaboración entre GTC y la ULL uniendo conocimientos y experiencia augura un desarrollo exitoso y eficiente de un proyecto imprescindible, no solo para el desarrollo de nuestras instalaciones, sino también por el compromiso social que nos mueve». «Nos motiva esta nueva colaboración ya que el propósito es generar ciencia responsable, en sintonía con una institución de vanguardia como es esta, pero que es muy consciente de los peligros medioambientales a los que estamos expuestos y, directamente, pasa a la acción», añadió la rectora.

Retos

A pesar de que estos pasos ya iniciados, el responsable del Grantecan entiende que era su «deber» reducir el impacto del telescopio en el entorno y, como ejemplo, al tratamiento de los residuos del agua. «El personal consume agua embotellada, cuyos envases se reciclan, pero debería buscarse la fórmula para que se pueda consumir la que tenemos disponible en el Observatorio», señala.

Es más, en el caso concreto de una infraestructura científica como la palmera, se da la circunstancia e que hay tratamiento específico para residuos. «El agua que se emplea para limpiar los espejos se contamina con una cantidad muy pequeña de aluminio», comenta Corradi quien asevera que «la que se filtra al terreno es mucho menor que la que provoca una familia». Hasta ahora, se traslada hasta los depósitos de residuos peligrosos de la Isla «cuando lo ideal sería una manera de separar esa leve cantidad de aluminio de tal manera que sea eso solo lo que se lleva al depósito y, además, permita un reciclaje del agua ya liberada de este elemento».