El desarrollo curricular en aplicación de la LOMLOE, y la nueva Formación Profesional, son los temas centrales del XXII Encuentro Nacional de Inspectores de Educación que se celebra hasta mañana, viernes, en el Hotel Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, con la asistencia de 250 inspectores de educación de todas las comunidades españolas, y 70 más conectados de forma online.

El presidente nacional de la Unión Sindical de Inspectores de Educación (USIE), Jesús Marrodán Gironés, destacó la «paradójica situación» en la que se encuentra el sistema educativo con la entrada en vigor de la LOMLOE en los cursos impares de la Educación Primaria, la Secundaria Obligatoria y el Bachillerato, dado que aún hay seis comunidades autónomas, entre ellas, Canarias, trabajando sobre la base de borradores de los currículos que, a estas alturas, no han sido publicados definitivamente en el BOE.

Así, muchos centros educativos han arrancado el curso sin una certeza sobre la materia a impartir en las asignaturas y sin libros de texto, dado que las editoriales no han podido diseñar los contenidos, y con sólo unas instrucciones de inicio.

«Dada esta especial situación, la inspección educativa tiene que centrarse en el asesoramiento a los equipos directivos, acompañándolos en el camino y siendo flexibles», explicó Marrodán, al tiempo que recordaba las otras tareas propias de la inspección como son la supervisión y la evaluación.

«La LOMLOE puede suponer una oportunidad de cambio para que los sistemas educativos de las comunidades con peores resultados den un gran salto cualitativo. Pero para conseguirlo es imprescindible que la gestión recaiga sobre perfiles más profesionales y técnicos que se centren en el apoyo a los equipos directivos en beneficio de los alumnos y las alumnas. Cuando el rendimiento de un sistema educativo no es el apropiado, hay que plantearse si sobra politiqueo», añadió.

También la aprobación y entrada en vigor de la Ley de Ordenación e Integración de la Formación Profesional supone un reto para la inspección educativa por cuanto la generalización de la Formación Dual «implica rehacer y adaptar parte del contenido de los ciclos formativos».

El problema de las ratios

Marrodán añadió la dificultad que supone la autorización de nuevos centros para impartir el primer ciclo de Educación Infantil (0 a 3 años) sin aumentar las plantillas de inspectores, unos 1.600 en todo el país.

«La comunidad escolar ha crecido un 20% en los últimos diez años. Sin embargo, las plantillas de inspectores sólo se han incrementado en un 5%. La media es de un inspector cada 20 centros, cuando lo razonable es una ratio de un inspector cada 12», explicó el experto.

En este sentido también abogó por «regularizar las convocatorias de oposiciones» para el acceso al cuerpo de inspectores de Educación. «Si bien los docentes saben que cada dos tres años se convocan oposiciones, en el caso de la inspección todo es incertidumbre, pueden pasar hasta seis años», indicó.

A nivel nacional, la media de interinidad en el cuerpo de inspectores es del 30%. En Canarias la situación ha mejorado (un 12%) porque se acaba de celebrar un proceso selectivo. Sin embargo, la plantilla de inspectores en Canarias es exactamente la misma que en 2008, antes de la crisis económica, explicó el presidente de USIE en Canarias, Francisco Rodríguez Machado.

Se puede consultar el programa del XXII Encuentro nacional de inspectores de educación en: https://www.encuentrousiecanarias.com/.