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Galardón

Los Nobel se inspiran en los premios Princesa de Asturias

La entidad asturiana se ha adelantado a la sueca en 22 ocasiones, y 28 personas e instituciones han logrado la distinción del Principado con anterioridad

Los Nobel se inspiran en los premios Princesa.

Los premios Nobel se inspiran en los galardones Príncipe y Princesa de Asturias. Las decisiones de los jurados convocados por la Fundación organizadora son una auténtica inspiración para la Academia Sueca: la entidad asturiana se ha adelantado a la escandinava en 22 ocasiones, y 28 personas e instituciones han logrado la distinción del Principado antes. Un espejo de reflejos incuestionables.

El buen tino asturiano fue madrugador: el escritor peruano Mario Vargas Llosa ganó –junto al filólogo Rafael Lapesa– en la categoría de las Letras en 1986, cuatro años antes de recibir el Nobel. Se destacaron las extraordinarias dotes de fabulación literaria, la riqueza y variedad de su obra, animada de un espíritu de libertad creadora, y su dominio del idioma.

Al año siguiente, nuevo "adelantamiento" literario: 1987 llevó al escritor Camilo José Cela a ser encumbrado en el teatro Campoamor dos años antes que en Estocolmo. Motivos: "Por ser la figura más destacada de la renovación literaria en España, y por su prosa rica e intensa, que con refrenada pasión configura una visión provocadora del desamparo del ser humano".

El recientemente fallecido Mijail Gorbachov terminó la década de los 80 recibiendo en Oviedo el reconocimiento por su decisivo papel en la caída de la URSS. Compartió con el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 1989. Al año siguiente, el Nobel hizo lo propio en la categoría de la Paz. ¿Los motivos del jurado en Asturias? "Por sus esfuerzos, a lo largo de los últimos años, para favorecer la cooperación internacional y eliminar las barreras que dificultan el entendimiento entre las naciones".

Médicos sin Fronteras y Medicus Mundi se llevaron el premio a la Concordia en 1991, siendo la primera organización reconocida por el Nobel de la Paz en 1999. El jurado destacó "la contribución efectiva de ambas organizaciones a paliar las situaciones de enfermedad en los países más aquejados por la injusticia, la miseria o las catástrofes".

Nelson Mandela y Frederick W. de Klerk fueron elegidos en Cooperación Internacional en 1992. El Nobel de la Paz se dio prisa e hizo lo propio en 1993. "La acción de ambos significa una contribución eminente a la paz y desarrollo de África Meridional y al entendimiento y la cooperación entre las razas y culturas de la comunidad internacional", explicó el jurado.

Misma jugada al año siguiente, esta vez al alimón: Isaac Rabin y Yaser Arafat, Concordia en Asturias, Paz en Oslo.

Concordia 1998: al impulsor de los microcréditos contra la pobreza, Muhammad Yunus –con Nicolás Castellanos, Vicente Ferrer, Joaquín Sanz Gadea–. Yunus ganó el Nobel de la Paz en 2006. "Teniendo en cuenta su trabajo abnegado y tenaz y su contribución ejemplar en áreas geográficas y en actividades distintas, al progreso y a la mejora de las condiciones de vida de los pueblos, ayudando de esta forma al mejor entendimiento entre los hombres", señaló el acta de jurado.

Vuelven las similitudes en las letras en 1999: el escritor alemán Gunter Grass en los dos palmarés. En Asturias se tuvo en cuenta "su escritura, de gran calidad estética, constituye un servicio apasionado a los valores de la libertad, de la defensa de los débiles y un apoyo decidido a los elementos que fundamentan los sistemas democráticos modernos".

Luc Montagnier y Robert Gallo fueron premiados en 2000 en Investigación Científica y Técnica "por la originalidad, calidad, y extensión de su labor científica, así como la trascendencia práctica para el diagnóstico, prevención y tratamiento de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana y el Sida". En 2008, Montagnier obtuvo el Nobel de Medicina, junto a Françoise Barré-Sinoussi, por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana.

Investigación Científica y Técnica para John Sulston junto a Francis Collins, Hamilton Smith y Jean Weissenbach. Estamos en 2001. Al año siguiente, Sulston se llevó el Nobel en Fisiología y Medicina. "El descubrimiento de la secuencia del genoma humano constituye un acontecimiento científico de trascendental relevancia para la Humanidad, resultado del esfuerzo de un número elevado de científicos", se destacó.

La escritora Doris Lessing triunfó en las Letras en 2001 y en 2007 se hizo con el Nobel de Literatura. Una "creadora de un imaginativo mundo cotidiano, sus personajes, hijos de la sociedad contemporánea, ofrecen un fiel reflejo moral del siglo XX".

El exvicepresidente de EEUU Al Gore tuvo una apretada agenda en 2007 con ambos premios. Cooperación Internacional en Asturias, de la Paz en Oslo. "Un hombre público que, con su liderazgo, ha contribuido a sensibilizar a sociedades y gobiernos de todo el mundo en defensa de esta noble y trascendental causa".

Paul Krugman: Ciencias Sociales en 2004 y Nobel de Economía en 2008. Pese a su juventud, señaló el jurado, es "uno de los más destacados economistas tanto por sus significativas contribuciones al conocimiento económico en el campo del comercio internacional como por su capacidad para hacer llegar sus teorías económicas de forma accesible a un público amplio, combinando el rigor de sus planteamientos con una brillante exposición y difusión".

El cantautor Bob Dylan ganó en 2007 el Príncipe de las Artes. En 2016 repitió jugada y postura esquiva con el Nobel de Literatura. Poética acta: "Dylan conjuga la canción y la poesía en una obra que crea escuela y determina la educación sentimental de muchos millones de personas. Por ello mismo, es fiel reflejo del espíritu de una época que busca respuestas en el viento para los deseos que habitan en el corazón de los seres humanos".

En 2008, Investigación Científica y Técnica para Shuji Nakamura, Sumio Iijima, Robert Langer, George M. Whitesides y Tobin Marks por descubrir "los nanotubos de carbono, los diodos emisores de luz, biomateriales que posibilitan la liberación inteligente de fármacos, la producción de tejidos y órganos para trasplantes". Nakamura ganó el Nobel de Física en 2014.

Año 2010, Investigación Científica y Técnica: David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins por haber descubierto, "desde aproximaciones complementarias, las causas y mecanismos por los que se produce y percibe el dolor, así como otras sensaciones como el frío, el calor o el gusto. En 2021, Julius y Ardem Patapoutian obtienen el Nobel de Fisiología o Medicina".

Gregory Winter y Richard Lerner "están en la vanguardia de las investigaciones sobre el sistema inmunitario. Los avances en la utilización de anticuerpos como herramientas terapéuticas han proporcionado nuevos métodos para prevenir y tratar desórdenes inmunes, enfermedades degenerativas y distintos tipos de tumores". Premiados en 2012 en la categoría de Investigación Científica y Técnica, Winter fue laureado con el Nobel de Química en 2018, junto a Frances Arnold y George P. Smith.

Investigación Científica y Técnica 2013: Peter Higgs y François Englert más la Organización para la Investigación Nuclear (CERN) fueron premiados por "el descubrimiento del bosón de Higgs", un ejemplo emblemático "de cómo Europa ha liderado un esfuerzo colectivo para resolver uno de los enigmas más profundos de la Física". Higgs y Englert se llevaron el Nobel de Física ese mismo año.

Ciencias Sociales con doblete en 2015, ya como Princesa de Asturias: Esther Duflo, especializada en economía del desarrollo con "más de una década liderando desde el MIT una nueva manera de estudiar las causas de la pobreza y plantear soluciones para su erradicación desde el ámbito de la microeconomía".

Ese mismo año, Investigación Científica y Técnica fue para Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, "una revolución biotecnológica, al haber desarrollado una tecnología de edición genómica que permite reescribir el genoma y corregir genes defectuosos con un nivel de precisión sin precedentes y de forma muy económica". En 2020, ambas se hicieron con el Nobel de Química.

Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish, más la Colaboración Científica LIGO, tuvieron su gran momento de gloria en 2017 en Investigación Científica y Técnica. Motivo: "Por la detección directa de las ondas gravitacionales, ondulaciones del espacio-tiempo anticipadas por Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad General hace ahora un siglo". Weiss, Barish y Thorn se llevaron el Nobel de Física.

Svante Pääbo es el flamante Nobel de Medicina 2022. Asturias lo vio antes: en 2018 fue distinguido en Investigación Científica y Técnica porque "ha abierto un nuevo campo de investigación, la paleogenómica, que ha hecho posible conocer la evolución reciente de numerosas especies, incluida la humana".

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