"Hemos sido exiliadas. Nosotras pedimos que se solucionara el conflicto laboral, no docente y por no poner remedio a dicha problemática, la solución es mantener al denunciado en el hospital". Esta es la denuncia que ha realizado R.H., una MIR de Canarias a la revista 'Redacción Médica'. Esta residente de último año en Cirugía Pediátrica ha sido trasladada a la península para finalizar la residencia después de que denunciase un presunto acoso por parte de uno de los trabajadores del centro, el jefe de servicio. Asegura que el centro sanitario "no hizo nada" por remediar una situación que ha acabado con ella en Barcelona, a 2.000 mil kilómetros de casa y con un hijo recién nacido.

Denunció junto a su compañera de residencia al jefe de servicio por presunto acoso laboral en 2020, una situación que ya habían denunciado previamente otros compañeros de su servicio. A pesar de que los primeros expedientes certificaban "una considerable situación de riesgo psicosocial", todo fue archivado. Más de un año después, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias dio a conocer que investiga este caso de acoso a dos médicas del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife.

Según cuenta en el citado medio, tras presentar la denuncia, la gerencia del hospital abrió una comisión de investigación y aunque advirtieron que los hechos denunciados podrían ser constitutivos de acoso por razón de sexo, "todo quedó en papel mojado". 

Las afectadas pidieron la activación de medidas preventivas, pero no obtuvieron amparo por parte de la dirección del hospital.

"Es un suicidio en lo económico y en lo emocional", relata la afectada.

 "En la primera tanda de denuncias (en la que mi compañera y yo no participamos) se abre una comisión pronto y se cuenta con una empresa externa de prevención de riesgos laborales que envía una encuesta a los trabajadores del servicio y hay una baja participación: solo siete de 18 encuestados. Hace poco me confirman que a los denunciantes no se les envió ese cuestionario, solo al jefe y otro personal de la planta... Aún así concluyen que hay 'riesgo alto para el bienestar psicosocial'", explica. 

"El riesgo aumenta porque este señor incrementa sus acciones en intensidad y gravedad... Al final acabamos exiliadas las víctimas", afirma la residente. "Abres el protocolo de acoso, todos te ignoran, te desplazan de tu puesto de trabajo y aquí no ha pasado nada", añade.

Mudanza a Barcelona

La revista Redacción Médica cuenta que todo acabó con la suspensión de la acreditación docente del servicio de Cirugía Pediátrica del hospital, así como el inicio de búsqueda de un sitio para finalizar la residencia. Una decisión que la afectada no comprende, ya que no se trataba de un conflicto docente, "sino laboral". "La solución es mantener al denunciado en el hospital", lamenta.

La afectada afirma que el Ministerio de Sanidad les aseguró que serían llevadas a Gran Canaria. No obstante, "a última hora, no nos dan ese hospital como una posibilidad y solo nos dan opciones en la península", relata.

"Abres el protocolo de acoso, todos te ignoran, te desplazan de tu puesto de trabajo y aquí no ha pasado nada", manifiesta. Ahora, deberá acabar su residencia en Barcelona, lo que supone "un suicidio en lo económico y en lo emocional".

La residente tiene un bebé recién nacido, algo que todavía dificulta más el panorama. Por ello, va a solicitar hacer turnos de 12 horas para evitar las guardias de 24 horas, aunque no tiene muchas esperanzas puestas en esta opción. "Sé que no me la van a dar", dice.

Para ello tendrá que "contratar a una persona en casa para las guardias". Un "exilio" de siete meses que espera que acaben lo antes posible para poder volver a Tenerife.