Desde que el ser humano se ha aventurado a navegar, el mar ha sido protagonista de muchas tragedias, hundimientos y pérdidas. Durante toda la historia, millares de barcos y de vidas se han perdido en los océanos, sin que se conozca su paradero desafiando en muchas ocasiones a la lógica y acabando como enigmas, zonas malditas o lugares prohibidos para la navegación. En 1968, un barco pesquero, El Fausto, protagonizó una de estas historias entre las islas de La Palma y El Hierro, y hoy medio siglo después sigue resultando un misterio.

Sábado, 20 de julio de 1968. La Frontera. El Hierro. Según cuentan las distintas crónicas, un pesquero de 14 metros de longitud y una capacidad de arrastre de 18 toneladas, llamado el Fausto, llegó al embarcadero de Las Puntas, en el municipio herreño de La Frontera, en donde descargó distintas mercancías. Los cuatro tripulantes zarparon la misma noche, sobre las 2 de la madrugada del domingo para llegar al puerto de Tazacorte, en La Palma, sobre las 9 de la mañana de ese mismo día.

El Fausto

Malas condiciones meteorológicas

Ante el retraso de la pequeña embarcación, y con unas condiciones meteorológicas adversas, los familiares y amigos de los tripulantes alertaron de la desaparición del buque. Los Servicios de Rescate iniciaron los dispositivos de búsqueda. Distintos aviones sobrevolaron una amplia zona siguiendo la supuesta ruta del Fausto, ya que se barajaba una hipotética avería del motor. Poco a poco fueron ampliando el ratio de búsqueda, pero no llegaron a localizar ni a comunicarse por radio con sus tripulantes.

Tras varios días de búsqueda, el 25 de julio, un barco mercante británico procedente de Sudamérica, llamado Duquesa, localizó el buque al oeste de La Palma y El Hierro, en una zona donde no se le buscaba. Según comunicó el buque inglés, los tripulantes se encontraban en buen estado y les suministraron víveres para que llegaran a La Palma esa misma tarde.

La noticia fue recibida en Tazacorte, en donde se preparó una comitiva de bienvenida. Sin embargo, pasaron las horas y el Fausto no apareció.

Al día siguiente, el Mando Aéreo de Canarias reanudó la búsqueda con la participación de varios aviones que despegaron desde la Base Aérea de Gando, y la Marina ordenó la salida de varios buques que recorrieron meticulosamente la ruta seguida por la pequeña embarcación tras su encuentro con el buque británico La Duquesa.

Finaliza la búsqueda

Tras una intensa labor de búsqueda, el 7 de agosto finalizó oficialmente la búsqueda del barco desaparecido y de sus tripulantes.

El dispositivo abarcó grandes dimensiones de terreno y se convirtió en la mayor operación de rescate de la historia de Canarias. Pero seguía sin aparecer. Ante las distintas especulaciones, divagaciones, muchos rumores de una posible fuga por parte de los tripulantes hacia Venezuela ante la difícil situación por la que pasaba el Archipiélago en los años del franquismo, los expertos negaron esa teoría ya que el área de búsqueda abarcada hubiera localizado al pequeño pesquero sea cual fuere su trayectoria.

El Fausto

Dos meses después, el 9 de octubre, un buque italiano encontró un barco abandonado cuya matrícula concordaba con la del pesquero de La Palma. En el interior del navío, los transalpinos se encontraron con un cadáver desnudo en la sala de máquinas. Sin paradero de los otros tres tripulantes, remolcaron el barco hacia Venezuela.

Casi dos días después, los italianos informaron de que el pesquero había vuelto a desaparecer. Sin una explicación concreta, todo apunta a que el cabo que unía sendos buques se partió provocando la desaparición del Fausto por tercera vez.

A su llegada a puerto, el buque italiano entregó unas páginas arrancadas de una libreta que se habían encontrado junto al cadáver. En ella se narraba el final de una historia que, junto al barco, había desaparecido.

¿Qué contaba? ¿Quién las arrancó? y ¿por qué?. La desaparición del pesquero ha dejado muchos interrogantes, a los que intenta dar respuesta Luis Javier Velasco Quintana, autor del libro 'El Fausto. Historia y misterio de una tragedia', que tras muchos años de investigación, en donde recopila distintos documentos, recoge una recreación del enigmático suceso, el único caso en el mundo en el que un barco desaparece tres veces y en el que pudo tener que ver con la suma de "una serie de pequeños infortunios, que llevaron a esta tragedia", afirma el autor.