Canarias, además de contar con un clima envidiable y una geografía llena de parajes únicos, cuenta con un amplio abanico de leyendas y hechos insólitos, que a lo largo de la historia se han fusionado con el folklore popular. Muchas de ellas se encuentran las de los aborígenes de Canarias que, al no conocer la escritura, mucha de sus tradiciones y su historia acabaron en el olvido y lo poco que se conserva fue rescatada por diferentes cronistas , que con el paso de la historia se ha convertido en leyendas: una de ellas es la denominada como la del Mencey Loco.
En tiempos prehispánicos, Anaga conformaba uno de los nueve menceyatos que de la isla de Tenerife y abarcaba los actuales municipios de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, además del macizo de Anaga.
Según recoge el historiador y poeta canario del s. XVII, Antonio de Viana, en su obra ‘La conquista de Tenerife’, el menceyato de Anaga , liderado por Beneharo fue el primero en oponerse a la conquista, capitaneada por Alonso Fernández de Lugo.
Este líder se unió a otros menceyes de la Isla como Bencomo o Acaymo para enfrentarse a los castellanos en la Batalla de Acentejo, conocida posteriormente como la matanza de Acentejo debido a la derrota que sufrieron las tropas de Alonso a manos de los guanches y que se libró en el municipio que actualmente lleva por nombre La Matanza de Acentejo. Además combatió en la Batalla de Aguere y la Segunda Batalla de Acentejo, lugar conocido a día de hoy como La Victoria de Acentejo, pues fue ahí donde los castellanos lograron reducir a los habitantes de Tenerife.
Conquistadores
Sobrevivió a la conquista, acepta la Paz de Los Realejos y toma el nombre de Fernando de Anaga.
La leyenda, que tiene su origen a través de distintos escritor de cronistas como Viera y Clavijo o Juan Nuñez de la Peña y fusionada con el folklore popular, cuenta que el Mencey, ante el acoso de los castellanos pero también la impotencia al ver a su pueblo esclavizado por los invasores le llevaron a arrojarse desde las montañas de Anaga, dando así paso al mito de Beneharo, el mencey loco, que tantos poemas y canciones ha protagonizado .
En los años 70, esta leyenda se popularizó con la obra discográfica de Los Sabandeños titulada La Cantata del Mencey Loco, basada a su vez en el poema de 1927 La Tierra y La Raza del poeta tinerfeño Ramón Gil-Roldán.