Este mes de noviembre se han visto varias bolas de fuego surcando los vuelos de Canarias. Las "bolas de fuego de Halloween", como las llama la NASA, todavía brillarán en el cielo nocturno durante las próximas semanas, gracias a la lluvia de meteoros de las Táuridas del Sur.

La lluvia de estrellas Táuridas recibe este nombre porque se encuentra en la constelación de Tauro y son visibles desde ambos hemisferios de la Tierra. Asimismo, los fragmentos de meteoros son más grandes que en otras lluvias de estrellas y alcanzan una velocidad de 100.000 kilómetros / hora en el momento de su llegada a la atmósfera. Por el contrario, tiene baja intensidad ya que no suele superar los cinco meteoros a la hora.

Esta lluvia de estrellas es conocida también como las bolas de fuego de Halloween porque se puede observar durante el periodo en el que se celebra la noche dedicada a los muertos, el 31 de octubre. Su fama radica en enormes destellos, ya que atraviesan el cielo a una velocidad de 100.000 kilómetros por hora.

En un vídeo, compartido en redes sociales por Radio Televisión Canaria, se aprecia este evento astronómico propio de la época sobre Castellón.

Además, las Táuridas tienen una particularidad respecto a otras lluvias de meteoros que es que se dividen en dos grupos: las Táuridas del Norte y las Táuridas del Sur.

Las Táuridas del Sur se pueden ver desde septiembre y alcanzan su punto máximo esta noche, en cambio, las Táuridas del Norte se observan desde octubre y se pueden ver mejor en la madrugada del 11 al 12 de noviembre. Otra cosa que las diferencia es que el cometa que las forma no es el mismo. Las Táuridas del Sur, que son las más conocidas, están compuestas por fragmentos del cometa 2P/Encke —que orbita alrededor del Sol cada 3,3 años—, pero las Táuridas del Norte son restos del asteroide 2004 TG 10.

Ver una bola de fuego

Las bolas de fuego de las Táuridas son meteoros de más de un metro de diámetro, y brillan de forma excepcional, según la NASA. Se mueven lentamente porque chocan con la atmósfera terrestre en un ángulo perpendicular, por lo que pueden verse en movimiento por el cielo durante unos segundos, en comparación con los milisegundos de visibilidad que ofrecen la mayoría de los meteoros. Según Lunsford, los meteoros más brillantes y de mayor duración pueden verse fragmentados y deshaciéndose a medida que atraviesan el cielo. A menudo, las bolas de fuego son coloridas, con apariencia roja, naranja o amarilla.

"Sería como una estrella fugaz", dijo Mike Hankey, director de operaciones de la Sociedad Estadounidense de Meteoros y creador de su programa de seguimiento de bolas de fuego. "Pero en lugar de durar medio segundo, podría durar tres o cuatro segundos, y en lugar de ser tan brillante como una estrella, podría ser tan brillante como la luna, a veces incluso más".

Este año, la sociedad de meteoros ya ha registrado un aumento de bolas de fuego superior a la media, mientras que la NASA ha fotografiado bolas de fuego que parecen ser incluso más brillantes que la luna en el cielo nocturno.