Llueve sobre mojado en el Pirineo, o ni eso: la nieve se hace de rogar y el inicio de la temporada de esquí es inminente. De hecho, comienza este fin de semana, pero solo una de las 16 estaciones que hay en Cataluña abrirá sus remontes. Es el caso de Baqueira Beret, en la Vall d'Aran, aunque tampoco puede presumir de tener un gran manto blanco: solo tiene 36 kilómetros esquiables de 170. Eso sí, no luce esquelética, tal y como pasa en las estaciones de la vertiente oriental, donde han postergado el inicio, de momento, hasta al 2 de diciembre. Algo inaudito y, sobre todo, preocupante, ya que el sector del esquí es el principal motor económico de la región. Para salvar la situación (y el Puente de la Purísima), las estaciones fabrican nieve artificial. Eso cuando Catalunya vive un episodio de sequía que somete al 80% de la población a restricciones en el consumo de agua. Los ecologistas se ponen las manos a la cabeza y piden al Govern que prohíba a las estaciones producir nieve con cañones.

El sector se defiende. "Las estaciones tienen su sistema de balsas de almacenaje y, por tanto, no consumen el agua de la red de suministro", ha afirmado este viernes Joaquim Alsina, presidente de la Associació Catalana d'Estacions de Muntanya. Lo ha dicho durante la presentación de la temporada de nieve de los complejos invernales de la demarcación de Lleida, que son "optimistas" y esperan vender un millón y medio de forfaits hasta el 10 de abril.

"No es ni ecológico ni ético: es una obscenidad"

La realidad es que el agua proviene de los torrentes de las montañas, los mismos que nutren los sistemas de captación y abastecimiento. "No es ni ecológico ni ético. Es una obscenidad que se permita hacer nieve artificial mientras se imponen limitaciones a la sociedad", denuncia Antoni Carulla, presidente de la entidad ecologista World Nature. "La innivación técnica fue pensada como una medida de apoyo, no como un sustituto de la precipitación natural", argumenta.

Carulla va más allá: "Las estaciones no respectan los límites de los caudales ecológicos", afirma y, por tanto, indica que "sus acciones impiden preservar la biodiversidad" de la región. En este sentido, indica que las estaciones recogen el agua en cotas altas, "a veces incluso en las cabeceras de los torrentes. Y los expertos avisan que son los que antes se secarán", puntualiza.

Para muchos, sorprende ver como las temporadas de esquí se retrasan y duran menos. Pero los expertos coinciden en decir que será más habitual como consecuencia de la crisis climática: no solo aumentarán las temperaturas, sino que los copos serán más débiles e irregulares con el paso de los años. Además, la vertiente mediterránea se resentirá más que la occidental. Por eso, los cañones de nieve son fundamentales para compensar la falta de precipitaciones.

Alto coste energético

Aun así, el futuro ya es presente: las temperaturas actuales tampoco son favorables para la innivación. Las condiciones ideales para hacer copos artificiales se dan a partir de 0 grados de temperatura con el 50 % de humedad. Es decir, a partir de -3ºC de temperatura húmeda. A día de hoy, la cota para fabricarla se sitúa por encima de los 1.500 metros, por lo que algunas estaciones no pueden ni poner en marcha los sistemas artificiales. Además, estos no cubren la totalidad de las pistas, sino solo las principales.

Al margen vaciar las balsas de almacenaje antes de tiempo, ya que se suele recurrir a ellas en primavera, las que lo hacen también pagan un precio. "La innivación comporta un gran coste energético. A mayor temperatura, el sistema todavía gasta más electricidad, cuando una de las recomendaciones de los expertos es reducir la dependencia energética", señala Carulla. En esta línea, las autoridades no esconden su preocupación. Es más, la mayoría de estaciones han subido los precios de los forfaits para hacer frente a la derrama extraordinaria, ha admitido la Alsina. Pese a todo ello, prevale la "adicción" por los deportes de nieve, ha apostillado Alsina.