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Igualdad

Rescate en el infierno para la mujer

Antonio Pampliega y Paloma del Río describen con detalle la odisea que supuso salvar la vida de las integrantes del equipo de baloncesto femenino de Afganistán

Los periodistas Antonio Pampliega y Paloma del Río, el pasado viernes en el Gabinete Literario, donde recogieron el premio de la Asociación Charter 100 . | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Los periodistas Antonio Pampliega y Paloma del Río lograron sacar al equipo de la selección de baloncesto femenina afgana del país ante las amenazas que recibieron de Estado Islámico tras el regreso de los talibanes al poder. Ambos comunicadores formaron parte del grupo de personalidades que el pasado viernes recibieron el premio que la Asociación Charter 100 Gran Canaria otorga por la lucha por la igualdad.

Cuando los talibanes tomaron Kabul el 15 de agosto de 2021, el nuevo gobierno empezó a eliminar todos los aires de libertad que se habían alcanzado en Afganistán durante los 20 años, en los que permaneció bajo la ocupación internacional. Muchos colectivos temieron por sus vidas desde ese momento. Uno de ellos fue la selección femenina de baloncesto formada por jugadoras discapacitadas a las que los periodistas Paloma del Río y Antonio Pampliega pudieron salvar moviendo una serie de hilos desde las altas esferas del gobierno español. Ambos héroes recibieron el pasado viernes el merecido premio por esta hazaña de la mano de Asociación Charter Gran Canaria 100 en un acto que se celebró en el Gabinete Literario. «Primero le conseguimos a la capitana, Nilofar Bayat y al marido, el salvoconducto, y se metieron en uno de los aviones del Ministerio de defensa», recuerdan. «Desde que se quitó el foco internacional empezó a salir la verdadera cara de los talibanes poco a poco. En septiembre ya tenían que salir con el burka. Muchas de ellas, que eran policías o sanitarias, ya están pidiendo por la calle. Están volviendo al Edad Media». Cuando los talibanes entran en Kabul el 15 de agosto de 2021, el líder talibán manda un mensaje por la radio donde declaró: ‘Pedimos a las mujeres que no salgan a la calle porque nuestros combatientes no han sido educados en el respeto hacia ellas’. Inmediatamente se suprime el Ministerio de la Mujer que lo cambian por el De la virtud y el decoro. Desde ese momento, las niñas a partir de secundaria no podían ir al cole, las mujeres tenían que ponerse el burka y el nuevo gobierno va eliminando a la oposición.

Pampliega lo explica incluso más detalladamente: «Los pocos derechos que consiguieron las mujeres en el periodo de tiempo que estuvieron las fuerzas internacionales, del año 2000 al 2020, pudieron estudiar, salir solas, pero ahora está todo eso prohibido».

«El objetivo de EE.UU. era acabar con Osama y que los afganos se las compongan ellos», señala Pampliega

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Todo ha vuelto hacia atrás porque, para el periodista, el problema es que «nunca han interesado los derechos humanos de los afganos. El objetivo de Estados Unidos era que, como habían tirado las Torres Gemelas, tenían que mostrar una respuesta que era Afganistán y por eso se invade el país, se persigue a los talibanes, pero con el objetivo de coger a Osama bin Laden. Jamás fue el objetivo derrocar a los talibanes. Al igual que el de la administración Bush había sido atacar Irak y quitar a Sadam Husein. Tras la marcha de los militares, empieza a salir del país todo el mundo ya que ahí no se quería quedar nadie porque era «un marrón». Del Río recuerda que «se supone que crearon un ejército afgano que era el que iba a combatir contra los talibanes, pero era el ejército de Pancho Villa, «¿de qué te sirve un helicóptero de los estadounidenses si no te han dado la formación para manejarlo?». Se suponía que el ejército del país estaba formado por 350 mil soldados cuando en realidad eran tan solo 35 mil.

Corrupto

Lo que hizo el gobierno corrupto fue que se inventó 310 mil soldados para cobrar sus sueldos. Pero como los talibanes eran 150 mil, y llevaban 50 años pegando tiros, se comieron al enemigo. «Ahora, para los americanos, eso que sucede es cosa suya, que hagan la revolución dentro de 50 años». Afganistán siempre ha sido un quebradero de cabeza para los imperios. Ahí cayeron los británicos, los rusos, la OTAN. «Muchas de las calles de Kabul están aún de arena, con carros de cabras. Pero allí estaban esas mujeres poniendo las piernas ortopédicas, a otras mujeres y niñas, por las minas antipersonas, todas con estudios superiores, porque los hombres se las ponían los hombres», reflexiona.

Pampliega subraya que «el talibán es afgano, pero el afgano es talibán, que es el que maltrata a la mujer, y para eliminar eso se necesitan décadas de educación, cultura y de pacificar el país. Habría que ver quiénes están dispuestos a realizarlo a cambio de llevarse algo, pues al final nadie mira hacia allí porque no es un país con reservas de petróleo o gas como Qatar». Del Río añade que la capitana del equipo de baloncesto se fue a Bilbao y la metieron a vivir en un piso con otros afganos. «En ese piso reproducían los hábitos de la sociedad afgana y era como si estuvieran en Kabul: la despreciaban, la ninguneaban, la insultaban», recuerda. «Esa es su sociedad, eso es lo que han mamado. Es muy difícil cambiarle la mentalidad a un señor de 35 años, esas mujeres no saben leer porque no les han dejado, y a ver quién cambia ese modelo de sociedad sin petróleo, gas o minas de oro. Si apareciera oro pues tendrán que hacerse pasar como si fueran occidentales, pero mientras no haya una riqueza en el país que genere las ganas y el entusiasmo de que la gente vaya para allá, pues que se las compongan ellos solos».

Pampliega recuerda que «el objetivo era eliminar a Osama, al que se eliminó, y lo otro es su problema. Les ha pasando lo mismo que en Vietnam, de donde salieron corriendo con maletas de dinero. Afganistán es un fracaso, pero es cierto que estas niñas que hemos traído pertenecen a una generación que se ha ido formando, no como sus madres o abuelas, porque se han criado y crecido en 20 años de libertad y de progreso».

Del Río señala que «hasta el momento hemos sacado 18 personas, diez de ellas deportistas. Sólo nos queda una de las integrantes de la selección». Tanto esta joven como el hermano ya tienen el pasaporte, pero ahora esperan el visado que se está dando con mucho retraso. «Las embajadas están colapsadas, por lo que puede pasar un año antes de terminar el trámite. Y luego tienen que tener espacio para vivir cuando lleguen aquí porque los centros de refugiados están en este momento a tope con los afganos y ucranianos».

Pampliega recuerda que en Afganistán sólo hay embajadas amigas como Irán y Pakistán. «Cuando los talibanes fueron expulsados en 2001, Afganistán era el segundo país del mundo, después de Palestina, con más gente fuera que luego volvieron al país. Pero los talibanes piensan que ‘si habías salido era porque tenías problemas con nosotros y entonces ahora vamos a buscarte’», asegura.

Del Río describe ejemplos de azotamientos y decapitaciones en público. «Nosotros hemos sacado a estas deportistas, pero hay organizaciones que están sacando a juezas, abogadas, profesoras universitarias, periodistas. Todo el que puede está intentando salir».

Y, finalmente, Pampliega habla de los 299 días que estuvo secuestrado en Siria. «Me di cuenta de lo bonita que es la vida y lo importante que es la familia», señala. Y, sobre cómo hubo tensión incluso el día en que lo liberaron. «Entraron en mi celda con el logotipo del Estado Islámico», y reprodujeron todos los pasos que daban antes de su ejecución antes de entregarle.

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