¿Cómo trabajaron y qué aprendieron los científicos en el volcán de La Palma?

Biólogos y vulcanólogos han investigado por primera vez qué ocurre con la flora y fauna durante una erupción volcánica

La erupción volcánica más importante de Europa en los últimos 75 años, la del volcán Tajogaite en la dorsal de Cumbre Vieja, en La Palma, atrajo a unos 500 científicos de diversas parte del mundo. Se desplazaron hasta la Isla Bonita para monitorear ese fenómeno de la naturaleza, una investigación que puede durar varios años debido a la gran cantidad de datos recogidos. El proceso eruptivo se inició el 19 de septiembre de 2021 y finalizó el 13 de diciembre de ese mismo año tras 85 días de actividad.

Las cifras del Tajogaite son impactantes: unas 7.000 personas evacuadas de sus casas, la lava arrasó más de 3.000 edificaciones, cubrió unas 1.250 hectáreas y alcanzó 370 hectáreas de cultivo, la mayoría de ellas plataneras, la principal agricultura palmera.

Un equipo formado por biólogos vulcanólogos ha estudiado por primera vez lo que ocurre con la biodiversidad durante la erupción volcánica y el resultado se recoge en el artículo publicado el pasado 11 de noviembre en la revista Nature, un trabajo firmado por Manuel Nogales, María Guerrero-Campos, Thomas Boulesteix, Noémie Taquet, Carl Beierkuhnlein, Robin Campion, Silvia Fajardo, Nieves Zurita, Manuel Arechavaleta, Rafael García, Frank Weiser y Félix M. Medina.

El volcán Tajogaite les brindó una oportunidad única para estudiar las respuestas de los organismos a la destrucción ambiental catastrófica como impulsor esencial del cambio de la biodiversidad en territorios insulares, recoge la investigación. Los expertos cuantificaron las especies afectadas y su destino durante los 85 días que duró la erupción.

El principal objetivo consistió en monitorear la biodiversidad sometida a estrés crítico durante el proceso eruptivo. Constataron que toda la biodiversidad dentro de un radio de 2,5 kilómetros se vio gravemente afectadas después de las dos primera semanas.

Evolución de las especies

El desafío fue evaluar si el vulcanismo puede contribuir a fomentar los rasgos evolutivos de los organismos insulares. Analizaron varios ejemplos, entre ellos la adaptación de una conífera endémica a las altas temperaturas, como el pino canario, y los efectos de la desaparición de los invertebrados.

La información recogida apunta a los investigadores que tales cambios evolutivos podrían continuar favoreciendo su resiliencia durante esta erupción. Por último, la ocasión se convirtió en muy buena oportunidad para evaluar hasta qué punto estas catástrofes volcánicas periódicas pueden constituir sucesivas oportunidades para la evolución y especiación de la biota insular oceánica.

La investigadora María Guerrero explica en su cuenta de Twitter cómo se llevó a cabo la investigación en desfavorables con "frecuentes caídas de ceniza y piroclastos, así como emisión de gases nocivos" para los que "se establecieron estaciones de seguimiento en el frente de avance de las coladas y en el cráter".

Tras llegar la lava al mar se monitorearon las estaciones localizadas en los 200 metros más cercanos a las coladas y a un kilómetro del cráter en las cuales se censaron vegetación, invertebrados, lagartos y murciélagos, los cuales constituyen gran parte de la biodiversidad del Archipiélago.

Principales conclusiones

Entre las conclusiones a las que llegaron los investigadores destacan las siguientes:

  • El pino canario mantuvo una gran resistencia durante la erupción volcánica, evidenciando los 14 millones de años que lleva en Canarias sobreviviendo entre volcanes.
  • Las plantas leñosas o con cierto porte arbustivo lograron sobrevivir, mientras que las herbáceas desaparecieron. Es la primera vez que se asocia este carácter (leñosidad) con los volcanes.
  • En relación a los animales, durante las dos primeras semanas el 70% de las especies de insectos desaparecieron súbitamente, provocándose un colapso ecológico evidente.
  • Junto con los insectos, los lagartos fueron los mas afectados, debido a la falta de alimento y refugios para su protección.
  • En las aves, algunas especies emblemáticas de ciertos ambientes desaparecieron, como el pinzón vulgar en el pinar.
  • En general las aves de mayor talla resistieron mejor que los pequeños pájaros. Incluso algunos cambiaron sus hábitos alimentarios: se observaron cernícalos capturando aves y roedores en al menos siete ocasiones, cuando éstos prefieren lagartos e insectos.
  • Las pequeñas aves, como las currucas, mantuvieron sus territorios hasta la llegada inminente del frente de lava.
  • Al menos dos especies de murciélagos fueron detectadas sólo a cierta distancia del cráter.

El origen volcánico del archipiélago canario ha permitido que buena parte de su flora y fauna siga evolucionando en este territorio.