Seis beneficios de la actividad física regular

La actividad física regular aporta muchos beneficios a la salud. Pero, ¿cuánto tiempo se debe dedicar cada semana a practicar ejercicio? Tal y como indica Jesús Alexis Socorro, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y coordinador del proyecto Diafd: Entrena tu diabetes, la recomendación general es dedicar entre 150 y 160 minutos semanales y añadir algún componente de fuerza durante las sesiones. «Lo más importante es que haya una mínima dosis de intensidad en cada entrenamiento. Ya se ha comprobado que esto es mucho mejor que ejercitar el cuerpo más días a la semana a baja intensidad», advierte. Teniendo en cuenta esto, el profesional hace hincapié en las seis ventajas principales que ofrece esta práctica. 

Prevención de enfermedades

En primer lugar, hay que señalar que el deporte previene la obesidad, una alteración metabólica que guarda un vínculo muy estrecho con el desarrollo de patologías y trastornos como la diabetes tipo 2, la hipertensión y las dolencias cardiovasculares. Además, disminuye los niveles de colesterol y regula algunas funciones del sistema hormonal. «El ejercicio ayuda a prevenir la osteoporosis a las mujeres que entran en la menopausia y a disminuir los efectos de esta afección crónica si ya la sufren», anota Socorro. 

Reducción del deterioro cognitivo

Practicar dos sesiones semanales de ejercicio físico reduce el riesgo de sufrir deterioro cognitivo y mejora la memoria y las funciones ejecutivas. De hecho, hay estudios que demuestran que es capaz de prevenir la demencia. «El entrenamiento también tiene un impacto positivo a nivel cerebral. Por tanto, las personas que entrenan regularmente envejecerán mejor».

Fortalecimiento del sistema inmunitario

La práctica de ejercicio no solo lleva a las personas a ganar masa muscular, también mejora su rendimiento cardiopulmonar. «Durante la pandemia se ha visto que los sujetos que hacen ejercicio de forma constante y contraen el covid pasan la enfermedad de forma más leve», indica el experto. «Gracias a los entrenamientos que realizan son más eficientes a nivel cardiovascular y cardiorrespiratorio. Por tanto, la sensación de fatiga y de falta de aire que muchos positivos experimentan es más leve en este grupo de pacientes», agrega. 

Mejora del estado de ánimo

Cabe destacar que este hábito ayuda a incrementar la producción de endorfinas, unas sustancias químicas que mejoran el bienestar. Esto hace que disminuya el nivel de estrés y ansiedad. 

Control de la diabetes

El deporte es un arma excelente para manejar la diabetes. Y es que el ejercicio mejora la estabilidad glucémica, ayuda a controlar el peso y reduce la hemoglobina glicosilada –la que permite comprobar los valores de glucosa en sangre–. «Esto se traduce en una menor resistencia a la insulina y en una mejora significativa del estado de salud», acentúa Jesús Alexis Socorro. Ahora bien, existen diferencias entre los ejercicios que deben practicar los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2, pues hay que tener muy en cuenta el nivel de glucemia antes de empezar la sesión. «Los primeros sufren mayores fluctuaciones en estos valores y son más sensibles a los efectos o estímulos que les produce el ejercicio físico en su cuerpo. De este modo, si empiezan el calentamiento con un ejercicio aeróbico –que baja progresivamente la glucosa–, las probabilidades de que sufran una hipoglucemia aumenta significativamente», informa. Por esta razón, es conveniente introducir algún componente de fuerza durante el calentamiento. «También hay que tener presente que todos los pacientes con diabetes tipo 1 reciben tratamiento con insulina. Por tanto, no deben entrenar con una insulina de acción rápida que esté activa en ese momento, sino administrar la inyección dos o tres horas antes del inicio de la actividad». 

Bienestar en el embarazo

El ejercicio es también muy importante durante el embarazo y más aún si la mujer sufre diabetes o tiene riesgo de desarrollar una diabetes gestacional. «Uno de los grandes riesgos que tienen las mujeres embarazadas aquejadas de diabetes y que llevan una vida sedentaria es que pueden llegar a tener bebés macrosómicos –mucho más grandes que el promedio–. Esto puede complicar el parto y provocar debilidad en el suelo pélvico», apostilla el profesional. Además, el ejercicio mejora la salud del feto y hace que las gestantes sean más eficientes a nivel metabólico.