Biodiversidad | Octavio Pérez Luzardo Catedrático de Toxicología de la Facultad de Veterinaria de la ULPGC

Octavio Pérez Luzardo: «Con los gatos no podemos volver a las juntas de extinción de alimañas de los años 50»

El catedrático de Toxicología de la ULPGC defiende la protección de las colonias de felinos y el método CER: captura, esterilización y retorno

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

El catedrático Octavio Pérez Luzardo compareció hace unos días ante la Comisión de Derechos Sociales del Congreso de los Diputados que aborda la tramitación de la futura ley de bienestar animal. La protección de las colonias de gatos es una de las líneas rojas del proyecto, que se debate entre los que abogan por eliminarlas y los que, como Pérez Luzardo, defienden el método CER: captura, esterilización y retorno.

¿Por qué la protección a las colonias de gatos que recoge el proyecto de la futura ley de bienestar animal ha despertado tanto rechazo?

El primer punto de conflicto que tengo con los colegas del mundo de la conservación de la biodiversidad, es que ellos siempre hablan de gatos asilvestrados, cuando el gato que está en la calle es un gato doméstico que en origen fue abandonado, y los que sobreviven se tienden a reproducir entre ellos, o con gatos de casa que salen, el problema es complejo. Pero aquí, en general, lo que tenemos son gatos que siempre están alrededor de las poblaciones humanas. Los conservacionistas quieren que se capturen, se esterilicen y no se retornen bajo ninguna circunstancia. Pero ¿a dónde se llevan? Con los gatos no podemos volver a las juntas de extinción de alimañas que se crearon en 1953, pero en versión 2022. En los años 50 en España se crearon esas juntas de extinción de alimañas para matar lobos, linces, osos y todo lo que le molestaba a los cazadores, y esto viene a ser prácticamente lo mismo. Si coges los gatos, y pretendes llevarlos a un albergue, la realidad es que están saturados y los van a sacrificar. Y eso es lo mismo que sacrificarlos a tiros pero fuera del foco mediático. Dicen que los están llevando a los albergues, ¿pero qué albergues?, en el de Bañaderos, por ejemplo, no cabe un animal más, hay sólo 70 plazas para gatos y están absolutamente desbordados. Esta ley plantea el sacrificio cero, y ese es uno de los puntos más polémicos.

¿Existe un censo de gatos?

Estimo que sólo en Gran Canaria, por ejemplo, hay más de 50.000 gatos. El problema es que hasta ahora nadie los ha contado, y ese es otro proyecto que tenemos, hacer un censo felino, aunque no es fácil. Estamos trabajando en conseguir la financiación, porque hay que adquirir cámaras trampas, para saber el número, dónde están y cuántos hay en los espacios naturales, ya que se habla mucho sobre los atentados contra la biodiversidad que hacen los gatos.

«Un estudio confirma que las colonias de gatos controladas reducen sus horas de caza en más del 90%»

¿Y cómo se sabe que son los gatos?

Pues ese es el problema, que no se sabe, a veces se le atribuyen cosas que no son. Por ejemplo, en julio se publicó una depredación de petrel, un ave marina en peligro de extinción que anida en La Graciosa y en el norte de Lanzarote , y aparecieron en un nido, por lo menos, ocho crías muertas. Entonces, se le echó la culpa a los gatos asilvestrados y a las gestoras de colonias diciendo que fomentaban acabar con la biodiversidad, y las redes sociales empezaron a arder contra los gatos. Hace unas semanas fui a una charla de unos investigadores que estudian en Alegranza y en la Graciosa el halcón de Leonora, y casualmente señalaron que estos halcones se habían especializado en nidos de petrel y la foto era absolutamente igual que la que le atribuyeron a los gatos. Hablé con la investigadora y me dijo que sobre los petreles depredan muchos animales, pero enseguida le ponen la etiqueta al gato, que está demonizado. Luego viene el justiciero de turno y decide ponerles veneno, o coger la escopeta de balines, y estamos ante una situación que nadie controla. El gato es verdad que es un depredador y estoy de acuerdo en que no deben estar en la calle, pero están y hay que buscar una solución. Hay colegas que están frustrados, y yo lo entiendo, están intentando introducir una especie, criando en cautividad, pones el nido, viene el gato y se come las crías, da coraje y mucho, pero es que la culpa no es del gato. ¿Por qué está el gato allí?. Y ahí es donde voy. Es como si quisieras apagar un incendio y te centras en disipar el humo, mientras que las llamas siguen ahí produciendo más humo.

¿Cuál es la solución?

Intervenir sobre la reproducción de todos los gatos. Por eso se va contra la ley, porque se va a obligar a esterilizar a todos los gatos con propietarios o sin él. Es una medida dura, pero no se puede seguir así. Todo gato mayor de seis meses tiene que estar identificado y esterilizado, tenga o no dueño. Si tiene dueño lo tiene que hacer él, y si no, el ayuntamiento. Y en los espacios naturales lo que se propone es una regulación de las colonias, es decir, tiene que haber en cada ayuntamiento un censo de las colonias que hay con una autorización administrativa. Va a estar prohibido alimentar de forma espontánea, los alimentadores van a recibir una formación y se les otorgará un carnet como colaboradores de la administración.Esta es una medida muy inteligente, porque mucha gente ya está haciendo eso, darles de comer, pero le vas a dar medios y protagonismo, porque lo que hacen ahora prohibiendo alimentar en la calle es que escondan a los gatos y los pongan en sitios todavía más problemáticos.

«El miedo es tener gatos en la calle, pero es que ya lo están, sólo en Gran Canaria hay más de 50.000. La solución es esterilizar y controlar»

¿El gato es o no es un riesgo para la biodiversidad?

Puede ser un riesgo, pero es la excepción. El gato siempre ha estado donde están las personas, si en medio de la naturaleza donde nunca habían gatos van y montan un chiringuito, inevitablemente van a terminar apareciendo.Lo que está demostrado es que no es lo mismo que un gato esté alimentado, saneado, y pueda coger un lagarto para jugar, al que tiene que cazar lagartos para comer, por ejemplo. El control de las colonias rebaja muchísimo el riesgo de depredación. De hecho, hay un estudio publicado en una revista internacional sobre las colonias de felinos, antes y después de estar controladas, con cámaras para monitorizar a las poblaciones, y la conclusión es que pasan de estar ocho horas y media al día cazando a trece minutos. Es una reducción superior al 90% del tiempo que invierten en cazar. Y esa es la idea, el miedo es tener gatos en la calle, pero es que los gatos ya están en la calle. La cuestión es tenerlos controlados.

¿La polémica suscitada al respecto y los mensajes contradictorios, pueden retrasar la ley?

Honestamente creo que la ley no va salir, pero que no salga no quiere decir que los gatos queden desprotegidos. No entiendo por qué los conservacionistas están poniendo palos a las ruedas de esta ley si, al final, a los gatos no se les puede matar.

Entonces, ¿desde su punto de vista, cuál sería el mensaje?

Que sería imprescindible empezar a trabajar en la solución del problema con la única herramienta que se ha demostrado eficaz a largo plazo, que es un CER -captura, esterilización y retorno-, pero bien aplicado. El CER no es sólo esterilizar y soltar, es esterilizar a la mayoría de los gatos, por encima del 70%, -si no, es como si no estuvieras haciendo nada-, sanear y regular, es decir, no tener colonias en cualquier sitio, disponer de cuidadores formados, y que los ayuntamientos respalden la intervención con el suministro de piensos.

¿Conoce algún ejemplo de localidad que haya apostado por el método CER?

Córdoba ha puesto en marcha el proyecto CER, y lo están haciendo muy bien, incluso han puesto comederos automáticos en las colonias, cartelería... Eso es factible también en Canarias, con tener los cuidadores formados, los gatos registrados en las colonias, de forma que puedas tener una ordenanza municipal que prohiba alimentar a los animales en la calle salvo si estás en posesión del carnet de alimentadores. Así obligas al ciudadano a registrar la colonia que quiere cuidar, dice su ubicación y un técnico municipal hace un estudio de impacto y verifica si el sitio es idóneo o no para que exista una colonia, y si no es idóneo puede decir dónde ponerla. Básicamente, es una planificación, que es lo que no se está haciendo. Ahora sólo se va contra el gato, pero el animal no tiene la culpa de nada. La organización de esto nos llevará su tiempo, pero cuanto antes empecemos antes se solucionará.