Educación

Las Islas ayudan a los alumnos de Primaria a detectar la violencia infantil

La fundación Mapfre promueve un taller dirigido a los estudiantes de primer y segundo curso

Un grupo de alumnos en un aula.

Un grupo de alumnos en un aula. / La Provincia

La Fundación Mapfre Canarias promueve el taller Te damos la clave, una iniciativa educativa que ofrecerá al alumnado de 1º y 2º de Educación Primaria de los centros educativos de las ocho islas información, formación y herramientas para detectar la violencia contra la infancia. Se trata de una actividad gratuita para la sensibilización, prevención, detección y adquisición de conocimientos sobre los mecanismos de actuación frente a todo tipo de violencia contra la infancia y la adolescencia, que se ofrecerá en un taller educativo creado junto a la Asociación Star-Up Corazón solidario y el Juzgado de Violencia Contra la Infancia y la Adolescencia del Partido Judicial de Las Palmas de Gran Canaria.

Según explica la directora de la Fundación Mapfre Canarias, Esther Martel, el taller Te damos la Clave es «un paso más» en el compromiso con la protección de los menores y ha precisado que empezará a impartirse a partir de enero del próximo año.

La Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia «garantiza los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, y su integridad física, psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia» y, para ello, es necesario crear «figuras fundamentales» en espacios «clave», como el coordinador de bienestar en el ámbito educativo y el delegado de protección en el ámbito del deporte y del ocio.

Tal y como señala Martel, es «necesario» crear «entornos seguros», en lo que se centra este taller, y que así «los menores sepan detectar situaciones de violencia y cómo reaccionar ante ella». El taller cuenta con dos personajes, Clara y Asun, que visitarán los colegios para enseñar a los menores «cómo decir que no» cuando están en una situación «incómoda» y a saber diferenciar entre «secretos buenos, como un regalo sorpresa, y secretos malos, que hacen que los niños no quieran jugar o reír, e incluso que se sientan culpables».

«Se trata de un paso más en el compromiso con la protección a los menores», dice Martel

También pone en valor la importancia de «identificar a quién se lo pueden contar», porque solo así «podemos evitar que ocurra». Asun y Clara trabajan con «una metodología cooperativa y el juego», con los que trabajan las «zonas sensibles y privadas» y que cada una se llame por su nombre.

Los colegios interesados en este taller gratuito, en horario lectivo y en formato presencial, pueden hacer la solicitud en la web de la Fundación Mapfre Canarias o por teléfono.

El magistrado titular del Juzgado de Instrucción Número 3 y de Violencia contra la Infancia de Las Palmas de Gran Canaria, Tomás Luis Martín, señala que en el marco normativo, España «está en el mejor parangón» y asegura que en la práctica «las normas están consiguiendo una actividad proactiva en varios sectores profesionales», que es algo «muy importante».

A su juicio, el taller es una manera de que los menores «puedan dotarse de las herramientas para detectar que están sufriendo algún tipo de violencia». El magistrado considera «crucial empoderar a los niños y adolescentes a través del conocimiento y herramientas adaptadas a su edad en un formato accesible que pueden interiorizar».

En 2022 se han registrado 420 asuntos relacionados con la violencia infantil, por los que 406 menores han pasado por el juzgado, según detalla Martín, que valora esta cifra como «demasiado alta» para lo que tenían previsto, aunque es «terreno nuevo donde la ley está produciendo un efecto, no por mayor número de hechos delictivos, sino porque está ayudando a que esa cifra oculta ahora se detecte y se comunique» y así «poder intervenir». «Estamos avanzando», prosigue, y «estamos en el buen camino, pero queda mucho por recorrer, principalmente en prevención».

Por su parte, la presidenta de la Asociación Star-Up Corazón Solidario y responsable del desarrollo del programa CLAVE-A, Sonja Arup, relata que ella, víctima de violencia cuando era niña, tardó «casi 20 años en contarlo» porque «falta información y formación», lo que ha llevado a la creación de este taller.

Arup garantiza que la iniciativa nace de la necesidad de que el menor o adolescente pueda tener una «clave» o una «señal» para avisar de que está siendo víctima de abuso, con el gesto de la V al revés, formando «la A de ayuda, auxilio».

Existen «campañas para los adultos», pero no para los niños y niñas y es muy importante que sepan «identificar lo que están viviendo y cómo comunicarlo, sin miedo a contarlo» porque ella, como víctima, sabe que «es muy difícil» y que «la gran mayoría de las víctimas no denuncia».

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