Fayna Bethencourt cuenta su pesadilla con 'El Yoyas': "Me decía: 'Nena, dentro de mí hay un monstruo'"

"Es un prófugo condenado y ahora mismo no está donde debería estar. Es una situación que está haciendo sufrir a mis seres queridos y transmite un mensaje muy peligroso", denuncia la grancanaria y expareja del prófugo Carlos Navarro

El pasado 7 de diciembre, Carlos Navarro 'El Yoyas', era decretada en 'busca y captura' al no presentarse en su ingreso en prisión, a pesar de la sentencia confirmada por la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria, en el que ha sido contenado a 5 años y 8 meses de cárcel, en el que además se la impone una orden de alejamiento, la pérdida de la patria potestad de sus hijos durante 4 años y 12.000 euros de indemnización a las víctimas.

Tras agotar el tiempo de entrar en prisión de forma voluntaria, se ha emitido ahora una orden de busca y captura, y así vive, como un prófugo y "en la ruina".

"Mi nombre es Fayna Bethencourt y estoy aquí porque mucha gente no sabe quién soy. Estoy sentada aquí porque mi torturador, que lo fue durante 16 años, con los que compartí vida, está en la calle. Es un prófugo condenado y ahora mismo no está donde debería estar. Es una situación que está haciendo sufrir a mis seres queridos y transmite un mensaje muy peligroso".

Sobre el exconcursante de la segunda edición de 'Gran Hermano' pesan seis delitos, -uno por maltrato habitual en el ámbito familiar, otros cuatro por lesiones y otro por vejaciones- perpetrados contra su exmujer y contra los dos hijos que tienen en común. Aunque en su pena de prisión de cinco años y ocho meses también se han tenido en cuenta otro en el que se le condenó por amenazas contra la nueva pareja de la también exconcursante de 'Gran Hermano'.

"Todo empieza en Gran Hermano. Ahí conozco a esta persona. Nuestra relación empezó de una forma algo tormentosa. Es cierto que ya da muestras de tener un carácter explosivo dentro de la casa, delante de las cámaras", recuerda en referencia a la expulsión de Carlos del reality por comportamiento agresivo.

"Para mí es un monstruo"

"Pese a ese carácter, en la intimidad podía ser la persona más encantadora del mundo. Es difícil ser un monstruo las 24 horas del día. Me enamoré, lo sacaron de la casa y unos días después me tocó a mí", momento en el que comenzó su relación. Una época que la propia Fayna describe como "maravillosa". "Hay que comprender que con el que ahora para mí es un monstruo, viví momentos muy bonitos. Los momentos malos los disculpas porque te agarras a esos momentos, que son un espejismo".

"No me di cuenta en aquel entonces, ni siquiera cuando ese verano caluroso en Madrid dije algo y me apretó tanto la mano que se me saltaron las lágrimas. Esa fue la primera vez que me hizo daño físicamente, el daño psicológico ya había empezado y no me había dado cuenta", momento en el que comienza su infierno. "Pasan los años y me acostumbro a dejar de decir ciertas cosas, dejar de hablar con mucha gente. Pienso que si dejo de comportarme de cierta manera mi torturador va a dejar de serlo, va a dejar de enfadarse contigo. Siempre te recuerda que eres tú quien lo enfada", se lamenta.

"Lo que fue maltrato psicológico se fue convirtiendo en maltrato físico: empujones, pisotones, patadas, golpes. Los golpes no son lo peor, sino el miedo que pasas mientras te están agrediendo y piensas que no va a parar. Siempre me decía: 'Nena, dentro de mí hay un monstruo y la única que puedes pararlo eres tú... El miedo es algo constante. Intentas cambiar tu actitud, pero siempre se acaba enfadando y tú tenías la culpa", confiesa sin poder evitar las lágrimas.

"La violencia fue en aumento"

"No me merecía todo eso, y mucho menos esas dos personitas. Ahí es cuando decidí pararlo. Ahí empecé a contestar, a decir no. La violencia fue en aumento. Decidí marcharme porque ya no era yo, era por lo que más quiero en este mundo. Esas dos personas, que son mi vida. Lo peor que he tenido, me ha dado lo mejor", explica.

Carlos Navarro 'El Yoyas.

Carlos Navarro 'El Yoyas. / LP/DLP

Aunque vive feliz junto a su pareja, sus padres y sus dos hijos, aún siente miedo. "En la calle ahora mismo se encuentra mi torturador, mi maltratador condenado, prófugo. ¿Qué mensaje estamos mandando?", finalizaba.