Salud mental

Los adolescentes valencianos son los que más tranquilizantes consumen

Dos de cada diez menores entre los 14 y los 18 años los han tomado alguna vez

Los adolescentes valencianos son los que más tranquilizantes consumen.

Los adolescentes valencianos son los que más tranquilizantes consumen. / Perales Iborra

Pablo Ramón Ochoa

De la última encuesta realizada a estudiantes de enseñanzas secundarias, la denominada Estudes, se desprendían datos reveladores en cuanto a cómo los adolescentes valencianos consumen alcohol, cigarrillos y drogas ilegales. Por ejemplo, se constaba que siete de cada diez jóvenes entre 14 y 18 años beben alcohol y cuatro de cada diez, fuman tabaco.

Sin embargo, el apartado de drogas legales de ese mismo informe del Plan Nacional sobre Drogas suele pasar más desapercibido pero arroja una realidad que va en aumento. Y es que unos 40.000 adolescentes valencianos han tomado alguna vez tranquilizantes con o sin receta, y unos 28.300 los han consumido en el último año. Se trata del 22,3 % y el 15,6 % respectivamente del total de la población entre 14 y 18 años.

Ello es suficiente para colocar a la Comunitat Valenciana a la cabeza de un ránking cuanto menos, preocupante. Porque los valencianos son los que más hipnosedantes usan de todo el país, entre tranquilizantes, somníferos y sedantes, todos ellos incluidos en la misma categoría. La autonomía se encuentra empatada con Canarias en el porcentaje de adolescentes que han recurrido a ellos alguna vez, pero supera a las islas entre los que los han consumido en el último año. En ninguna otra comunidad española los estudiantes entre 14 y 18 años han tomado tantos hipnosedantes en los últimos doce meses y en su vida, así que la Comunitat Valenciana es la alarmante líder en las dos subcategorías.

Hay algunos tranquilizantes que se venden con receta, pero hay sedantes que se pueden conseguir sin receta, lo que aumenta el peligro en muchos casos. La tendencia ha aumentado de forma sostenida los últimos cinco años.

El psicólogo valenciano especializado en adolescentes, Xavier Sanmartín, explica a Levante-EMV, del grupo prensa Ibérica, que la mayoría de adolescentes que recurren a tranquilizantes no lo hacen por problemas de sueño, sino por estrés y ansiedad.

El tranquilizante sí que se entrega solo con prescripción médica, así que Sanmartín considera que el aumento de benzodiacepinas —medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central, entre los que están los ansiolíticos y los sedantes— se produce principalmente porque la sociedad avanza a un ritmo que el sistema sanitario no puede hacerlo.

Escasez de psicólogos

«Hay cada vez más demanda de gente joven por temas de ansiedad. Hay un incremento de la consciencia del mundo interno. Pero esa consciencia aumenta a una velocidad de lo que el sistema de salud puede responder. Faltan muchos psicólogos en la Seguridad Social para hacer un seguimiento a esta situación», explica Sanmartín.

Lo que sigue a partir de ahí, según Sanmartín, es pura lógica: como la cita con un psicólogo tarda meses por la vía pública y mucha gente acude con problemas que realmente son psicológicos al médico de atención primaria. «Y el médico no tiene más herramientas que un antidepresivo o un ansiolítico. Así que se genera una solución de primer orden que en realidad crea un problema de segundo orden, porque una terapia requiere mucho más que eso», recalca el psicólogo.

Sanmartín ve ahí el motivo del aumento de estos fármacos entre los jóvenes: porque son los que receta la atención primaria. Sanmartín concluye, además, que la pandemia influyó, «a través del encierro», a que la soledad y la ansiedad generen más problemas entre los menores valencianos.

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